Al cuarto partido en su estreno en LaLiga, con la losa de nunca haber estado tanto tiempo sin marcar en un torneo doméstico, Kylian Mbappé se quitó un peso de encima el pasado domingo. Después de 24 disparos sin ver portería, el '9' merengue se estrenó. Y con un doblete.
Tras un inicio ilusionante en su primer encuentro, con su tanto frente a la Atalanta en la Supercopa de Europa, el ariete vivía en la desesperación de cara a puerta. Muchos tiros después, quizá demasiados por la precipitación, 24 exactamente, anotó al siguiente su primera diana en la competición.
Y lo hizo partiendo como delantero centro en una acción en la que la asistencia, de tacón de Fede Valverde fue, al menos, medio gol. El resto fue su definición, recuperando su finura para batir la rápida salida de Rui Silva.
Un 1-0 en el 67 que sirvió de alivio para Mbappé y para un Madrid que volvía a dejar dudas mientras veía cómo pasaban los minutos sin poder alejar los fantasmas de un mal inicio.
Sí lo hicieron Vinícius y el francés, por si había alguna incógnita respecto a su ausencia de química sobre el terreno de juego.
El brasileño celebró de forma efusiva con su nuevo compañero, consciente de que lo necesitaba para crecer. También se vio especialmente contento a Brahim, que tiene una gran relación con el galo, al igual que con un Bellingham que, en el palco por lesión, también lo festejó.
Doblete
Con tres partidos sin marcar, Mbappé convirtió el primero y, nueve minutos más tarde, pudo hacer de nuevo su ya clásica celebración cruzándose de brazos.
Un penalti cometido por Rui Silva sobre Vinícius fue transformado por el ariete. Cogió rápido el balón, lo tomó y no lo soltó hasta posarlo en el punto de penalti. Una responsabilidad que hace tres días asumió Vinícius y que el pasado sábado Ancelotti dejó a sus jugadores.
«Es correcto darle la responsabilidad a Mbappé y a Vinícius, por lo que prefiero que decidan ellos porque tengo mucha confianza en ellos. Dependerá de cómo estén en el encuentro y qué necesite cada uno», aseguró el técnico.
Y quien lo necesitaba era Mbappé, para poder celebrar por primera vez en un Santiago Bernabéu rendido a su nueva estrella que ya carbura y es decisivo tras un inicio de Liga lejos del rendimiento óptimo.