Esta Nochebuena no todos van a estar acompañados. Por diferentes causas, muchas personas pasan solas la Navidad. Para evitar que esto suceda, en Golmayo se pone en marcha una iniciativa de acogida y hospitalidad.
En el Hogar de la parroquia de Camaretas viven 19 refugiados de hasta siete nacionalidades distintas. Hoy se convierten en anfitriones de una cena de Nochebuena en la que ofrecen platos típicos de su país, que van a compartir con otras personas para que no pasen solas esta noche tan especial.
Un menú elaborado por ellos mismos con hallacas venezolanas, buñuelos y natillas de Colombia, o panes con pollo de El Salvador. Detrás de cada refugiado hay historias dramáticas por las decidieron dejar atrás su país. Es el caso de Andy Martínez, refugiado que se marchó de Colombia tras haber sufrido atentados en contra de su vida por su orientación sexual. Por su parte, Briseida Corado, refugiada de El Salvador, se tuvo que ir junto con su marido porque empezó a sufrir extorsiones económicas en su puesto de trabajo en un aeropuerto.
La Nochebuena más enriquecedora en la parroquia de CamaretasAhora forman una gran familia junto a otros refugiados de Venezuela, Cuba, Perú o Túnez, y esta Nochebuena abren las puertas de su casa a decenas de personas para que no pasen solas una de las cenas más especiales. "Convivir con gente de otras culturas es muy chévere", asegura Moisés López, refugiado venezolano.
Todo gracias a la iniciativa que impulsa el padre Ángel, un hogar en el que no se juzga a nadie: "Tenemos musulmanes también, personas con diversas identidades sexuales, cada uno es de la forma que es y punto, no nos preocupa ese tema, estamos abiertos a crear ternura en la acogida en días como hoy, es lo fundamental".
Porque la vida se enriquece con proyectos como éste de acogida y hospitalidad.