La evolución demográfica que está registrando la sociedad española está repercutiendo directamente en nuevos modelos de empresas que han visto en la llamada economía silver, aquella que representa a los mayores de 55 años y, en especial, a los jubilados de más de 65, el futuro de sus negocios.
En los últimos años se ha está estudiando en profundidad este fenómeno en el que se analizan los hábitos de consumo y las necesidades de las personas sénior, que constituyen el grupo de edad con mayor poder adquisitivo del país, con un 12% más que el resto, según constata el Libro blanco de la Silver Economy en España y, además, señala que generan el 26% del Producto Interior Bruto (PIB).
Una buena parte del emprendimiento actual tiene cada vez más en cuenta este singular segmento de mercado a la hora de dirigir sus estrategias comerciales y enfocar sus ventas para cubrir sus necesidades, teniendo en cuenta tanto su solvencia económica, con pensiones cada vez mejor remuneradas, como la liquidez que presentan al no tener ya gastos de hipotecas y otras cargas familiares financieras.
De hecho, para los expertos, más de 16 millones de personas en España son mayores de 55 años y conforman el grupo de consumidores séniors, lo que equivale a más de un 33% del total de la población.
El aumento de la longevidad y la calidad de vida de estas personas ha provocado importantes cambios estructurales en las empresas que les brindan sus servicios al comprobar cómo crecen las demandas de este colectivo y el alto poder adquisitivo y de ahorro que representan. Así, por ejemplo, desde hace unas décadas, estos grupos que ya no están activos en el mercado laboral disfrutan de mayores momentos de ocio, viajan más, practican deporte, incluso, reciben clases de idiomas y se rodean de coaches para mejorar su estado de ánimo, ampliar sus relaciones y descubrir todo el potencial que aún tienen por vivir en actividades que muchas veces no se habían parado a examinar.
Las empresas que centran sus nichos de negocio en este segmento conocen la importancia que tienen para sus cuentas de resultados una buena planificación a la hora de diseñar nuevos productos y servicios para estas personas.
En este sentido, estos empresarios son conscientes de que los jubilados, además de contar con una gran experiencia y saber valorar lo que les conviene, se dejan aconsejar con propuestas de valor que se adaptan a su poder adquisitivo, así como a sus gustos. En definitiva, quieren disfrutar al máximo de su tiempo y vivir la vida con optimismo, sin importar el coste.
Los expertos reconocen que no todos se comportan de la misma manera ni viven la vida desde el deseo de darlo todo. Así, defienden que para estas personas que han decidido disfrutar de su tiempo libre y de sus recursos es muy importante ofrecerles productos que les aporten confianza y les garanticen altas cuotas de seguridad.
Uno de los sectores que más negocio está haciendo con estas personas son las agencias de viaje, que están trabajando con unas altas tasas de rentabilidad con este colectivo al saber que puede viajar con mayor frecuencia, durante más tiempo y, además, con una mayor flexibilidad de fechas.
Según un informe publicado recientemente por la ONU, el 41% de la población superaba en España los 50 años en 2019 y, para 2050, se espera que este porcentaje alcance el 53%. Ante esta coyuntura, el análisis sostiene que entender a la población mayor de 50 años como segmento de mercado atractivo, capaz de sustentar y de hacer crecer a la economía gracias a su poder adquisitivo, es clave a la hora de hacer frente a esta nueva realidad demográfica con iniciativas empresariales muy bien estructuradas y dirigidas a estas edades.
Oportunidad
Los economistas defienden que la población sénior es cada día más decisiva para el mundo empresarial en cuestiones esenciales de hábitos de consumo y, sobre todo, representa una gran oportunidad económica de futuro.
Entre los defectos que sostienen que se deben evitar es tener un especial cuidado para no caer en el edadismo, tanto en el lenguaje como en la forma de dirigirse a este colectivo, ni en infravalorarlos puesto que siguen en el mercado con plenas facultades y manejan las nuevas aplicaciones digitales con más o menos soltura. De hecho, el 70% adquiere productos por internet y utiliza la banca digital.