Con un retraso de 20 minutos, la procesión de la Vera Cruz daba inicio en Almazán tras muchas deliberaciones y con el permiso de una lluvia que ha dado una tregua a la villa adnamantina en la noche de Miércoles Santo. En esas conversaciones el Ayuntamiento decidía que el Nazareno no saldría de la ermita de Jesús.
Las cofradías de la Vera Cruz y el Santo Entierro partían entonces hacia la Iglesia de Nuestra Señora del Campanario con cientos de cofrades y dos imágenes como ejes principales: el Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad. Con el cielo volviendo a amenazas lluvia, conseguían culminar su camino.