No podemos dejar de analizar lo sucedido en este país con la desgracia de la dana en la provincia de Valencia. De nuevo, ha vuelto a aflorar la miseria de la clase política de España, en este caso protagonizada por Pedro Sánchez y el presidente Valenciano Mazón. La incompetencia de la clase política de este país sigue manchando y humillando la dignidad de las personas. En este caso no se entiende que sea la ciudadanía quien solucione la ineficacia de la administraciones. Tristemente podríamos decir que estamos en un «Estado fallido». Cuando hablo de este término me refiero a que las administraciones están haciendo dejadez de sus funciones fundamentales, que es principalmente procurar el bienestar de sus ciudadanos, que a la vez son contribuyentes de la caja general a base de muchos impuestos. No tiene sentido que sea la solidaridad de un país y de sus voluntarios quien saque una crisis así adelante, algo muy bonito y bucólico pero inaceptable en pleno siglo XXI y en un país del primer mundo.
De nuevo, el siniestro Pedro Sánchez pone en marcha su estrategia política dilatoria para tener beneficios personales y de partido. La frase «si necesitan ayuda que la pidan» es la manera más mezquina de degradar, humillar o despreciar al pueblo valenciano, a sus muertos y desaparecidos, que estaban en ese momento todavía bajo el barro. Empezamos a ver de manera perpleja a los dos principales partidos de este país, PP y PSOE, como se meten en el barro, y no es el barro o el fango de las calles valencianas, sino el barro dialéctico. Algo lamentable e intolerable con la que teníamos encima durante la primera semana de la crisis. La última ocurrencia de Sánchez fue proponer, o mejor dicho chantajear a los partidos políticos, para que aprobarán los Presupuestos Generales... «para así ayudar a los valencianos». De nuevo, el presidente del Gobierno engaña con estas aseveraciones y saca a relucir sus dotes estrategas, y chantajea a todo los partidos políticos. O apoyan sus presupuestos o están en contra de ayudar a los valencianos. Es indignante que se aprovechen de la desgracia para sacar rédito político y conseguir unos presupuestos que el año pasado no pudieron conseguir por su ineptitud política.
En conclusión, podríamos hacer un análisis mucho más pormenorizado de la situación política, pero tengo claro que la solución para este país no pasa por que nos dirijan los políticos en situaciones como las sucedidas en Valencia. Habría que modificar el sistema de alarma actual y crear un comité de expertos que tomen las decisiones técnicas adecuadas en situaciones de emergencia, dejar a los políticos y sus intereses partidistas alejados de las tomas de decisiones para poder velar por el interés general de la ciudadanía, y no por el interés propio y de los partidos políticos.
Por otro lado, dejo varias cuestiones en el aire, para que todos los lectores mediten. ¿Alguien piensa que si la Comunidad Valenciana hubiera sido del mismo color político que el Gobierno central no hubiera sido más ágil la ayuda de este último? ¿Cuándo va a tomar responsabilidades políticas la Comunidad Valenciana y Gobierno de España? Y, por último, tanto Sánchez como Mazón tienen una responsabilidad criminal que tendrán que asumir pero la evidencia deja totalmente claro que el Gobierno de España en esta ocasión no ha actuado mal sino que actuó de mala fe.