Es el todo o nada, 90 minutos (o puede que 120) para conseguir el gran objetivo de la temporada, para garantizar la viabilidad del proyecto, para recuperar parte de lo perdido, para comenzar (una vez más) la vuelta a las plantas superiores del fútbol español. El Numancia busca su última bala en Yecla, no hay más oportunidades.

El equipo busca defender el 2-1 conseguido en Los Pajaritos. Solo (entre comillas) necesita no perder, pero lo hará en un campo del que se ha escuchado de todo estos días, pero que simplemente es una grada que aprieta, un público (4.000 espectadores) que anima hasta el último aliento a su equipo. Miles de personas a las que acompañarán 150 aficionados numantinos, una pequeña resistencias que busca dar aliento a los suyos.

Todos los ingredientes ya están en la coctelera del ascenso. Solo falta saber si la mezcla termina saliendo de color rojillo, si el equipo ha aprendido la lección de San Sebastián de los Reyes y de Cáceres. La diferencia es que ahora no hay ningún tipo de margen de error.

El contexto. El campo de La Constitución está acaparando toda la atención de los días previos al partido. Desde la plantilla del Numancia se centran en lo deportivo. «Ahora es el último partido de verdad», explica Jesús Tamayo. «Será bonito, pero a la vez difícil», aclara. «Vamos a darlo todo por conseguir el ascenso», sentencia el capitán (o comandante) rojillo.

Jugar a domicilio cambia, en primer lugar, el terreno de juego. «En campos pequeños lo hemos hecho bastante bien», recuerda. «Al tener menos dimensiones va a haber muchos duelos, disputar y segundas jugadas», analiza. «Debemos ser aguerridos y adaptarnos a todas las circunstancias que nos surjan», explica Tamayo.

Respecto al ambiente, ponen tranquilidad. «Es un partido de fútbol, no vamos a ninguna guerra», puntualiza. «Apretarán como hizo nuestra afición y seguro que los 150 valientes que irán allí y nosotros con nuestro fútbol, conseguiremos el objetivo», finaliza el capitán. Será además su último partido con la camiseta del Numancia.

Motivación. Hace tres semanas el Numancia terminaba hundido. El 5-0 en Cáceres era un duro golpe para el equipo. «Ahora no tiene nada que ver», aclara Javier Bonilla. «La semana del Cacereño nos equivocamos, lo dimos todo por hecho hablando de que era un día de fiesta y de celebrarlo en Soria, pero hemos aprendido», añade el agredeño.

Esa forma de salir «con el cuchillo entre los dientes», es un lema que el vestuario repite. «Si por las circunstancias te meten un gol y te toca ir a la prórroga tendrá que ser así, pero lo que no se puede permitir es lo que pasó ante el Sanse o el Cacereño», detalla Bonilla. El jugador tiene en la mirada el convencimiento de que esta vez no pasará lo mismo.

Solo queda una cosa, por saber. El '3' prometió que marcaría en la final por el ascenso. «Es cierto que lo dije», reconoce. «El otro día le di una asistencia a Alain Ribeiro y ojalá en Yecla lo consiga», cuenta con humor. «En realidad da igual, lo que quiero es conseguir ascender», ambiciona. Como uno de los portavoces del vestuario, deja claro que el grupo está por encima de todo.

Ilusión. La opinión de los capitanes es capital en el vestuario del Numancia, pero la aportación de la ilusión y la calidad futbolística de algunas de sus incorporaciones está resultando determinante. Es el caso de Alain Ribeiro. «Estoy con muchas ganas de que llegue el partido, pero también disfrutando de la semana», explica. «Llevamos muchas semanas juntos y hay que saborear cada momento», matiza.

Ese cambio de mentalidad es más que evidente. «Teníamos que dar una vuelta a ello, hemos cambiado el chip tras lo de Cáceres y al saber que solo nos quedaba una bala se ha visto una versión diferente y estamos dando la cara», narra el atacante. «Nos ayudamos unos a otros, empujamos juntos y creo que estamos en nuestro mejor momento», apunta.

El objetivo está a un partido y no quieren dejar pasar la oportunidad. «Dimos el primer paso en Los Pajaritos, pero vinimos aquí para jugar este tipo de partidos», sentencia. Este Numancia no es el mismo de hace 20 días, este equipo ha afilado sus colmillos para 'morder' el objetivo de estar en Primera Federación.