Izquierda Unida de Castilla y León critica que la propuesta económica para Castilla y León "sea la que desechan" otras Comunidades Autónomas por los problemas de contaminación que generan. Las macrogranjas de cerdos están llenando nuestros pueblos vaciados de gente de cerdos y de contaminación asociada a este modelo de negocio que apenas crea empleo en el medio rural.
La crítica de IUCyL se dirige a la Consejería de Medio ambiente de la Junta de Castilla y León que autoriza la ampliación en Torrubia de Soria cuya explotación porcina pasará de 1.999 a 7.200 cabezas. Además de esta explotación, el BOCyL también publicó la declaración de impacto ambiental de una explotación de 4.432 de recría en Velilla de la Sierra y el proyecto de autorización ambiental y el estudio de impacto ambiental de una explotación porcina de cebo de 3.824 cabezas en San Pedro Manrique. Las tres en la provincia de Soria, que parece no preocupar políticamente a la Junta de Castilla y León.
Según el censo ganadero del Ministerio de Agricultura, Castilla y León contaba con alrededor de 4,5 millones de cerdos en la región en 2022, un incremento de más del 20% desde 2015. Este incremento de cabezas se ha dado a la par que un 24% de las pequeñas ganaderías de nuestra Comunidad tenían que cerrar. Mientras las grandes explotaciones incrementaban su presencia en un 6%.
Estas ampliaciones de granjas de esta magnitud conllevan un aumento de los purines y de las emisiones de gases de efecto invernadero, en una Comunidad que va camino de tener dos cerdos por cada ciudadano. Con la diferencia que se incrementan a pasos agigantados las cabezas de ganado mientras nuestros pueblos se van vaciando de gente.
La estrategia de quienes gobiernan la Junta de vaciar los pueblos para poderlos llenar de contaminación y ponerlos al servicio del dinero, a costa del medio ambiente que se resiente y de la salud humana de quienes habitan junto a esas macrogranjas.
IUCyL considera preciso un debate político y social respecto a este futuro que el PP y la extrema derecha ven positivo pese a que condena a nuestros pueblos a un modelo de negocio para unos pocos, que apenas crea empleo y que contamina las tierras, las aguas y el aire de nuestra Comunidad. Además, la mayoría de esta producción se orienta a la exportación a terceros países que prefieren importar la carne y dejar la contaminación.
La propuesta de ampliación de granjas en Castilla y León plantea desafíos significativos en términos de distribución territorial, modelo de negocio para lo rural, impacto ambiental y bienestar animal. Es fundamental la soberanía alimentaria de nuestra Comunidad y también apostar por alternativas de negocio agroganadero más sostenibles y éticas que promuevan un equilibrio entre la escala de quienes tienen el negocio, priorizando por las de pequeña escala, la producción, la protección del medio ambiente y los derechos de los animales.