La Asociación Empresarial de Camping de Soria, que reúne a las ocho instalaciones de la provincia, ha iniciado en junio su andadura con el objetivo, entre otros, de reclamar a las administraciones apoyo para relanzar este tipo de alojamientos. Su presidenta, Paula Guisande Boronat, pone de relieve que no son algo «secundario» y que en el pico de la temporada alta consiguen completar las 5.000 plazas.
¿Cómo surge la iniciativa de impulsar esta asociación que ha conseguido unir a todos los camping?
Tenemos buen entendimiento. Lejos de vernos como competidores somos colaboradores necesarios y llevamos años intercambiando experiencias, preocupaciones, realidades. Hemos dado el paso para formalizarlo, pero llevamos ya un par de años juntándonos, manteniéndonos al día y nos mandamos clientes unos a otros, algo que no es habitual en otros sectores.
Pese a que tenemos características similares, podemos aspirar a públicos distintos por la ubicación, el propio tipo de camping o los servicios que ofrecemos. Hay mercado para todos. Si lo trabajamos bien, podemos responder a distintas expectativas de los campistas que nos visitan. Hay que dar el salto cualitativo entre todos para que se reconozca a los camping de la provincia y así ganaremos todos.
Existen otras agrupaciones de hostelería y de turismo, ¿no se sentían representados en ellas?
Muchos estamos en otros espacios, no es incompatible estar en Asohtur (Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo), en la Cámara de Comercio o en Asecal (Asociación de Camping de Castilla y León). Pero entendíamos que aquí había algo en común, que es Soria. Desde Asecal nos preguntaban si no podíamos ir ahí, pero es que es difícil llevar nuestra particularidad soriana a todo Castilla y León o a otros contextos más amplios de la hostelería y el turismo. No es incompatible, no venimos a sustituir a nadie, pero entendemos que formalizamos un espacio con esas peculiaridades sorianas y del propio camping.
Apuntaba la diferencia que existe entre unos camping y otros en la provincia. Pero, en general, ¿cuál es el tipo de instalaciones que se puede encontrar un turista en Soria?
Responde a un turismo de naturaleza, los entornos son idílicos, la naturaleza está poco intervenida, no somos camping de hormigón, más allá de los servicios de primera categoría. Hay una integración en el entorno que cada vez se da menos fuera de Soria. Algunos son como resort y aquí se pone en valor esa integración. La gente nos dice que es como el camping de toda la vida, reconoce Soria como la esencia del camping.
Las administraciones también tienen que verlo, porque se han olvidado de ellos. Hay mucha experiencia, hay gente que lleva camping durante décadas, estamos formados, al día, no tenemos camping improvisados. Además, vendemos servicios de mucha calidad y así se ve en las reseñas en las redes, los comentarios son buenísimos. No queremos que la gente venga buscando gratuidad, sino que reconozcan los entornos y los servicios que tenemos.
¿Tienen planeada alguna acción concreta desde la asociación?
Como ya estamos a las puertas de la temporada estival, estamos con la ronda de presentaciones institucionales. Ya hemos estado en la Subdelegación del Gobierno, en la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Soria, tenemos pendiente con la Diputación, vernos con los ayuntamientos, la mancomunidad... Queremos sacar a la luz esta oportunidad que suponen los camping de Soria para la propia provincia. Hay que destacar la relación que tenemos con las comunidades locales, muchos estamos en zonas de riesgo de despoblación. Tener un camping genera empleo, atrae turistas, impulsa la actividad económica... no solo es bueno para el camping, es bueno para retener y atraer población.
Si se solucionaran otros problemas como vivienda, transportes u otros servicios públicos, quizás podríamos atraer aún a más gente. En verano, entre todos los camping, hablamos de unos 200 puestos de trabajo directos e indirectos.
Uno de los desafíos de cara al futuro es desestacionalizar. Cada vez abrimos más meses, algunos hasta diez, pisamos invierno que en Soria es duro. Esto supone un gran esfuerzo porque tienes que adaptar tus instalaciones y estar muchos meses a pérdidas, pero entiendes que no puedes parar ese impacto económico en tu entorno porque la gente tiene que vivir 365 días al año, no solo del verano. Si trabajas a dos meses, todos los años tienes que estar rotando porque es muy difícil que tengas un fijo discontinuo que te espere diez meses al momento de contratación.
¿Tienen dificultades para encontrar trabajadores?
Sí. Cuando toca buscar determinados perfiles o reforzar, cuesta. La vivienda es un condicionante. Igual tienes a alguien dispuesto a venirse, pero no tiene dónde vivir. Lo que queremos es mantener una economía más estable e inclusiva durante todo el año.
La asociación está integrada por ocho camping (5.000 plazas turísticas). Decía que Soria tiene mucho potencial, ¿tienen una estimación de cuánto se puede crecer?
Hay alguno que está en proyecto, como el de Duruelo de la Sierra, y otros habrán perdido sus licencias, por lo que será difícil revitalizarlos. No sé hasta cuánto se podría llegar, también es una apuesta de las administraciones, porque en las condiciones actuales nadie desde lo privado va a poner en marcha un camping.
