Las remesas que envían a sus países de origen desde lugares como Soria los inmigrantes -son 11.358, el 12,5% de la población- suponen una parte importante de los ingresos de muchas familias en algunos países menos desarrollados, ya que «alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociados con un mayor peso al nacer y mayores tasas de matriculación escolar de niños», según la Asociación Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (Knomad). Además, ayudan a los hogares receptores a desarrollar resiliencia, mediante la financiación de mejores viviendas y para hacer frente a las pérdidas posteriores a los desastres o las crisis económicas.
Según las cifras oficiales, los trabajadores migrantes envían de 184 a 276 euros cada uno o dos meses a sus familias, lo que es el 15% de sus salarios pero que puede representar hasta el 60% de los ingresos para los hogares receptores, según confirman las personas a las que ha preguntado para este reportaje El Día de Soria. De las remesas, el 75% se destina a comprar alimentos y costear los gastos médicos, domésticos o de escolarización y, en tiempos de crisis, se sufraga la pérdida de las cosechas o las urgencias familiares. El 25% restante puede ahorrarse o invertirse en la creación de activos o en actividades generadoras de ingresos y empleo.
De esta manera, los trabajadores inmigrantes contribuyen a uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través de remesas e inversiones, erradicando la pobreza y el hambre; promoviendo la salud, la educación de calidad, el agua limpia y el saneamiento, el trabajo decente y el crecimiento económico; y reduciendo la desigualdad. Sin embargo, los costes son elevados (con conversiones de divisas y comisiones de un 6%, el doble del 3% que fijan los ODS), por lo que las innovaciones técnicas como la tecnología blockchain y las transferencias de dinero a través de móviles pueden ser la solución.
sistemas más económicos. En la ciudad hay cinco agencias autorizadas de transferencias y, hablando con sus responsables, comprobamos que siguen siendo una de las mejores opciones y más seguras para enviar dinero a los familiares que viven en sus países de origen, además de puntos de venta de alimentos típicos. José Luis Aristy, de José Luis Comunicaciones, apunta como principales destinos de las remesas países como República Dominicana, Colombia, África, Francia y Turquía y que los envíos se realizan a través de empresas como Ria, Western Union, MoneyGram y Small World. «La mayoría manda cada mes y con empresas en las que confían porque son seguras. Hay dos opciones, el móvil para los que manejan las nuevas tecnologías y para hacerlo con tarjeta de crédito (Sendity, Wise, PayPal y Remitly); o presenciales, para quienes prefieren acudir a establecimientos como en nuestro y hacerlo de forma presencial», explica destacando el valor de estos envíos de los que muchas familias dependen, sobre todo en Latinoamérica y África. Además, subraya que en estos establecimientos les resuelven dudas, se cobran menos comisiones y el cambio es más barato, comentan los clientes. Como agentes autorizados, prosigue José Luis, cumplen requisitos y realizan inspecciones periódicas, así como verificaciones por parte de las empresas.
Detrás de cada remesa siempre hay una historia personal. Es el caso de una mujer de Venezuela, país con más dificultades para enviar remesas, como Cuba, Pakistán y Siria. Ella realiza envíos a su madre de «unos 100 euros al mes, pero si necesita algo más que comida o si hay algún gasto extra (dentista, medicinas, pruebas médicas...) puede aumentar a los 200 ó 300 euros y en Navidad a 500»; y a un niño con discapacidad física y mental y su madre, con 50 euros al mes. Igualmente, manda comida, ropa o medicamentos cada tres o cuatro meses. Hasta hace poco, como estaba prohibido hacer transacciones en moneda extranjera y había control cambiario, se usaban métodos alternativos, «pero era difícil por las diferencias entre el dólar que se encontraba en la calle y el de las casas de cambio clandestinas». Ahora ha habido más apertura, pero siempre con control del Gobierno. Ella recurre a negocios, «como remesas a nivel micro, como un intercambio de valores pero sin cobrar tasas, intereses y comisiones». Para esta venezolana, las remesas son fundamentales «porque el sueldo mínimo no llega a los cuatro dólares, uno de los más bajos del mundo... y las cosas cuestan lo mismo que aquí». «Muchas personas tienen la suerte, aunque no sé si lo es, de tener familiares fuera; pero los que no tienen a nadie, como el niño al que yo ayudo, tienen muchas carencias», indice haciendo referencia a los efectos de la inflación en aquel país.
