La 'hucha' de las familias castellano y leonesas vuelve a llenarse tras un 2023 en el que los hogares de la Comunidad tuvieron que tirar de sus ahorros para hacer frente a los estragos de la inflación y la subida sin final de los tipos de interés, con su correspondiente impacto en el bolsillo familiar. Y es que parece que la microeconomía autonómica recupera poco a poco el statu quo y los bancos y cajas de ahorro vuelven a recibir fondos de las familias de Castilla y León. Una realidad que trasladada a las cifras se traduce en 2.100 millones de euros ahorrados más en solo un año. Los datos trimestrales publicados por el Banco de España revelan que las familias de Castilla y León guardaban al cierre de junio más de 76.100 millones de euros en depósitos bancarios, 1.300 más que en marzo. Esta cantidad, que supera el Producto Interior Bruto de la Comunidad y quintuplica el presupuesto anual de la Junta de Castilla y León, se erige como la segunda cifra de ahorro más alta en la historia de Castilla y León, a escasos 150 millones de la contabilizada al cierre de 2022 –76.305 millones de euros–.
Precisamente, ese récord de finales de 2022 supuso un punto de inflexión en la economía familiar castellano y leonesa. Tras esa fecha se cerró la habitual tendencia alcista de los depósitos bancarios en una Comunidad tradicionalmente conservadora en lo económico. Y es que durante el 2023 los castellanos y leoneses retiraron casi 3.000 millones de euros que tenían vigilados en los bancos y cajas de ahorros para hacer frente a los coletazos de la inflación, el encarecimiento del coste de la vida y los achaques de los tipos de interés.
Ahora, los más de 76.000 millones de euros amarrados por los castellanos y leoneses dejan a tiro el máximo histórico de finales del 2022 e imponen la normalidad en las cifras de depósitos bancarios autonómicos, que siguieron al alza incluso durante los momentos más duros de la pandemia pese al estrangulamiento de la economía y el mercado de trabajo.
Evolución de los créditos
Mientras los ahorros vuelven a crecer en Castilla y León, los créditos y préstamos siguen impasibles y sin apenas variaciones. Una suerte de foto fija que apenas ha registrado movimientos desde que en 2017 las familias de la Comunidad terminaron el proceso de desapalancamiento y dejaron atrás más de 30.000 millones de euros que debían a los bancos arrastrados desde la doble recesión de 2012. En total son casi 39.000 millones de euros los que los hogares de Castilla y León tienen comprometidos con las entidades financieras, 600 millones menos que hace un año.
Si se compara la estadística trimestral del Banco de España de créditos y depósitos, los números revelan que los castellanos y leoneses tienen casi el doble de ahorros de lo que adeudan a los bancos. Es decir, en una suerte de economía-ficción, podrían saldar todas sus préstamos y todavía guardarían cerca de 40.000 millones de euros.