"En San Saturio todo se registra y son datos objetivos"

Ana Pilar Latorre
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La resturación de la ermita comenzó con una labor de análisis de las condiciones ambientales debido a la situación del enclave. La directora del centro de conservación de la Junta avanza que las gráficas se darán a publicarán para explicar el proceso

"En San Saturio todo se registra y son datos objetivos" - Foto: Alberto Plaza

Las obras de restauración de la ermita de San Saturio, que se llevan a cabo a través de un protocolo entre la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Soria y el Obispado de Osma-Soria, incluyen la monitorización de las condiciones ambientales (temperatura, humedad, luminosidad, aforo, consumo de corriente...), como estudio previo a la intervención y para marcar las pautas de conservación de futuro. La soriana Ana Carmen Pascual Díez, directora del Centro de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de Castilla y León de Simancas (Valladolid), dependiente de la Junta, ofrece las claves de esta labor de análisis.

La restauración de San Saturio se centra ahora en las pinturas murales, pero el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (CCRBC) de Castilla y León en Simancas (Valladolid) se encarga de la monitorización de las condiciones ambientales. ¿En qué consiste?

Hemos hecho todo el trabajo previo y ahora estamos realizando un seguimiento de la monitorización. En 2019 nos encargaron un informe sobre el estado de las pinturas y nos acercamos para estudiar las causas, advirtiendo que había pérdidas y deterioro en determinadas zonas. Procedimos como se hace siempre desde el centro, que lleva más de 30 años funcionando con la misma metodología de trabajo: identificación de la pieza (lugar, artistas que han intervenido, actuaciones anteriores...), en este caso la ermita de San Saturio, y, posteriormente, la caracterización con distintos estudios previos para conocer el estado de conservación. Además del estudio organoléptico al llegar, se hizo un análisis termográfico, de materiales de pinturas y paramentos, de iluminación y de la monitorización para tener datos objetivos de la conservación. 

Trasladamos los problemas y se decidió una intervención por parte el Servicio de Conservación y Restauración de la Dirección General de Patrimonio, con el que trabajamos codo con codo, y junto al Servicio Territorial de Cultura. Es un trabajo conjunto para conocer el estado real de las pinturas y estudiar la intervención y, paralelamente, se realiza la monitorización de 2021 a 2025 para estudiar las condiciones ambientales de la ermita y saber si se producen variaciones y tomar decisiones antes de que se deterioren las pinturas. Ahora estamos centrados en ese seguimiento.

¿Cómo funciona esta herramienta de seguimiento y que utilidad tendrá para la conservación de este enclave en un futuro?

Es una red de sensores inalámbrica en el interior y el exterior de la capilla que toma datos que se almacenan en una aplicación. Dentro se mide temperatura y humedad relativa de superficie y ambientes, luminosidad, corriente y CO2; y fuera hay una estación meteorológica para conocer la humedad relativa, la velocidad del viento, la cantidad y duración de la lluvia, la presión y la radiación solar. Estos datos, que se envían cada 30 minutos a la central, son fundamentales porque si hay grandes variaciones es cuando puede empezar a haber problemas. Esta herramienta permite en cada momento acceder a los parámetros que llaman la atención. No hay variaciones significativas pero este año hay una gran diferencia porque se hay gente trabajando allí todo el día. Como anécdota, los registros se alteraron y se avisó el año pasado el Miércoles Santo con el Vía Crucis del Ecce Homo y cuando se cortó parte de la hiedra del exterior. Lo más importante es que todo queda registrado y que los datos son objetivos, por lo que dentro de unos años podremos valorar si hay que hacer una nueva actuación, ventilar más, si es correcta la forma de acceso... Son datos fundamentales que servirán para conservar las pinturas.  

Es importante dar a conocer el trabajo que se está realizando en la ermita por su gran valor social, ¿desde dónde se puede acceder?

Sí, es fundamental. El trabajo de monitorización se puede ver en YouTube y también en la página de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. Nuestra intención ahora, una vez que ya tenemos en pleno funcionamiento la plataforma de la herramienta que transcribe y recopila los datos es colgar, de vez en cuando, alguna de las gráficas en las que se pueden ver los distintos movimientos. Que la gente sepa lo que es la monitorización y los datos que se obtienen de ella. Ésta es la próxima actuación que tenemos prevista.

¿Qué otros aspectos se van a tener en cuenta en esta intervención integral de un lugar así en el que por fin se ha decidido actuar?

Desde el CCRBC, cuando se interviene en un bien, tratamos de hacerlo de una manera integral. No se van a restaurar solo las pinturas y se van a dejar los retablos y la sacristía, sino que va a hacerse de una manera global porque a la vez se estudian y mejoran aspectos como la iluminación, la sonoridad, la megafonía... Todo lo necesario para la utilización del día a día de la ermita. Otra cuestión interesante del trabajo en San Saturio, además de lo comentado, es la colaboración entre la Junta, el Cabildo y el Ayuntamiento de Soria. Tras la firma del protocolo, sigue habiendo reuniones de trabajo para hacer un seguimiento de lo que se avanza. 

Como soriana, ¿qué opina del valor cultural de la ermita de San Saturio? ¿Y de su valor patrimonial como experta en la materia?

San Saturio es un elemento especial para todos los sorianos, no puedo valorarlo porque es uno de los lugares más singulares que existen. Desde el punto de vista de patrimonio cultural, es un elemento muy significativo de un momento, unas circunstancias y una forma de ser de la ciudad de Soria. La ubicación es excepcional y el acceso a la capilla por la gruta en la roca impresiona y traslada a ese momento en que San Saturio se convierte en el patrón de Soria. Tiene muchos valores porque hay elementos culturales y también ambientales, además de la tradición y el mantenimiento de la misma por parte de los sorianos. 

