Carlos Alcaraz reconoció ayer que no afronta al 100 por 100 el último Masters 1.000 del año, el de París-Bercy, pero señaló que se ha recuperado lo suficiente de los problemas físicos que le hicieron perderse el torneo de Basilea y que está en condiciones de tener un buen resultado en la capital francesa. 

«No voy a decir que estoy al 100 por 100, sería mentira en esta época del año. Tras una larga temporada todo el mundo tiene problemas físicos. Siento algo de dolor, pero he recuperado bien esta semana y llego con buenas sensaciones, suficientemente bien para poder hacer un buen resultado», afirmó el 'número dos' del 'ranking'.

Detalló que no está en plenitud por el problema que arrastra en la planta del pie, que le genera «pequeñas molestias», pero afirmó que lo nota «menos que antes» y lo atribuyó al largo año.

«Al final, tenemos que jugar con lo que hay, ha sido una temporada muy exigente y los problemas aparecen. Es lo normal, venimos bien, con confianza y jugando a un gran nivel», comentó.

El murciano comenzará mañana su conquista del tercer Masters 1.000 de este curso, tras haber ganado los de Indian Wells y Madrid, y lo hará frente al ruso Roman Safiullin, 45 del mundo a sus 26 años, que derrotó al francés Alexandre Muller, invitado por los organizadores, por 7-6(4) y 6-3.

Sorprendente cuartofinalista del pasado Wimbledon, el de Podolsk está firmando la mejor campaña de su carrera, sobre todo en pista dura, donde a principios de año ganó el Challenger de Koblenz y donde el mes pasado alcanzó la final de Chengdu, derrotado por el germano Alexander Zverev.

Alcaraz se presenta en un campeonato que no se le ha dado bien, cruelmente eliminado en 2021 en octavos de final por el francés Hugo Gaston, aupado por un público entusiasta que se cebó con el español, que entonces tenía solo 18 años, y que la temporada pasada tuvo que abandonar con problemas de espalda cuando afrontaba en cuartos al danés Holger Rune.