La Barrosa no se suspendía desde la Guerra Civil

A.P.Latorre
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El pleno tuvo que aprobarlo de manera oficial y los jóvenes participantes esperarán a 2022

La Barrosa no se suspendía desde la Guerra Civil

Como otras muchas fiestas y tradiciones de la geografía soriana, la Barrosa de Abejar se suspenderá y no se celebrará el sábado 20 de febrero. El pleno municipal celebrado este miércoles decidió hacer oficial que el Carnaval más antiguo de la provincia y Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León no se organice este año por la pandemia, tanto el acto central como el resto del programa festivo de estas fechas. 

La alcaldesa, Carolina Romero, confirmó que el ritual no se suspendía desde la Guerra Civil y algún año desde entonces no saben «si no llegó a celebrarse o se prohibió llevar carera a los barroseros». Los cierto es que el mes de febrero no será este año punto de encuentro de vecinos en visitantes en torno al Carnaval ni tampoco a la Feria de la Trufa, ya que la situación sanitaria no lo permite. Es una noticia anecdótica, ya que en estos momentos lo importante es la salud de los sorianos, coinciden en señalar los responsables municipales, y cuando la situación se normalice se podrá retomar esta y otras muchas tradiciones, con seguridad y con mucha prudencia.

tradición. La Barrosa se celebra en sábado y no en Martes de Carnaval, como era tradición, algo que decidieron los propios vecinos en una votación popular. En ese día, los barroseros, dos jóvenes de la localidad vestidos con pantalón y camisa blancos, con fajín y corbata rojos y con botas y sombrero negros recorren las casas del pueblo, uno dentro de un armazón de madera que decoran las familias de los barroseros y el otro portando una cesta y una fusta. En este animado recorrido, reciben dinero, pastas y otro tipo de viandas.

Ya por la noche, pasan por el salón del Ayuntamiento, donde les esperan sus vecinos, dan una vuelta y se van; al poco entran de nuevo y dan dos vueltas, siempre como manda la tradición; y al poco pasan de nuevo y dan tres vueltas. Cuando van a salir, los cazadores del pueblo disparan al aire simulando que han matado al animal y es entonces cuando los barroseros caen sobre una tabla y se las baña de vino simulando ser sangre. Finalmente, seis mozos les portan sobre la tabla y dan tres vueltas al salón.