¿Desde cuándo está al frente del centro, con qué equipo cuenta y qué actividad desempeña?

Yo soy directora desde 2018.Siempre ha sido un centro con un laboratorio excepcional, ajustado a las necesidades, con personal especializado en la caracterización del patrimonio cultural y con una metodología basada en técnicas y herramientas que permiten profundizar en los elementos de las obras de arte, documentos, textiles, restos arqueológicos... Hay una parte administrativa y dos secciones diferenciadas: los departamentos técnicos de documento gráfico, inorgánicos o arqueología, pintura y escultura y textil; así como las áreas de apoyo del laboratorio de física y química aplicada patrimonio cultural, de fotografía especializada y carpintería ebanistería. El equipo está compuesto por 13 personas pero hay posibilidad de contratar a más para trabajos puntuales. Además de las instalaciones, contamos con una unidad portátil para trasladarla y obtener una primera impresión de la caracterización de los distintos elementos de una obra. Al ser un centro regional, asistimos a las necesidades que se presentan en un momento determinado y el laboratorio apoya la intervención de conservación del patrimonio cultural, que es nuestra principal misión.

También tenemos la posibilidad de apoyarnos en otros departamentos de Patrimonio y en los servicios territoriales, que nos apoyan en muchos trabajos que tenemos que hacer en las distintas provincias. En Soria la nueva jefa de la sección de Cultura y Patrimonio es Marta Fernández, en sustitución de Carlos de la Casa, quien ha estado siempre muy implicada desde el principio en el proyecto de San Saturio. Hay una parte de trabajo sobre la obra y otra sobre investigación y conocimiento, de intentar apoyar al resto de la dirección general en las cuestiones que requieran, como asesorar a un ayuntamiento o a una diputación sobre un tema de patrimonio porque en muchas ocasiones no tienen un técnico especializado. Ese aspecto es también muy apreciado por instituciones, asociaciones, la Iglesia... 

¿Qué novedades presenta el centro para dar a conocer los trabajos que se realizan a los especialistas?

Cuando el centro hace una intervención (estudio, restauración, consulta, análisis específico...) dejamos un registro que puede ser analizado por un especialista o gestor del patrimonio que lo precise. Ahora estamos abriendo todos los informes, con una primera fase para dar a conocer la restauración y con una segunda para dar opción a los especialistas a consultar de manera online, en principio, los datos fundamentales de esa intervención a través de la digitalización de las memorias y una ficha de restauración. Servirá como base para que los especialistas y los gestores del patrimonio cultural -restauradores, historiadores, arquitectos...- puedan acceder a estos trabajos en vez de tener que desplazarse hasta el centro de Simancas.  

En 2016 se restauraron dos libros de la Biblioteca de Soria datados en los siglos XVI y XVII que fueron expoliados, ¿qué otras actuaciones relacionadas con Soria se han realizado útilmente y desde 2018 en el CCRBC?

En el centro, además de intervenir, también desarrollamos labores de asesoramiento. Acabamos de realizar en el laboratorio el estudio para el Museo Numantino de fragmentos de carbón aparecidos en el yacimiento arqueológico de Coronilla, en Velilla de Medinaceli, donde se ha estado excavando en estos últimos años. El año pasado asesoramos sobre las condiciones de mantenimiento del Museo del Traje Popular Soriano, de la Diputación de Soria. También apoyamos al Servicio de Conservación y Restauración  de la Dirección General de Patrimonio en unas muestras que se extrajeron del claustro románico de la Concatedral de San Pedro, que era necesario antes de la intervención que se está realizando ahora. La última pieza de Soria que ha estado en el centro ha sido La procesión de Noviercas, de Valeriano Bécquer y que pertenece a la Diputación. Se restauró en el centro y se expuso en el Museo del Traje en la exposición de los Hermanos Bécquer. Además, hemos realizado el estudio de un lote de cerámicas de tipo numantino de la manzana 24 del yacimiento, halladas en una alacena. Las hemos restaurado y hemos hecho un estudio para caracterizar estas 30 piezas. Después trabajamos en una serie de láminas del mundo animal del instituto Machado, unas 84, que se restauraron y trataron. A Soria llevamos la exposición de los 30 años del centro de conservación, que coincidió en plena pandemia y mucha gente no pudo ir a verla. Procuramos desarrollar la actividad en todas las provincias.

¿En qué otros proyectos de interés  está embarcado el centro?

En la actualidad estamos trabajando con el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de Castilla y León en un innovador proyecto de caracterización de bienes del patrimonio cultural que se denomina CAR-CYL. Se enfoca a bienes culturales de carácter mueble del propio centro y está enfocado a la sistematización de datos analíticos para la conservación, centrándose en ámbitos de actuación como la captura de imágenes multiespectrales, iluminación, posicionamiento espacial, toma de muestras in situ y medición y monitorización de condiciones ambientales, para tener un informe técnico básico en un primer momento, una primera impresión. El criterio general es minimizar la intervención en los bienes culturales y potenciar o lograr su conservación preventiva. El proyecto está cofinanciado por el programa FEDER, Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y por la Junta de Castilla y León, dentro de la Estrategia de Proyectos de Interés Común del Programa Escala CTI. Se trata de interconectar las técnicas y que sean portables, así como contar el mayor número de datos objetivos para un análisis más práctico.Además, para nosotros es fundamental formar parte de estos grupos de investigación y en torno a aspectos de emprendimiento. Se ha hecho una consulta preliminar y estamos pendientes de sacar el contrato.