El Numancia es el equipo más en forma de su grupo de Segunda Federación. A tan solo un punto del liderato que ostenta el Talavera, su racha de cinco victorias y dos empates viene acompañada de un espíritu de lucha que Los Pajaritos echaba en falta. Uno de los puntales de esa manera de ver el fútbol es Rubén Sanchidrián. El extremo es ya el 'ojito derecho' de la afición soriana.

Ha caído con buen pie en Soria, la afición está contenta con su juego y entrega.

He tenido esa suerte. He caído a la afición en gracia y para mí es una alegría tremenda que cada vez que salgo al campo haya tenido ese respaldo.

Esto no es casualidad. Su manera de jugar y su entrega le gusta a la gente.

Yo intento ayudar al equipo, lo mínimo tiene que ser el trabajo y dar el máximo, eso es innegociable. Lucho cada balón como si fuera el último para dar lo mejor para el equipo.

¿Siempre ha sido este tipo de jugador o eso ha cambiado con el paso del tiempo?

Siempre ha sido una de mis características desde pequeño. Siempre lo he dado todo en cada partido y entrenamiento, cada balón que estoy jugando me lo tomo como si fuera el último.

¿Puede ser contraproducente a nivel físico el pelear por cada balón?

Lo hago porque al final tienen esa oportunidad de que un balón que no des por perdido se convierta en una ocasión. Siempre que juego lo hago y después trabajo día a día para poder mantener ese ritmo los 90 minutos.

¿Es ya una seña de identidad del equipo esa lucha y el no rendirse?

Totalmente. Cada jugador está compitiendo al máximo y dando todo cada día de entrenamiento y partido. Eso se ve reflejado en que cuando tenemos las cosas en contra intentamos dar la vuelta al resultado hasta el último minuto.

¿Insiste mucho Javi Moreno en esa idea de no dejar de pelear?

Nos dice que tenemos que dar lo máximo de nosotros. Si no puedes durar más de 60 minutos, que al menos dejemos lo mejor en ese tiempo.

Usted es un ejemplo. Produce mucho saliendo desde el banquillo.

Yo que sé (se ríe). Puede ser que cuando un partido esté atascado se puede notar ese cambio porque soy un jugador muy directo yendo al ataque. Pero al final lo mío es estar preparado para lo que me dé el míster.

Es un extremo de los que quedan poco. Juego directo, desborde y centro.

Soy un extremo más puro. El míster me pide estar muy abierto en banda y eso me permite que cuando cojo el balón puedo encarar y poner centros. Aprovecho mis cualidades para ayudar al equipo.

¿En qué momento se encuentra el Numancia con esta buena racha?

Después de ese mal inicio, ahora estamos en una buena dinámica con cinco victorias y dos empates. Este es el ritmo que tenemos que mantener y trabajar día a día porque creo que todavía podemos dar mucho más.

¿Qué le parece el Numancia como club y estructura?

Se trata de un club profesional. Es un placer estar en este equipo porque los objetivos son de equipos de categoría más alta. Aunque estemos ahora en Segunda Federación nuestras pretensiones son mucho más altas.

¿Qué se siente cuando se viste esta camiseta y se juega en Los Pajaritos?

Cuando te dicen en verano que te quieren es una gran alegría. A pesar de la situación es un club histórico con mucha historia.

Se habla mucho del nivel de la Segunda Federación. ¿Qué le parece?

Cada equipo está ya estructurado y saca lo mejor. Puede que tengan menos infraestructuras, pero usan sus armas como campos más pequeños o de césped artificial. Cada partido es diferente y aunque parezcan asequibles, no lo son. Nadie va a ponerlo fácil.

¿Qué supondría para usted un ascenso con el Numancia?

Sería una alegría tremenda. Un club como este debe estar en categorías más profesionales y sería algo muy bonito ser una pequeña parte de la historia de este gran club