El 3 de noviembre de 2014 abrió sus puertas la residencia Asovica (Asociación 'Virgen del Camino') en el barrio de Los Royales, un centro pionero que sigue un «modelo rehabilitador» y «de puertas abiertas». Desde ese momento se pusieron a disposición 40 plazas para personas con enfermedad mental que precisan una asistencia específica durante las 24 horas del día antes de pasar a otros recursos, como pueden ser los pisos tutelados. El centro, gestionado por la asociación, se construyó gracias a la colaboración entre administraciones y el compromiso con la salud mental, completando la red que ya formaban el centro de día de empleo Asovicauto y centro especial de empleo Servifadess, entre otros servicios.
Diez años después, la residencia Asovica sigue cumpliendo sus objetivos, según recalca el director, Marcos Gómez, quien recuerda que cuenta con tres plazas concertadas y 37 que se financian a través de la Ley de Dependencia con un sistema de copago. De los 39 usuarios que tiene en la actualidad, el 75% son de Soria, aunque las plazas están abiertas a personas de toda la comunidad. Además, desde hace años cuenta con una plantilla de 22 trabajadores (director, psicólogo, trabajador social, educadoras, cuidadoras y personal de servicios) y se subcontratan a Servidafess, aprovechando otro recurso de salud mental, los servicios de conserjería, lavandería, pinche de cocina y limpieza, por lo que el centro rehabilitador emplea a otras cuatro personas con discapacidad mental.
Marcos Gómez recuerda que la Junta tenía la intención de crear una red de residencias para personas con enfermedad mental y la de Asovica «fue la primera que construyó y gestionó una entidad de familiares de personas con problemas de salud mental». Este modelo pionero ha abierto camino y se ha replicado en León, a través de otro colectivo de la Federación de Asociaciones de Salud Mental. Hay, además, residencias de otros modelos -de gestión privada que la Junta saca a concurso- en Burgos y Ávila. Pero, a día de hoy, no hay residencias en las nueve provincias.
"COMO EN CASA". Las plazas han estado cubiertas «casi siempre al 100%» y es una comisión mixta de la Junta, formada por Salud Mental de la Consejería de Sanidad y por la Gerencia de Servicios Sociales, la que decide los «candidatos» para ser usuarios de la residencia tras evaluar los diferentes casos. También Asovica puede realizar las sugerencias que crea oportunas en la comisión.
«El balance es muy positivo y hay usuarios que llevan desde el principio. La gente permanece tiempo en el recurso, porque al final es de larga duración, a no ser que se recuperen muy bien y puedan pasar a uno con menor grado de atención, como las viviendas. Ysi alguien tiene una recaída se deriva a un recurso con más control, sobre todo médico», explica el director, haciendo referencia a que cuando tienen cualquier problema sanitario acuden al centro de salud, porque en la residencia no hay personal médico al ser un centro de atención psico-social.
En cuanto a la dinámica del día a día, lo que siempre se ha pretendido es que sea un «centro abierto», es decir, que los usuarios no pasen en él todo el día, sino que tengan sus actividades o trabajos fuera (en centros de día o talleres ocupacionales, cursos...) y después regresan a comer y dormir o a realizar talleres o actividades de ocio. «Hay una serie de normas, unos horarios de salida y entrada y un control por parte del personal, pero aquí la puerta está abierta», incide el director haciendo referencia a ese «modelo rehabilitador» de atención psico-social frente a un modelo de internamiento en el que la gente no puede salir. «Lo que pretendemos es que se participe en actividades dentro de la comunidad», algo clave.
TALLERES Y ASAMBLEA. Estos diez años han sido para Marcos Gómez satisfactorios porque «hay muchos usuarios que se sienten como en su casa, cómodos y, sobre todo, apoyados y queridos en el día a día». «Se les ofrece apoyo en la parte de las tomas de medicación, en atención psicológica, tema legal... en todos los aspectos que lo requieran», sostiene. Como los usuarios, también muchos de los trabajadores llevan allí desde el principio, por lo que la residencia es «como una familia», algo que comprueba El Día de Soria en su visita al centro con motivo del aniversario.
«Es un recurso que controla mucho determinadas conductas y problemas que surgían cuando el usuario estaba en casa y no se sabía manejar la situación, lo que llevaba a una recaída grave y a su consiguiente ingreso», por lo que se han reducido los ingresos descongestionando incluso el sistema sanitario.
«El modelo del usuario en casa es el mejor, pero hay casos en los que el control no es el más indicado o no pueden estar allí», sostiene Marcos Gómez, explicando que tienen usuarios que los fines de semana o en vacaciones se van al pueblo, por ejemplo. Según esté estipulado en cada caso, pueden ir a casa a ver a su familia por la tarde, los fines de semana, cada mes... Si mejoran, pasan a las viviendas que tiene también Asovica, con un nivel de apoyo no tan elevado, «aunque eso desde un problema grave no es fácil». «Siempre hemos tenido mucha colaboración de los servicios de Salud Mental y de los sanitarios de familia, los mismos para todos, en el centro de salud del Espolón», señala agradecido.
En el centro «hay varios perfiles de usuarios con enfermedad mental crónica grave y prolongada pero, fundamentalmente, son esquizofrenias». Se suman casos de trastorno bipolar o trastorno de personalidad. «Estas enfermedades generan una pequeña dependencia que es lo que nosotros tratamos de mejorar y, si no, de generar un hábito y un día a día en que la persona se pueda manejar o mover», indica.
talleres y asamblea. En todos estos años ha habido bastantes mejoras, como la decoración, el mobiliario, la sala de informática, las tablets para los usuarios, la furgoneta, la cocina, el sistema de calefacción de control remoto, las placas solares... Ylos talleres que pueden realizar los usuarios en el centro se han ido adaptando -evaluación del sistema de calidad ISO y según la demanda- y ahora en los programas se incluyen los de carpintería, ocio, radio, rehabilitación cognitiva, programas deportivos (cancha y piscina), psicomotricidad... Cada viernes se organiza una asamblea, a modo «reunión de vecinos», para realizar aportaciones sobre los aspectos del centro que quieren cambiar o mejorar. En el día a día se insiste, sobre todo, en la importancia de las actividades de la vida diaria con los usuarios, desde higiene a vestido pasando por hogar, manejo de dinero y consultas médicas.
Asovica quiere aprovechar el décimo aniversario para participar en el Congreso de Salud Mental organizado por la federación a nivel nacional, aportando la experiencia de este centro pionero y realizando un balance de este tiempo a través de datos de interés, como reducción del número de ingresos, patologías... Los diez años se celebran este viernes con un vino español, al que se ha invitado a las autoridades y a los representantes del grupo Asovica-Fadess y de otras asociaciones de salud mental de Castilla y León. Un acto sencillo para celebrar un gran avance en la atención a personas con enfermedad mental. «Sobre todo, queremos celebrarlo con los propios usuarios», concluye el director.