En el regadío de Soria, donde acaba de comenzar la campaña de riego (arrancó oficialmente el 1 de abril), la situación es «optimista». Con el embalse de la Cuerda del Pozo al 86% de su capacidad, el mejor valor de la última década para esta fecha, la Confederación Hidrográfica del Duero, organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha autorizado la dotación máxima para los regantes del Alto Duero y asegura que «el desarrollo de la campaña de riego de 2024 queda garantizado de manera general, con sistemas en una situación muy favorable».
En cifras, esto supone que los agricultores sorianos dispondrán de una asignación de hasta 6.000 metros cúbicos por hectárea para regar sus tierras, una cantidad que, además, no parece que vaya a ser necesario agotar -al menos a la vista de la situación actual- ya que el suelo cuenta con reservas importantes tras un invierno lluvioso, lo que demorará el riego.
«Empezamos la campaña con buenas condiciones porque en el pantano no se puede tener más agua de la que se tiene y las condiciones del suelo son buenas. Se prevé una buena campaña y el desarrollo puede ser bueno», confía el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Almazán, Sergio Muñoz, y comparten los de Olmillos, Javier Ines Tomás, e Ines, Teófilo Andrés Hernando. No obstante, advierten también, es «todavía demasiado pronto» para poder aventurar el final de la campaña y cómo será la cosecha de regadío este año ya que «todo dependerá» de la primavera, la pluviometría, la ausencia de heladas y, en general, de la climatología de los próximos meses, determinante para el desarrollo de los cultivos en una temporada que, además, va más avanzada de lo normal.
canal de almazán. En las cerca de 5.000 hectáreas del Canal de Almazán estarían ya regando otras campañas pero «este año no hay necesidad», felicita Muñoz, quien justifica este dato en la «óptima» situación que presenta el suelo, con reservas de agua suficientes para aguantar sin necesidad de un refuerzo de riego artificial.
El consumo de agua se retrasa y se seguirá retrasando en general «si vienen condiciones normales» pero, avisa Muñoz, será necesario el riego en unas semanas para algunos cultivos concretos como la zanahoria, la remolacha, la cebolla o la espinaca que «precisan de agua en una lámina superior (más superficial) para favorecer la nascencia, para hacerlos crecer».
Son buenos datos para el regadío soriano ya que suponen «menos consumo de agua pero, también, más ahorro y menos trabajo. Y todo suma», resume el presidente de los regantes de Almazán. Alude así también a la situación que atraviesa el sector primario, donde se viene denunciando desde hace ya tiempo el incremento constante de los costes de producción (luz, fitosanitarios, abonos...), a lo que el regadío adnamantino ha sumado este año además un problema añadido:el incremento de los intereses, «con créditos pendientes todavía importantes» de amortizar tras el ambicioso proyecto de modernización llevado a cabo en los últimos años.
La campaña de riego se presenta «optimista» pero, insiste Muñoz, es demasiado pronto para poder aventurar cómo será la cosecha. «Aquí vamos adaptándonos día a día porque no podemos controlarlo ni es algo que sea siempre sistemáticamente igual», sintetiza, pendiente de lo que está por venir. «El cereal aquí se cría ahora en abril y mayo. Podríamos ser optimistas porque el campo tiene buena pinta, pero le falta mucho y, sobre todo, faltan unos meses decisivos, que es cuando se cría. En cuanto al regadío, lo que mejor vendría ahora es que no hiele. A partir de ahora, el hielo hace más daño que la sequía», puntualiza.
