La colza tiñe de amarillo el campo soriano

Ana I. Pérez
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La siembra de este cultivo oleaginoso crece un 80% en esta campaña respecto al año pasado y supera las 4.400 hectáreas en la provincia

La colza tiñe de amarillo el campo soriano - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

En España, inevitablemente, mencionar la palabra colza nos retrotrae cuatro décadas atrás, cuando se atribuyó a este aceite vegetal la muerte de cerca de 4.000 personas y más de 20.000 afectados. Pero no hay que olvidar que fue un producto adulterado, aceite desnaturalizado, el que provocó la mayor crisis sanitaria de la historia reciente de este país (hasta que en 2020 irrumpió la COVID-19), que nada tuvo que ver ni con la colza ni con el sector agrario. Sin embargo, la colza vegetal, de cuya semilla se extrae el aceite, es la oleaginosa más cultivada en la Unión Europea, ya que el continente es el primer consumidor y productor mundial, casi duplicando al girasol. Ahuyentando fantasmas del pasado, poco a poco el campo nacional se sube al carro de la siembra de esta variedad y Soria no es una excepción. La proliferación de las parcelas teñidas de amarillo lo evidencia. Y las cifras, también: 4.400 hectáreas se han destinado este año a colza en la provincia, un 80% más que en 2020 (2.440 hectáreas) y un 286% más que en la campaña de 2019 (1.150), tal y como recogen las estadísticas de ‘Avances de Superficies y Producción’ del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

?Así las cosas, según los mismos datos del Ministerio, la colza se sitúa en sexto lugar en cuanto a superficie ocupada en el campo soriano, eso sí a una distancia abismal del trigo (99.020 hectáreas) y la cebada (94.540), así como la oleaginosa que prevalece, el girasol (39.500). En cuarto lugar, por extensión sembrada, se encuentra el centeno (14.200) y en quinto, el triticale (5.100).

Cabe reseñar, asimismo, que el incremento más notable de superficie destinada a colza en la Comunidad autónoma lo anota este año Soria, ya que el resto de provincias manejan un número de hectáreas similar a las de la campaña anterior (28.369 en total en la región). En cuanto a la producción, en  2019 (datos definitivos) se cosecharon 2.944 toneladas de colza, una cantidad que aumentó un 158% el pasado año hasta alcanzar las 7.605 toneladas.

«No se siembra más porque tenga más ayudas», puntualiza el técnico de Asaja Soria Nacho Marcos «porque recibe un prima acoplada de unos 40 euros por hectárea, igual que otras especies como el girasol o el cárcamo».

En su opinión, son varios los factores que confluyen en el incremento de las parcelas destinadas a colza en el campo soriano. Por una parte, Marcos pone de relieve que es una especie «interesante» para la rotación de cultivos, porque se siembra pronto, en la primera quincena de septiembre y, por consiguiente, se cosecha antes que el cereal de secano, en torno a finales de junio y primeros de julio, por lo que las labores se desarrollan en una época de menos actividad. «Los agricultores diversifican los cultivos y su actividad», sostiene.

Además, la colza es una crucífera de raíz pivotante y profundizante lo que favorece la preparación del suelo para los cultivos del año siguiente, deja el terreno en «buenas condiciones». También el técnico de la organización agraria pone el acento en que el precio «está relativamente bien» en comparación con otros productos del campo. El año pasado, indica el ‘Observatorio de precios de los productos agrícolas y ganaderos de Castilla y León’, la colza se pagó en la Comunidad a 30,26 euros los100 kilogramos.

«Al final, las explotaciones en Soria cada vez son más grandes y el agricultor tiene que diversificar tanto por las producciones como para tener más tiempo para realizar en condiciones las labores del campo», advierte Nacho Marcos.

Para que la tierra presente unas condiciones óptimas para sembrar colza, que es una semilla «muy finita que, sobre todo en secano, hay que enterrarla poco», es conveniente que haya habido tormentas en verano para que cuente con suficiente humedad y pueda crecer. Tampoco debe retrasarse su cultivo, ya que este tipo de planta no soporta las heladas durante la nascencia, temperaturas de -4º o -5º. «Cuando quiere llegar el frío, la colza ya está en estado de roseta», matiza el técnico.

En este sentido, las condiciones meteorológicas de este mes de abril están siendo favorables para la colza,  por las temperaturas suaves y las lluvias, teniendo en cuenta que se halla en plena floración, por lo que es importante que el termómetro no marque bajo cero. 

De esta manera, la mayoría de la superficie destinada a colza en la provincia de Soria (unas 4.000 hectáreas) está en fincas de secano, mientras que el resto está en regadío (400), sobre todo en las zonas agrarias de Arcos de Jalón, Soria, Almazán y Campo de Gómara.

«Para el regadío también es una buena alternativa porque puede haber problemas en la nascencia por la falta de humedad. Así con dos riegos al principio y otros dos en primavera lo podemos tener solucionado», resume Marcos.

EN EL CANAL DE ALMAZÁN. En el término de Baniel, en la zona de regadío del Canal de Almazán, el agricultor José Rodríguez ha destinado este año unas 25 hectáreas a la producción de colza. «Es el segundo año que siembro esta especie, por meter una rotación más en la explotación», comenta.

Advierte de que es un cultivo «muy incierto», por lo que se apuntaba con anterioridad sobre la necesidad de humedad y temperaturas  no muy frías para que evolucione correctamente la oleagionosa, por eso se ha decantado por el regadío para su siembra, y también porque la pandemia limita la contratación de mano de obra para la recolección de otros productos como el brócoli, la judía verde o el guisante. 

«Así no dependemos de nadie y en las 40 hectáreas de regadío hemos dejado colza, trigo y triticale, y también un poco de cebada», sintetiza. En general, por la pandemia, se han simplificado bastante los productos en el canal a la patata, espinacas y, más adelante, que se sembrarán los grelos. Y es por lo mismo, porque la cosecha de estos productos está muy mecanizada y no se requiere más mano de obra», explica.

PREVISIONES. En general, apunta el técnico de Asaja Soria la campaña agrícola no se presenta mal, pero dependerá de lo que, finalmente, llueva en las próximas semanas. «Son momentos críticos para el secano porque es cuando la planta empieza a tirar y necesita agua. Y marzo ha sido muy seco. Habrá que esperar», sostiene.

Por su parte, COAG Castilla y León pronosticó esta semana una «buena campaña» de trigo y colza, una cosecha «menos feraz» de cebada y veza y unos rendimientos «muy inferiores» a los de 2020. Desde esta organización apuntaron, igualmente, que todo dependerá de si llegan al campo las lluvias anunciadas. 

Así, el estado del trigo es «considerablemente mejor» que el de la cebada y si acompañan las circunstancias meteorológicas puede llegarse a una buena cosecha, aunque «ni de lejos comparable a la del pasado año en rendimientos». En similar sintonía con el trigo se encuentra la colza, que comenzó con una óptima implantación y se encuentra en muy buen estado de desarrollo, según la central COAG Castilla y León.