Soria se arma para la caza, pero descienden los permisos

Ana Pilar Latorre
-

La falta de relevo de esta práctica hace que las licencias concedidas por la Guardia Civil se reduzcan a en torno a 6.900

Soria se arma para la caza, pero descienden los permisos - Foto: SERGIO_DE_MIGUEL Sergio de Miguel Asensio

La Comandancia de la Guardia Civil de Soria cifra en 6.938 las licencias de armas en vigor en la provincia en 2024, de las que 46 son nuevas y 570 renovaciones. Las estadísticas del Ministerio de Interior recogen que a cierre de 2023 se contabilizaban en Soria 7.079 licencias y autorizaciones en vigor, que corresponden a 12.174 armas. Del total, 4.083 son licencias de tipo E (con 9.611 armas), cuya concesión corresponde al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Soria y ampara la tenencia y uso de escopetas y demás armas de fuego largas de ánima lisa con punzón de escopeta de caza, armas de fuego largas rayadas para tiro deportivo del calibre 5,56 (22 americano), armas de aire comprimido de más de 24,2 julios, ballestas y armas para lanzar cabos. Además, hay 2.816 permisos de tipo D (2.446 armas), cuya concesión es también por parte del jefe de la Comandancia y que ampara la tenencia y uso de armas de fuego largas rayadas para caza mayor. Así que casi la totalidad de los permisos en Soria corresponden a la práctica de la caza, como viene siendo habitual.

En Soria se cuantifican, además, 65 licencias de tipo C (sin ningún arma registrada), que son para vigilancia y seguridad, 31 de tipo AEM (Autorización especial de uso de armas para menores) -sin ningún arma registrada- para el uso de armas largas rayadas en caza mayor y tiro deportivo por parte de menores de 16 a 18 años y de armas de 3ª categoría para caza y competiciones deportivas de jóvenes de 13 a 18 años. A estos se suman 25 permisos de tipo F -38 armas- para armas de fuego de concurso por parte de personas habilitadas para la práctica de tiro olímpico o de otra modalidad deportiva que use armas de fuego; y otros 25 permisos de tipo AE, también con 38 armas, para la tenencia y uso de armas largas y cortas de avancarga, además de sistema Flobert y armas antiguas. Los permisos tipo TE son 16, aunque sin armas registradas. Es la Tarjeta Europea de Armas de fuego para la tenencia de los cazadores de armas de 2ª y 3ª categoría, tiradores deportivos, armas de concurso de 1ª, 2ª y 3ª categoría y los participantes en recreaciones históricas respecto a armas largas antiguas de un solo tiro o sus reproducciones, cuando se desplacen a otro país de la UE.

En Soria se registran 14 permisos de tipo L, con 39 armas, que son para armas de fuego de avancarga, antiguas, históricas o artísticas, susceptibles de hacer fuego o no, y de armas de sistema Flobert, que deben inscribirse en el Libro-Registro de Coleccionista, quedando prohibido su uso. Por último, hay tres permisos IA, con un arma, para el uso de fusiles de inyección anestésica en lugares concretos; y uno de tipo B, con un arma, con concesión restrictiva para el uso de arma de fuego corta para la defensa personal, «siempre que exista un riesgo especial y estricta necesidad».

Soria se arma para la caza, pero descienden los permisosSoria se arma para la caza, pero descienden los permisos - Foto: SERGIO_DE_MIGUEL Sergio de Miguel Asensio

En cuanto al tipo de armas amparadas por licencia, 9.168 son de 3ª.2, es decir, escopetas y demás armas de fuego largas de ánima lisa o con cañón con rayas para facilitar el plomeo, que los bancos de pruebas reconocidos hayan marcado con punzón de escopeta de caza, no incluidas entre las armas de guerra. Y 2.447 son de 2ª.2, armas de fuego largas rayadas.  También hay registradas 443 armas de 3ª.1, armas de fuego largas rayadas para tiro deportivo de calibre 5,6 milímetros (22 americano), de percusión anular, bien sean de un disparo, bien de repetición o semiautomáticas. Hay registradas 39 armas de 1ª.1 (armas cortas: pistolas y revólveres); 36 de 6ª.1 (armas de fuego antiguas o históricas, sus reproducciones y asimiladas, conservadas en museos autorizados por los ministerios de Defensa y de Interior); y 26 de 6ª.4 (armas de avancarga). En menor cantidad, hay 7 de 7ª.2 (ballestas), 3 de 7ª.6 (armas de alarma y señales y pistolas lanzabengalas), 2 de 6ª.2 (armas de fuego anteriores  a 1890 y reproducciones) y una de 2ª.1 (armas de fuego largas para vigilancia y guardería), de 7ª.1 (armas de inyección anestésica para animales) y de 7ª.4 (armas de sistema Flobert).
USUARIOS

Sobre la edad de los titulares de las licencias, según los datos de 2023, 1.710 corresponden a personas de 60 a 69 años, 1.592 tienen de 50 a 59 años, 1.298 de 40 a 49 años, 933 de 30 a 39 años, 735 de 70 a 79 años, 621 de 18 a 29 años, 159 de más de 80 y 31 de 14 a 17 años.
En cuanto a la evolución de 2022 a 2023, se ha pasado de 7.117 licencias a 7.079 (38 menos) y de 12.255 armas a 12.174 (81 menos) lo que es un ligero descenso que podría reflejar esa falta de relevo generacional en la práctica de la caza en Soria. Así como hay armas que se adquieren y registran cada año, también las hay que se retiran y se entregan a la Guardia Civil para su destrucción. En 2023 se contabilizaron 172 armas achatarradas.
Desde las armerías de Soria comentan que se realizan en sus establecimientos inspecciones periódicas y un «control exhaustivo por parte de la Guardia Civil». «Todo queda registrado», comenta Abraham Rosa, de la Armería Santa Bárbara, haciendo referencia, por ejemplo, al recuento de la munición.

El armero comenta que vende unas 80 armas al año, entre escopetas de caza menor y rifles de caza mayor, «con más tirón» porque esta variante está en alza. El establecimiento se dedica a la pesca desde hace 40 años e introdujo la caza hace 22, tanto a venta como a reparación. «Los que son muy aficionados quieren estar a la última y los de más tradición conservan su arma y la van reparando», añade explicando que el parque de armas en Soria es antiguo, sobre todo en los pueblos. Los precios de las armas van de 800 a 5.000 euros y destacan las fabricadas en Italia, Alemania, EEUU y España. Abraham Rosa apunta al escaso relevo generacional de cazadores que suele ser por tradición familiar y en pueblos por tener cotos.