En la estrategia de turismo de toda la Comunidad, la mención a los camping, prácticamente, no existe. Queremos que haya un reflejo en esa apuesta por el turismo de naturaleza y de calidad. Estas opciones de alojamiento, después de la pandemia, han despertado más interés. Vamos a aprovechar esa oportunidad que tenemos en una provincia que tiene un entorno maravilloso que vender.
No nos gustaría que esto fuera algo masivo porque perderíamos calidad. Una de las cosas que trae a la gente a Soria es que el entorno está poco intervenido. No queremos perderlo.
Proliferan las áreas para autocaravanas. ¿Es compatible con los camping?
Hay perfiles para todos los camping y para quienes están de paso, que estacionan su vehículo sin mayor despliegue. En las áreas no se puede acampar, están reguladas por ordenanzas municipales que obedecen a normas de tráfico para los espacios de estacionamiento y establecen unas tasas, para que se pague por lo que se utiliza. El quiere acampar viene a un camping y el que quiere estacionar va a un área de este tipo.
Lo que pasa que cuando hablamos de calidad no queremos que se vea Soria como una parada, sino como un destino.
¿Cuál es el perfil del turista que viene a los camping de Soria?
Depende del momento del año. En la temporada baja, cuando los calendarios laborales y académicos tienen a la gente retenida en su rutina, está impulsando la economía de los camping el turismo internacional. En esto tenemos que apostar. Hay destinos que han logrado situarse en los mercados internacionales a través de los que pasan por los camping. Soria tiene que hacer ese trabajo. Vamos a ver dónde están los núcleos emisores y a trabajar con esos clientes, que son estupendos, porque valoran donde están, los servicios y la atención personalizada que reciben. Visitan los pueblos, consumen en el bar, compran en las tiendas... eso se ve, el extranjero que anda dando vueltas es del camping.
Nos falta formación en idiomas y más cosas, porque tenemos que acompañarlos. No estamos todavía preparados para sacarle el máximo provecho a ese turismo. Nosotros, por ejemplo, en el camping de Covaleda trabajamos con productos locales porque les encanta probar lo de aquí.
En verano vienen más familias, cuando los calendarios permiten esos desplazamientos nacionales y las estancias más largas.
¿Cómo ha evolucionado el sector en cuanto a instalaciones?
Hay camping que han apostado por bungalows. No es lo mismo estar en un alojamiento que en plena naturaleza, con todos los servicios. Sigue habiendo de todo, gente que disfruta de la tienda de campaña, del hornillo, de la vida de camping... y hay otros que buscan otra cosa. Afortunadamente, hay una diversidad y soluciones de camping para todos. Antes era más rústico, hoy te vas de camping con todas las comodidades.
Hay autocaravanas que son verdaderos palacios con ruedas. Y el camping no es una opción vacacional para turistas con pocos recursos, porque hay autocaravanas que cuestan 180.000 euros. Hay bungalows que tienen más prestaciones que algunos hoteles. Hay de todo. Esto es un desafío porque hay que dar respuesta a esas expectativas de clientes de todo tipo, hay que compaginar la convivencia. En los camping se aprende de compartir, solidaridad y valores.
Los precios de los alojamientos turísticos se han disparado. ¿Los camping han sido la misma tendencia?
Aquí en la provincia, no. Quizás a costa de nuestro propio margen, en general, creo que la tendencia ha sido mantenerse o favorecer estancias más largas, desestacionalizadas... para que no se concentre todo en mes y medio.
¿Se llenan en julio y agosto?
Por lo general, sí. Sobre todo del 15 de julio al 15 de agosto, como ocurre en todo. El inicio de julio y el final de agosto suelen ser más flojos. Pero aquí se está muy tranquilo, a diferencia de otras zonas con parcelas más pequeñas, muy marcadas, aquí hay más amplitud y nada de agobio.
¿Cómo impacta la expansión de las viviendas turísticas?
No lo vemos como una amenaza para los camping. Afecta más a la vivienda habitual, porque hay mucha que ha salido del mercado del alquiler. El que busca la libertad en el entorno no se mete en un piso turístico.
¿Comparten más mercado con los alojamientos rurales?
El perfil puede ser más parecido, pero tampoco nos detrae clientes.
¿Se puede vivir del camping durante todo el año?
Nosotros lo conseguimos a base de esfuerzo, pero hay meses que vas a pérdidas. Si los pueblos no existen, nosotros no existimos, y viceversa. Debemos ir en la misma dirección. En Soria, todas las estaciones tienen su encanto, hay momentos de todo y hay que saber explotar esas bellezas estacionales, dotar de actividades complementarias.
Comentaba antes que están con la ronda a las instituciones, ¿con qué disposición se encuentran en los ayuntamientos?
Falta mucha visión de futuro. ¿Dónde queremos estar en veinte o en diez años? No podemos funcionar a golpe de subvención, tenemos que saber el destino al que vamos. Es muy importante la participación con los vecinos, abrir canales en los que la gente aporte, porque igual hay grandes ideas que estamos desaprovechando a la hora de construir los municipios. Que la gente se quede depende de que exista una expectativa de que vaya a haber más empleo y mejores condiciones de vida.