José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


La pela es la pela

04/05/2024

Un titular de la prensa nacional de estos días me ayudó a confirmar mi teoría sobre las posiciones de los independentistas. Se trata de aparcar, de momento, el 'prusés' y centrarse en lo importante. La pasta. Esquerra Republicana lo tiene claro, un pacto de financiación es más útil que dar la brasa como en 2017 para nada. En realidad no hay casi nada de noticia en esta cuestión. De alguna manera ERC recupera el espíritu de la desaparecida Convergencia y Unió de Pujol en los tiempos aquellos en los que logró que Aznar hablara «catalán en la intimidad». Pero lo peor del asunto es, como supondrán, el efecto que un pacto favorable a la opulenta Cataluña, tiene para las misérrimas comunidades despobladas. Y por si fuera poco, hasta el más tonto hace relojes y, y todos se van dando cuenta de lo eficaz que resulta tener la llave para que un candidato, cuanto más ambicioso mejor, y su partido, lleguen a la Moncloa. El efecto dominó se está produciendo gracias a las aspiraciones de los territorios que integran la España autonómica. Antes eran sólo los catalanes y vascos. Estos últimos, a la chita callando, se lo están llevando crudo y son perfectamente capaces de bailar con quien sea. Tanto da una jota como un chotis. Pero anoten que, desde hace tiempo, las opciones regionalistas de Canarias también subastan sus votos. Recuerden que la última vez apostaron por Feijóo hasta que se dieron cuenta de que no sumaba lo suficiente y le dieron la vuelta a la chaqueta para vestirse del rojo pálido del PSOE.
Y se preguntarán ustedes, ¿en este escenario qué podría hacer nuestra comunidad o nuestra provincia? Poco de momento, porque no hay ninguna opción sólida para eludir el apoyo a los dos grandes partidos o alguno menores con tendencia la extinción. Sus diputados, aunque en campaña digan lo contrario, tienen como principal tarea y obligación levantar la mano cuando les manden o apretar el botón rojo sin liarse como el diputado Casero, que se la lió parda a su partido. No van al parlamento a defender los derechos de su provincia sino los de su partido y lavan su conciencia con alguna preguntilla que sus gabinetes se afanan en publicitar para que quede claro que se ganan el voto y el sueldo.
Vamos, estoy convencido, a un escenario en el que, una comunidad tras otra, se abrirá hueco en la subasta del voto de sus parlamentarios electos y tras cada uno de los comicios nacionales se abrirán las puertas de un mercado persa vergonzante. Y aquí me hallo, pensando si Soria puede o no tener algún papel en la estructura que pronostico, a la vez que me muero de envidia al contemplar la estructura y los políticos de nuestro vecino y querido Portugal.