Una ciudad fantasma

M.R.Y (SPC)
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La intensa ofensiva israelí sobre la segunda localidad más poblada de Gaza ha convertido a Jan Yunis en un amasijo de escombros del que decenas de miles de palestinos huyen a diario para evitar la muerte

Una ciudad fantasma - Foto: MOHAMMED SALEM

Al comenzar la ofensiva israelí sobre Gaza, el pasado 7 de octubre, los objetivos hebreos se situaban en el norte de la Franja. De ahí que Tel Aviv obligase a una evacuación ordenada de decenas de miles de palestinos hacia el sur. La guerra se extendió al centro y la parte meridional del enclave seguía siendo el lugar elegido para quienes huían de las bombas, con la ciudad de Jan Yunis como principal destino. No en vano, la segunda localidad más poblada del territorio era la que mejor podía acoger un éxodo tan masivo. 

Sin embargo, todo ha cambiado. Ahora los combates más intensos se libran en esa urbe, considerada por el Ejército judío como un bastión de Hamás y las bombas caen sin cesar sobre sus edificios, convertidos en su gran mayoría en escombros. Israel reconoce «combates de alta intensidad» y los milicianos hablan de «feroces enfrentamientos» contra los soldados. Por eso, actualmente Jan Yunis es el lugar del que escapar y miles de palestinos huyen más al sur, hacia Deir Balah y Rafa, donde ya se concentran más de 1,2 millones de los casi dos millones de desplazados internos gazatíes.

Con casi 275.000 habitantes antes del inicio del conflicto, esta urbe llegó a albergar a casi un millón de personas, muchas de ellas durmiendo a pie de calle. A finales de enero, cuando las tropas israelíes anunciaron el cerco definitivo a la localidad, se estimaba que quedaban menos de 100.000, de los que la mayoría estaban hacinados en hospitales como el Nasser -el mayor de la zona- o el Al Amal, completamente asediados y con una notable escasez de medicinas y material médico.

Un éxodo masivo se vive en la urbe.Un éxodo masivo se vive en la urbe. - Foto: MOHAMMED SALEMDe hecho, en el Nasser se han visto obligados a cavar esta semana una fosa común para poder enterrar a una veintena de muertos cuyos cadáveres se almacenaban en la morgue, ante la imposibilidad de sacarlos y llevarlos al cementerio. Por eso, ante esta situación tan límite, el Ministerio de Sanidad de Gaza pidió que «se permita el paso seguro a heridos que necesitan neurocirugía» y deben ser trasladados a un hospital de campaña jordano cercano.   

La situación es también extrema en el Hospital Al Amal, que padece un «agotamiento de suministro de oxígeno que impide a los equipos médicos realizar operaciones quirúrgicas», según la Media Luna Roja Palestina, que también reclamó un «paso seguro» para que puedan entrar suministros en el centro sanitario, donde el asedio es tal que tanques israelíes han llegado a estacionar en su patio delantero «disparando munición real y granadas de humo contra las personas y el personal médico», denunció la organización el pasado martes.

Desde Tel Aviv aseguran que no quieren que los hospitales se conviertan en «campos de batalla», pero tampoco permitirán que sean usados por miembros de Hamás como refugios, una vez que la mayor parte de la infraestructura subterránea de la milicia ha sido destrozada. Es más, esta misma semana las tropas hebreas han anegado buena parte de los túneles descubiertos a mediados de enero -que significaban varios kilómetros de instalaciones bajo tierra- y se jactan de haber acabado con importantes instalaciones de los extremistas, con municiones y armas como granadas y misiles. Ahora solo les falta encontrar al líder del grupo en la Franja,  Yahya Sinwar, que creen que se encuentra en Jan Yunis. Pero ahora, con una ciudad devastada, es más que probable que también él haya huido. Como miles de personas que han dejado una ciudad ahora fantasma.

Los pocos habitantes que quedan están en hospitales.
Los pocos habitantes que quedan están en hospitales. - Foto: AHMED ZAKOT
 

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