El Real Madrid selló el liderato del Grupo C de la Liga de Campeones 2023-2024, tras vencer (4-2) al Nápoles italiano con goles de Rodrygo Goes, Jude Bellingham, que acabó tocado del tobillo; el canterano Nico Paz y Joselu, después de que los de Walter Mazzarri llegaran a igualar con tantos de Gio Simeone y Anguissa.
Los blancos tuvieron que remontar en poco más de 10 minutos el gol inicial del hijo del 'Cholo', en una primera mitad del 14 veces campeón de Europa de menos a más. Apareció un enchufado Rodrygo, más cómodo por la izquierda, para meter un golazo por la escuadra -entra en el 'top 10' del Real Madrid en Copa de Europa con 18 goles-. Bellingham hizo vibrar al Bernabéu con el 2-1, convirtiéndose en el único jugador en la historia del Real Madrid que ha marcado en los cuatro primeros partidos de Champions.
Las dudas llegaron con el empate de los italianos, pero el Real Madrid fue un vendaval en la recta final y pudo redondear el triunfo y el liderato continental, con 15/15 puntos, gracias al tanto del joven Nico Paz, con un disparo lejano, y Joselu, que se desquitó después de cinco ocasiones previas que mandó al limbo. Los italianos, muy endebles en defensa, se van de Madrid sin premio y continúan segundos con 7 puntos.
El ritmo de los primeros minutos fue lento, aunque solo fue la calma antes de la tormenta. En una jugada que parecía inofensiva, Kvaratskhelia recogió el balón en la esquina izquierda del área grande, desde donde puso un cetro con música al segundo palo y Gio Simeone, tras la dejada de Politano, remató en el área pequeña con Lunin hundido. El meta ucraniano repelió el esférico, pero cuando ya estaba dentro, para poner el 0-1 y dejar helado el Bernabéu.
Pero la respuesta del Real Madrid fue inmejorable, y solo un minuto después, en una contra casi después del saque de centro, Brahim Díaz recuperó ya en campo rival e inició una galopada. Rápido sirvió a Rodrygo, que ya dentro del área, y tras un buen recorte, enchufó un derechazo a la escuadra, imposible para un Meret que solo pudo hacer la estatua.
Los blancos se sacudieron el letargo con el empate y se desmelenaron, con un par de zarpazos, con Rodrygo como protagonista, que no fueron exitosos. El Nápoles intentó poner en pausa el encuentro con posesiones largas, pero la fluidez y precisión no eran aliadas de los italianos. Y con otra genialidad, los blancos dieron la vuelta al marcador en poco más de diez minutos.
El hasta ahora cuestionado Alaba se sacó de la chistera un pase de más de 30 metros sobre el gran desmarque a la espalda de Bellingham, que con un sutil cabezazo cruzó el balón ante Meret para que el 'Hey Jude' volviera a sonar en el Bernabéu por decimoquinta vez esta temporada. Aunque minutos después, dejó en vilo al feudo madridista al dolerse del tobillo.
Pese al 2-1, el Real Madrid siguió con su plan de dominar a un Nápoles herido. Y de las botas de Rodrygo, con un regate de ensueño, nació otra gran ocasión, pero el disparo de Brahim se fue cerca del palo. El hispanomarroquí tuvo la última de los de Ancelotti antes del descanso, que llegó no sin dos sustos de los italianos, que se marcharon al vestuario por detrás de manera justa.
En un inicio parecido al de la primera parte, el exceso de confianza perjudicó al Real Madrid, que sufrió, error defensivo mediante, como Anguissa remataba fuerte tras un rechace y casi dentro del área sin oposición para poner el 2-2. Una 'caraja' impropia de los de Ancelotti, a los que los italianos avisaron de nuevo en una contra mal llevada por Kvaratskhelia después de que Ceballos perdiera un balón inexplicable.
El encuentro entró en un espacio de incertidumbre y toma y daca en el que los italianos se encontraron más cómodos, beneficiados también por las preocupantes desconexiones en la zaga blanca. Ancelotti metió a Joselu, por un fatigado Ceballos y no por un tocado Bellingham, y el gallego tuvo en sus botas el 3-2, cuando solo tenía que empujar un sensacional envío de Mendy, pero el remate se fue a las nubes.
Con el paso de los minutos, el Real Madrid adoleció de falta de gasolina, en un claro bajón de intensidad y energía que dio alas al Nápoles, que celebró el 2-3 de Osimhen con un disparo raso en el área, aunque no subió por claro fuera de juego.
Como los blancos, el partido también se fue enfriando, con el Nápoles con menos ideas. Pero todo se encendió con un posible penalti sobre Mendy, arrollado por Di Lorenzo, que no señaló Letexier, y después con una doble ocasión, ambas de chilena, para un Real Madrid que cogía aire. Esto desató a los merengues, que tuvieron la más clara en la cabeza de un Joselu fallón, después de que Meret detuviera el remate de Bellingham abajo aprovechando un gran envío de Carvajal.
Los de Ancelotti eran una apisonadora, con 10 futbolistas en campo rival, y en la enésima intentona llegó el alivio madridista. El canterano Nico Paz, que entró por un tocado Brahim, recortó en la parte derecha y se perfilo para su pierna buena, disparando con potencia y mucha intención para hacer el 3-2 y poner patas arriba el Santiago Bernabéu. La goleada la rubricó un liberado Joselu con el cuarto tanto, con asistencia de Bellingham.