A uno de los establecimientos acuden dos mujeres, de República Dominicana y una de ellas en Soria desde 2008. La madre explica que hace envíos a su marido, padres y hermanos, «lo que se pueda en cada momento, unos 50 ó 100 euros, porque en estos momentos no tengo trabajo». «Ahora tampoco da para mucho, ni para tres días, porque está todo igual de caro», añade su hija. A veces han hecho envíos de 200, 300 ó 400 euros, cuando se necesita para medicinas o para ir al médico. «Cuando tenía allí a mis hijas en el colegio tenía que mandar más para material y ropa, pero ya están en España», comenta. Suelen usar varias empresas, como Ria, en la que más confían por la seguridad. «Antes de la pandemia se les llevaba a domicilio el dinero, pero ahora es a los bancos, donde lo retiran en ventanilla.Aunque depende de la zona», detallan. Las dos aseguran que «si no fuera por las remesas que se envían en el mundo entero mucha gente no podría ni comer... Ellos mismos lo dicen». La situación económica «se nota», porque limitan los envíos. Aunque allí el Gobierno ofrece vales para comida, tienen que enviar para gastos de salud, porque «es lo más importante».Ellas siguen confiando en estos envíos en agencias, aunque haya ya aplicaciones móviles que cada vez se están usando más para los envíos de remesas internacionales. También se cobra comisión, «pero no tanto», y son los jóvenes los que más al día están.
alimentos y ropa. En el locutorio Dulce Regaliz, Rita Álvarez explica que, como agencia autorizada por el Banco de España, se envían remesas, pero también ropa y calzado, electrodomésticos y medicinas y se recargan teléfonos móviles tanto en España como en otros países para sus familiares. Los principales destinos son Colombia,Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina, Honduras, Perú, Senegal, Gambia, Guinea,Rumanía y Marruecos; así como Francia, Australia y Estados Unidos, donde tienen parientes que necesitan dinero. La mayoría se destina a ayudar en las economías familiares, pero tan solo el 7% se destina a pagos de préstamos o hipotecas, concreta la responsable del establecimiento.
Ria es la empresa que más se usa, con Small World y MoneyGram, con la ventaja ésta última de estar regulada por el Banco de Alemania y permitir enviar 9.000 euros al trimestre, mientras que el Banco de España solo deja 3.000. «No podría decir un número medio de remesas al mes, porque hay personas que pueden llegar a realizar 30 en cuatro semanas. Ymuchos acuden en cuanto cobran el salario», añade Rita. En Venezuela las cosas están cambiando y ahora hay siete puntos de recepción de dinero internacional, «en las ciudades principales ciudades y muy limitado todavía», y en el resto del país están obligados a recibir bolívares en depósitos bancarios. Ha notado que cada vez hay más personas que operan por los teléfonos móviles en países en los que se permite, con lo que llega directamente el saldo al teléfono (como una tarjeta electrónica, para retirar por ventanilla o depósitos bancarios), por lo que hay una reducción de clientes en las agencias. Aunque allí, insiste, se ofrece asesoramiento y se solucionan las dudas si surge algún problema en la transacción. En su establecimiento cuenta también con una gran variedad de alimentos de todos los países de Sudamérica.
Maribel Mota, de Bodega Nueva Era, indica que se realizan envíos tanto a otros países como a otros puntos de España y por los mismos sistemas que ofrecen otros locutorios. «El dinero lo reciben el mismo día o días más tarde, depende de la empresa», comenta esta dominicana, responsable de la agencia de transacciones y tienda de productos latinos y españoles. «Hay personas que suelen acudir a principios de mes, cuando cobran el sueldo, mientras que otras realizan envíos cada vez que pueden o dependiendo de las necesidades de sus familiares, si necesitan algo urgente o puntual», añade.
El primer paso para el envío de dinero es comprobar tarifas de empresas remesadoras en sus web, teniendo en cuenta el valor de la divisa de origen y de destino. Las empresas obtienen el tipo de cambio mayorista del día y le aplican un margen de beneficio reducido. Además, suelen cobrar una comisión fija por envío. Posteriormente, se localiza un locutorio o se acude al de confianza y se formaliza el envío, aceptando las condiciones y contactando con el destinatario. Las nuevas tecnologías permiten avances y las remesas se destinan también a invertir, dando acceso a créditos, seguros o bonos del Estado. Los monederos digitales contribuyen a reducir costes de transacciones y aumentar la seguridad del efectivo en tránsito, según los expertos.