Lograr conservar el cardo rojo de Ágreda con todas sus propiedades para su consumo en crudo ha sido, desde siempre, uno de los propósitos de los productores de la zona. El objetivo está cada vez más cerca de conseguirse: el nuevo obrador Sabor de Fronteras se encuentra inmerso en las pruebas para que esto sea una realidad «posiblemente después de Navidad», según indica su responsable, Óscar Pascual Cacho. La empresa tiene previsto lanzar una gama de «entre ocho y diez» envasados y precocinados frescos elaborados artesanalmente con productos de la comarca. Además del cardo rojo de  Ágreda, se incluirían materias primas derivadas de la micología -setas, hongos y trufa-, así como miel y otros recursos alimenticios del entorno. 

El obrador es una ramificación de la actividad agrícola ya en marcha como pyme, con fincas de producción de donde se sacaría la materia prima. En las instalaciones  está previsto que trabajen entre cinco y seis personas para llevar a cabo la transformación, de forma tradicional, y envasado de los productos precocinados frescos. ?

Por el momento, las «croquetas de setas y trufa» serían una de las delicatessen que se estarían probando para su próximo lanzamiento al mercado. Los primeros ensayos se harían en el ámbito provincial «con caducidades cortas, de unos cinco días, para su consumo inmediato» por tratarse de precocinados frescos artesanales. Una vez vista la aceptación, el objetivo sería ampliar la venta al mercado nacional, pero ya «con caducidades más amplias, de entre 21 y 28 días», para no perder la calidad de los envasados durante el transporte, el proceso de exposición en tienda y la adquisición y consumo del cliente final.  

lanzamiento estrella. Pero dentro de la gama inicial de esta decena de precocinados frescos que tiene previsto lanzarse, el producto estrella, sin duda, sería el cardo rojo de Ágreda en crudo para consumo en ensalada porque es un producto novedoso desde el punto de vista comestible. «En otras zonas, como en Navarra, también hay cardo y se come cocinado, pero la característica del de Ágreda es que lo comemos crudo y es una forma de darlo a conocer en otros lugares», explica Pascual, sobre todo porque mantendría intactas sus propiedades. Y esa particularidad, la de no ser cocinado, es la que se pretende exportar. El cardo cocinado «ya está más visto», así que no hay previsión de hacer un envasado con la hortaliza ya guisada.

La idea es presentar la hortaliza «en una barqueta con un atmósfera modificada o protectora», al igual que se realiza con otras verduras peladas y picadas que pueden adquirir?se en infinidad de superficies comerciales. El proceso trata de sacar el oxígeno, que es el elemento que oxida cualquier vegetal o fruta, e introducir otro tipo de gases inocuos que conserven la hortaliza. El aspecto que tendría el cardo rojo de Ágreda envasado sería el de toda la vida, pues «el proceso de transformación es el tradicional en cuanto a limpieza y rizado». «La innovación estaría en la conservación y la aplicación: abrir y listo para consumir; sólo habría que aliñarlo al gusto», admite el responsable de Sabor de Fronteras. Los resultados se obtendrán ya «para la próxima campaña». Ahora sólo queda esperar.