Con motivo de la celebración del Día Mundial Contra el Cáncer el próximo 4 de febrero, la delegación soriana de la AECC ha transmitido que el riesgo de desempleo es un 34% mayor en supervivientes de cáncer y hace un llamamiento a todos los agentes sociales para reducir el impacto de este enfermedad en la vida laboral de los pacientes. La reducción del 325% de la nómina en las bajas laborales, unido al largo periodo de las mismas a causa de la enfermedad, hace que muchos pacientes puedan encontrarse en una situación económicamente vulnerable.
En 2023 más de 110.000 personas con cáncer, un 38% de la incidencia global, estaban en edad laboral y el 28% de los pacientes afirman haber perdido o dejado el trabajo a causa de la enfermedad. El cáncer provoca un coste económico del 41% de las familias superior a 10.000 euros durante la enfermedad y, además, la reducción del 25% de la nómina en las bajas laborales, unido al largo peirodo de las mismas a causa de la enfermedad, hace que muchos pacientes puedan encontrarse en una situación económicamente vulnerable y en grave riesgo de exclusión social.
La asociación, en este llamiento a los agentes sociales, explica que en Europa hay 12 millones de supervivientes de cáncer y en España más de 2,2 millones de personas a las que se ha diagnosticado cáncer a lo largo de su vida. El aumento de la tasa de incicencia de cáncer y la supervivencia plantea un gran desafío para los próximos años: poner el foco en las necesidades no cubiertas de los pacientes y los supervivientes.
La reincorporación inmediata al puesto de trabajo y a las funciones habituales es un proceso cargado de dificultades. El dolor, los problemas de concentración o movilidad, el cansancio y el inconveniente de poder retomar la turina laboral habitua tras un largo periodo de inactividad, dificultan el desempeño de una jornada laboral. El el caso de la incapacidad permanente total para la profesión habitual, se ven obligados a buscar una nueva profesión.