Así se hace el 'chocorrezno'

N.Z.
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El responsable de esta idea innovadora, Carlos Paris, destaca desde Dulces Típicos El Beato que la demanda les ha «desbordado». Las cien primeras tabletas son ya «5.000 semanales»

Así se hace el 'chocorrezno' - Foto: VALENTÍN GUISANDE

Ya no hace falta elegir entre el ‘complicado’ dilema de dulce o salado. Porque desde Dulces Típicos El Beato, en El Burgo de Osma, han ideado una innovadora propuesta culinaria que suma ambos conceptos. Lo han llamado ‘Chocorrezno’ y es «un maridaje de chocolate y de Torrezno de Soria».  

Detrás de esta novedosa idea registrada por la firma burgense hay investigación, mucho trabajo, creatividad, unas ‘pocas’ horas de sueño perdido y muchas ganas de dar un mordisco de optimismo frente a las adversidades que ha traído consigo la pandemia.

Lo que comenzó casi como una anécdota, como una prueba local, se ha convertido ya en el «producto estrella» que ha «desbordado» a esa empresa burgense. En solo unas semanas han pasado de poner apenas «un centenar de tabletas» en el mercado local para «ver cómo funcionaba» a tener demandas por parte de sus distribuidores habituales y en su tienda on line que les obligaban a producir varios días a la semana sus tres variedades de ‘Chocorrezno’: negro, con leche y blanco. «Ahora estaremos en unas 5.000 tabletas a la semana», calcula Carlos Paris, el responsable de El Beato,una empresa familiar que da empleo a una decena de personas en El Burgo. El éxito del ‘Chocorrezno’ ha sido tal que incluso les ha obligado a ampliar plantilla y ha adelantado ya a sus conocidos ‘Gamusinos’, una galleta de mantequilla de Soria, dulce de leche y chocolate ideada también por Dulces El Beato y que, hasta ahora, era líder en ventas.

Carlos Paris, la tercera generación de esta empresa nacida en 1951 con orígenes panaderos y, después, especializada en repostería y chocolates gourmet, es quien está detrás de este proyecto. Todavía «sorprendido» por la «gran acogida» que está teniendo su proyecto de vanguardia culinaria, abre las puertas de sus instalaciones en el polígono La Dehesa de El Burgo para mostrar a El Día de Soria cómo se hace este producto elaborado de forma totalmente artesanal y tradicional sobre dos materias primas: chocolate de primera calidad y torrezno producido al amparo de la marca de garantía Torrezno de Soria.

«Lo primero que hacemos es desgrasar las virutas de torrezno en el horno. De un kilo de torreznos sacamos 350 gramos de concentrado. El resto se ‘pierde’ en el horno», especifica, apuntando la reducción que sufre el producto al someterlo a altas temperaturas. Con ello se consigue «un sabor distinto» y «un crujiente». «Quien no ha oído nunca esto se puede pensar que es una corteza blanda lo que incorporamos, pero aquí es cien por cien crujiente», especifica Paris.

Una vez se dispone del crujiente de torrezno, se deshace manualmente en trocitos pequeños. Cuando se dispone de este primer elemento, se comienza con el segundo, el chocolate. Al mismo tiempo que se prepara la mezcla de cacao, se precalientan los moldes para que estén a la misma temperatura. Una vez se dispone del chocolate líquido, se mezcla con los torreznos y remueve, para tratar de conseguir una mezcla equilibrada y homogénea. Se distribuye tableta a tableta de tres en tres, se pesa y, a continuación, se deja en reposo durante dos horas en una cámara frigórifica. Cuando se consigue la temperatura deseada, se desmolda y plastifica respetando en todo momento la cadena higinénica y sanitaria. El producto finaliza con el etiquetado que, hasta ahora, se elaboraba con una faja pero, «debido al éxito», próximamente se presentará mejorado en estuche de cartón. Obviamente, la nueva imagen irá en la línea de la actual y respetando la seña de identidad de esta firma burgense. Porque si algo caracteriza a los productos de El Beato es también su estética: «Tenemos nuestro estilo propio porque aquí hacemos todo nosotros, desde la I+D+i hasta la producción y el diseño externo. El diseño íntegro es nuestro y es nuestra marca y firma propia», destaca Paris. Y lo cierto es que tienen sello personal porque su imagen les permite, en un golpe de vista, distinguirse entre los lineales.

«desbordados» por la demanda. El éxito del producto ha llegado por sorpresa pero, reconoce Paris, no ha sido fruto solo del azar. En su elaboración lleva trabajando más de dos años para conseguir la receta perfecta con los porcentajes precisos y el producto más depurado. De hecho, recuerda, la idea era haberlo presentado el año pasado.

La pandemia modificó todos sus planes y les tuvo «un año parados». Fue un momento crítico que supuso importantes pérdidas y que decidieron transformar en «solidaridad», repartiendo sus galletas y chocolates a quienes estaban en primera línea: sanitarios, residencias, militares... Superado el momento crítico, retomaron con ilusión y con fuerzas renovadas su proyecto, y el ‘Chocorrezno’ ha hecho el resto. «Nos ha desbordado y está haciendo que podamos recuperar las pérdidas», agradece Paris, quien de momento va «adaptando la producción» al incremento de la demanda, pero ya tiene sobre la mesa un proceso de expansión, que había comenzado antes de todo esto y que ahora ha acelerado.

El éxito de este nuevo producto ha sido tal que, resume Paris, «gracias al Chocorrezno la plantilla ha aumentado en cuatro personas, y estamos buscando personal». Además, ya trabajan en nuevas variedades vinculadas a otros productos sorianos, así como en una línea más ‘healthy’ (sana). Además, en la cabeza de este empresario burgense está ya también la idea de poder ofrecer una línea de productos para Navidad.