Los creadores Laura y Alberto Caballero se incorporan al catálogo de series de Movistar + con Muertos S.L., una serie de ocho capítulos que se estrenará el próximo 4 de abril y que contará con una segunda temporada, una trama en la que se aborda el «perfil humano más bajo y más español».
Así calificó Alberto Caballero esta ficción en la que la productora Contubernio S.L. entra en Movistar+, canal que emitirá dos capítulos por semana. «Fue muy sencillo trabajar con ellos porque nos preguntaron que qué nos apetecía hacer, y les dijimos que una serie de media hora ambientada en una funeraria. Viniendo de la tele en abierto, esto es una maravilla. Queríamos hablar de una pyme de ambiente laboral porque el 80 por ciento de las empresas son así en España y encajaba mucho un tanatorio del extrarradio», relató.
En concreto, Muertos S.L. aborda el día a día de la funeraria Torregrosa y de sus trabajadores, personajes que están interpretados por Carlos Areces, Ascen López, Diego Martín, Amaia Salamanca, Salva Reina, Adriana Torrebejano, Gerald B. Fillmore, Aitziber Garmendia, Roque Ruiz, Lorea Intxausti, Manolo Cal, Bárbara Santa-Cruz, Lucía Quintana y Juan Miguel Bataller.
Imagen de la presentación ante los medios de comunicación. - Foto: Movistar Plus +«Queríamos hablar de las miserias del día a día; hay un mundo real de gente jodida que va a currar todas las mañana, es la miseria humana general del perfil humano más bajo y más español».
Y para rodar esta comedia, añadió Laura Caballero, llevaron a cabo unos decorados tan reales que en el equipo técnico, al llegar al rodaje por las mañanas, había algunos trabajadores que «se resignaban al entrar».
Según matizó Alberto sobre su trabajo como creador junto a su hermana, no hay limite a la hora de abordar nuevos asuntos, porque «los temas más conflictivos de la sociedad son los más comediables». Tanto es así que en Muertos S.L. sus personajes se enfrentarán al acoso laboral o a la gordofobia.
Vanesa (Amaia Salamanca) dirige la empresa que les hace la competencia. - Foto: Movistar Plus +«Los creadores tenemos que pelear desde la comedia a favor de la libertad de la comunicación, tenemos que luchar contra los ofendiditos. Nos ha costado muchos siglos de la evolución para decir lo que queremos, incluso decir algo aunque no guste. La comedia cumple un papel muy importante en pelear contra eso», puntualizó.
Eso sí, advirtió Laura Caballero, las tomas falsas de este rodaje «están guardadas», porque sino más de uno de sus actores se «metería en un problema», ya que «el nivel es inimaginable y con el fondo del tanatorio es una mezcla explosiva».
Al ser cuestionados por las referencias a la hora de escribir la serie, su hermano contó que pese a que Dos metros bajo tierra es una de sus ficciones favoritas, esta habla de una familia y ellos no querían «meter los traumas familiares».
Un empleado se hace un ‘selfie’ en la recepción de la funeraria. - Foto: Movistar Plus +«Nosotros no hemos tenido esos problemas en nuestra familia, bueno uno», indicó entre risas, al tiempo que Laura le pidió que «no abran el melón» (son sobrinos del productor José Luis Moreno).
Sobre la segunda temporada, que ya está grabada, Alberto Caballero afirmó que es un privilegio haberla rodado sin conocer la reacción del público sobre la primera. «Empezamos a grabarla con la resaca del fin de la grabación de la primera», concluyó su hermana.
Sinopsis
Cuando fallece Gonzalo Torregrosa, propietario y fundador de la Funeraria Torregrosa, Dámaso Carrillo, su mano derecha en la empresa, no duda en que lo mejor para la continuidad del negocio es que él asuma el mando.
Pero, contra todo pronóstico, Nieves, la viuda, decide ponerse al frente de la empresa familiar, ayudada por su inútil y entusiasta yerno, Chemi, experto en márketing, y en contra de los planes de sus hijas de cerrar y montar un gimnasio. Mientras Dámaso conspira y manipula a sus compañeros contra la nueva dirección, la empresa se enfrentará a la competencia, la funeraria Transitus, y a su plan para expandir su negocio, y a un caso a lo #metoo, que amenazarán el legado de Gonzalo Torregrosa.