Alrededor de un centenar de mujeres han ejercido la prostitución en Soria en el último año, según la estimación y la labor de la asociación Adoratrices, uno de los colectivos que proporciona ayuda legal y material a estas féminas. A pesar de que esta lacra social no tiene un carácter masivo en la provincia, en la capital hay decenas de pisos en los que se ejerce esta actividad al margen de la legalidad. "Hay muchísimos pisos, y también gente que nos viene a las puertas del local diciéndonos que 'tienen chicas' y que si las podemos meter dentro del bar", afirma Antonio, uno de los camareros que trabaja en el Club La Muralla, de la capital soriana. En Matalebreras se encuentra uno de los pocos clubes de alterne que funcionan en al provincia, el Club Califa. Su encargada, Alba Núñez, explica que todas las chicas que acuden allí lo hacen de forma libre "y solo se les cobra la habitación si la van a utilizar; el precio a su cuerpo lo ponen ellas", detalla, antes de recordar que "a nadie le gusta este trabajo, pero es lo que hay".
Adoratrices y APIP-ACAM son los dos colectivos que les prestan ayuda en la provincia. Este último, lo lleva haciendo desde hace apenas unos meses, pero Adoratrices lleva años visitando sus pisos y aportándoles amparo legal y material para realizar su trabajo de forma segura e higiénica. "En el último año habremos contactado con un centenar de mujeres en Soria, y les hacemos seguimiento a unas treinta, pero eso no significa que ahora todas ellas estén en la provincia, porque este es un mundo muy movible y no permanecen mucho tiempo en ciudades o provincias pequeñas", explica Consuelo Rojo, la directora de esta asociación.
Actualmente, solo se considera delito la trata de personas, es decir, la explotación sexual del cuerpo de una persona, algo que es prácticamente imposible de demostrar aunque una persona lo denuncie. "Se tiene que probar que efectivamente es cierto todo lo que relata la denunciante", explica el abogado Jesús Soto. Además, el miedo hace que las víctimas no se atrevan a dar este paso. "El hecho de que estén explotadas implica que su explotador sabe que tiene familiares en sus países de origen, y eso hace que se sientan amenazadas", detallan desde la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Soria, que actualmente sí dispone de un plan de actuación a través del cual se pueden denunciar estas situaciones de forma telefónica.
La opción planteada por el Ejecutivo Nacional de prohibir la prostitución tampoco parece la opción más viable a juicio de expertos y colectivos. "Es como ponerle puertas al mar", explica Soto. "Habría que poner el foco en quienes se lucran con este negocio, no tanto sobre la mujer", matiza la portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Soria, Marisa Muñoz.
"A nadie le gusta este trabajo, pero Sea como fuere, lo que sí apuntan es que "mientras haya quien lo demande la prostitución y la trata seguirán estando presentes en la sociedad", tal y como destaca Consuelo Rojo.