Este año no urge lluvia como en temporadas pasadas pero, no obstante, Muñoz confía en que la primavera traiga precipitaciones ya que, «aunque se pueda regar, siempre es mejor una tormenta de agua del cielo, porque viene acompañadas de unas condiciones ambientales -humedad, temperaturas...- que al campo que le va muy bien». Así las cosas, las cerca de 120 explotaciones del Canal de Almazán miran al cielo confiando en que las buenas condiciones que presentan hoy sus tierras -donde se cultiva sobre todo remolacha, patata, zanahoria, cebolla, verdura (espinaca y grelo) y cultivos extensivos de cereal y girasol- se puedan mantener así hasta la época de la recolecta.
canal de ines. En el regadío de Ines arrancan esta campaña confiando en que sea ya la última que se riega con las obsoletas infraestructuras que dan servicio a las en torno a 1.500 hectáreas donde actualmente se cultiva sobre todo remolacha, girasol, trigo y alfalfa. «Cada vez regamos menos porque cada vez las condiciones son peores», apunta al respecto el presidente de la comunidad de regantes, Teófilo Andrés, quien espera que las obras de modernización del regadío en las Comunidades de Regantes del Canal de Ines y Canal de Eza, con una inversión prevista de 18 millones de euros, puedan comenzar «este verano» y estén terminadas para julio de 2026. «Tienen que ir rápido porque hay que cumplir los plazos», recalca, recordando así que la obra ha sido encomendada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA) para ser incluida en la Fase 2 del 'Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos', incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y su adenda modificativa y, por tanto, deben estar finalizadas en dos años como máximo. Esta actuación, al estar enmarcada en el Plan España Puede, cuenta con una aportación pública del 80% del coste de los gastos elegibles, mientras que la comunidad de regantes correrá con el coste del 20% restante. Para asumir esta parte, desde la comunidad se está trabajando ya en los avales, apunta el presidente de los regantes.
La modernización es el horizonte pero, de momento, asumen una campaña presente previsiblemente óptima ya que «el campo en esta zona de San Esteban está estupendo», resume Andrés. «Hay agua en el suelo y también reservas en el pantano», lo que hace prever que no habrá restricciones. No les preocupa en exceso ya que allí, «como en el Alto Duero en general», saben gestionar los recursos existentes: «El año pasado había menos agua y, a pesar de la sequía, fuimos previsores y terminamos mejor incluso de lo previsto. Teníamos una previsión de reserva de 60 hectómetros cúbicos pero quedaron al final 100. Este año la situación es mejor, así que confiamos en que vaya bien», sentencia el portavoz de los regantes de Ines, quien insta a las demás comunidades a «gestionar también bien sus recursos» para que «no pidan aguan».
La previsión es buena pero, insiste también, «todo dependerá de cómo venga mayo». Y, en este sentido, coincide con su igual de Almazán y cruza los dedos para que «no hiele». «El año pasado afectó más el hielo que la sequía», recuerda, confiando en que este año el tiempo respete el trabajo de los cerca de 80 agricultores que se emplean en esta zona regable.
canal de olmillos. En similares términos se pronuncian desde el Canal de Olmillos, también dependiente del Alto Duero y donde actualmente se explotan unas 825 hectáreas de regadío donde se cultiva principalmente manzana, remolacha, productos hortícolas, cereal, viña y girasol. «La campaña ahora está tranquila porque hay reservas en el suelo, todavía hay humedad y no hay necesidad de riego; pero es pronto», sintetiza el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Olmillos, Javier Ines Tomás. «Ahora casi hay más exceso de agua que falta y, frente a otros años que ya querríamos dar algo de agua al campo, este año es diferente y, de momento, no estamos pensando en riego», añade.
Aún así, insiste también, «todo depende del tiempo» y, «si sigue la dinámica actual y hace calor y no llueve, igual en quince días o un mes hay que empezar a regar algo, sobre todo cuando arranque el cereal», prevé.
La buena situación del suelo, unida a que el embalse de la Cuerda del Pozo está 17 puntos por encima de la media de la última década y está garantizado el riego para los próximos meses, «da tranquilidad» pero, alerta también, todo va a depender de «cómo venga el año». La primavera, las próximas precipitaciones y la ausencia de heladas van a ser determinantes para cerrar una campaña que se aventura buena pero, avisa también, los últimos meses han marcado unas condiciones que deben ser tenidas en cuenta ahora, ya que «las cosas vienen más aceleradas porque ha venido un invierno suave». Así las cosas, aunque se espera un año «tranquilo», Ines Tomás reitera en el trabajoy la toma de decisiones «día a día».