Es difícil averiguar qué ocurre dentro del gobierno. Por no decir imposible. Aparte de las habituales mentiras y engaños -y ya es triste admitir que las mentiras y engaños están a la orden del día- hay que "interpretar" las declaraciones de algunos ministros, y del propio presidente, para hacerse una idea de cómo están las cosas.
El martes la ministra Robles se negó a admitir que Paz Estrean hubiera sido destituida, dijo que había sido sustituida, con S. No hubo manera de que la titular de Defensa admitiera el cese … que el día siguiente aparecía en el BOE como cese. Destitución.
Un indignado Pedro Sánchez llama al PP mangante y una desgracia de la derecha. Se nos ocurren adjetivos más hirientes, y más veraces, para calificar al sanchismo, pero es mejor no escribirlos por respeto al gobierno, aunque es un gobierno que demuestra poco respeto a la verdad … y a los españoles.
Otro ejemplo: la tarde del lunes el gobierno anuncia con gran fanfarria que la UE ha dado luz verde a la propuesta de España y Portugal de conceder un estatus especial a estos dos países por su especial situación geográfica, y les permitirá poner un tope al precio del gas en la península ibérica. A las pocas horas, Bruselas explica que aún no ha aprobado esa propuesta, aunque la tiene en consideración, y están evaluando la propuesta de Madrid y Lisboa. Portugal, por cierto, ha expresado algunas diferencias entre su posición y la española, pero aparentemente el primer ministro Costa no considera que eso vaya a ser un problema.
Además de la sorpresa de que anuncian algo que no se ha aprobado -lo que está ocurriendo desde hace meses con todas las noticias relacionadas con la llegada de los fondos de recuperación europeos, que no hay mansera de saber cuántos han llegado, en qué fechas, cuándo llegarán los que faltan, y a dónde y qué se han destinado, queda el sabor amargo en la boca de que una vez más el gobierno tergiversa informaciones importantes, o las escamotea. Es chocante la actitud de los gobernantes actuales, desde el presidente hasta el último de sus ministros. Niegan cualquier situación incómoda que ve cualquiera, como las tensiones en el Ejecutivo. No hay manera de saber si la fallida operación de aglutinar a la izquierda en Andalucía ha sido culpa de Podemos, de IU o de Más Madrid, porque cada partido da una versión distinta, ninguna creíble, y encima Yolanda Díaz actúa como si fuera ajena a esa historia.Todo lo malo se pega, y a ella se le ha pegado el escabullir el bulto o dar una versión sesgada de las cuestiones espinosas, como hace Sánchez.
Llega un momento en el que todo lo que procede del gobierno nos deja con los ojos a cuadros. Mejor el estupor que asumir que no es un gobierno no fiable. Después de tres años hay ejemplos dolorosos que demuestran que la mentira se ha convertido en hábito. Está a la orden del día.