La celebración de la festividad de Santa Bárbara, en el barrio de la capital del mismo nombre, ha servido para hacer un llamamiento sobre el estado de este inmueble de estilo rústico popular que, aunque en sus orígenes estaba en las eras, ahora está rodeado de construcciones como el hospital, un supermercado, bloques de viviendas e incluso una pista de pump track). La intervención es urgente porque la cubierta está a punto de desprenderse, y desde la parroquia y la cofradía se pide colaboración económica para acometerla.
El Día de Soria visita esta curiosa ermita construida a finales del siglo XV o principios del XVI. No hay documentos oficiales de la fecha, aunque sí una inscripción borrosa en el retablo que podría indicar una fecha entre 1500 y 1509, aunque sin total seguridad. «No es coetánea a la ermita de la Soledad, y es más pobre en cuanto a los materiales -sí se empleó sillería en esquinas, puertas y dinteles- y más rural, porque podría estar en cualquier pueblo de Soria», indica Alejandro Rodríguez, de la cofradía por tradición familiar, ya que su madre, Pilar, acudía a los actos y fue la impulsora de la subasta de roscas en el día de la santa y su padre, Alejandro, estaba vinculado por su profesión. La hermandad cuenta actualmente con 40 miembros, «pero no hay relevo».
La ermita no tiene escudo nobiliario; conserva su portada original, del siglo XVI, y tres ventanas en alusión al martirio de la santa. Ésta, del siglo III y origen turco, «fue encerrada por su padre en una torre para que renunciara a la nueva fe, por lo que mandó construir tres ventanas por la Santísima Trinidad para reafirmarse. Pero, al final, fue decapitada por su progenitor», relata.
En el interior del templo destaca el pequeño retablo de tres calles y con la imagen de Santa Bárbara en la central. No es la titular del retablo, que desde hace mucho tiempo custodian los jurados de cuadrilla. A los lados están las pinturas de Santa Lucía y Santa Catalina de Alejandría; y debajo, la citada inscripción. «La estructura es plateresca y contiene en la parte inferior y superior «grutescos», además de las cinco llagas de Cristo y dos óculos a los lados de la estructura.
Hay otros dos retablos, de Santa Águeda y San Isidro. En la sacristía se conservan elementos del Camino de los Heros, más relacionado con San Isidro Labrador -porque Santa Bárbara es patrona de la minería y la artillería-, de ahí la bendición de campos desde hace más de 500 años. Otro dato de interés es que la ermita fue cárcel durante la Guerra Civil.
problemas. La nave original con su espadaña se le añadió posteriormente otra construcción para vivienda del santero y otros usos -pudo ser en el siglo XVIII- cuyo caballete y muros se apoyaron en la primera cubierta, de ahí los problemas estructurales del templo y, sobre todo, en la madera. «La madera de la primera construcción es mejor que la de la segunda, que está en muy mal estado», sostiene Alejandro, junto al párroco de Santa Bárbara, Julián Ortega, y de Fortu y Lucía, yerno e hija de los últimos santeros, Fermín Martínez Santacruz y Marta García de Mateo.
Con ellos accedemos al segundo piso de un edificio que sorprende, porque desde fuera parece más pequeño. Allí nos muestran los apoyos de la cubierta, en riesgo de desprendimiento. Alejandro señala los daños en la madera original y advierte del peligro de hundimiento, aunque se han ido realizando pequeñas reparaciones puntuales.
Una arquitecta ya está elaborando un plan de esta intervención. Además, en un futuro se querría eliminar la construcción del gallinero y «adecentar» el atrio de entrada (pero que no es el original), instalando las rejas de la iglesia primitiva de El Salvador. Propiedad del Obispado de Osma-Soria, animan a los fieles a colaborar con los arreglos urgentes del tejado que merece este templo rural que sobresale en el entorno urbano tras la expansión del barrio que lleva el nombre de su santa. El pasado miércoles se llenó en la festividad de la santa, con la misa y la bendición y subasta de roscas.