Desde Filipinas a Acapulco y desde allí a España, el Galeón de Manila ocultaba el secreto mejor guardado de la navegación española que interconectaba el imperio en el que nunca se ponía el sol: la corriente de Kuroshio, una ruta marítima que, a través de Japón, conseguía hacer la travesía transoceánica más segura y rápida. Y precisamente la Corriente de Kuroshio es el lema y el tema del pabellón de España en la Exposición Universal de Osaka (Japón), que abrirá sus puertas en abril de 2025, y de cuyo equipo de trabajo forma parte la empresa soriana Visor Audiovisuales. Al frente del equipo que coordina el contenido de lo que será la experiencia del visitante en el interior del recinto se encuentra Víctor Cid, para quien la labor está siendo «un reto apasionante». 

Su labor se inserta en la propuesta con la que los estudios Néstor Montenegro, Enorme Studio y Smart and Green Design ganaron a finales de la pasada primavera el concurso público convocado por Acción Cultural Española (AC/E) para crear el pabellón español y en la que competían otros 13 proyectos. En este sentido, La corriente de Kuroshio tiene como objetivo ofrecer al visitante una experiencia integral con el océano y el sol como elementos de conexión entre España y Japón en un espacio arquitectónico en el que se fundirán el arte, el diseño, la gastronomía y la divulgación. 

El equipo de Smart and Green Design en el que se integra Víctor Cid para crear «esa experiencia inmersiva vinculada al océano y las costas españolas» está compuesto por alrededor de 20 personas de muy diversos perfiles profesionales: arquitectura museística, diseño de logotipos y señalética, el arte, la documentación especializada en fotografía subacuática, la ingeniería audiovisual e incluso la abogacía. «Somos como un tercio del equipo, el resto es la parte arquitectónica del proyecto», explica Cid. Su departamento se encarga del diseño de los contenidos y también de la dirección de su instalación por lo que, alrededor de dos meses antes de la inauguración de este gran evento internacional, el soriano tendrá que coordinar el proyecto desde Osaka. 

Trabajan en la creación del pabellón desde el pasado verano con equipos en Soria, Madrid y Japón y, en el caso del área de equipamiento y contenidos audiovisuales, con la vista muy puesta en los avances tecnológicos que serán una realidad en pocos años. El interior del pabellón tendrá «una apuesta muy fuerte» a nivel tecnológico y, aunque no puede desvelar nada del contenido, Cid si avanza que habrá múltiples «proyecciones en pantalla» para conseguir lograr esa ilusión inmersiva en el océano. El hecho de que la Exposición Universal se celebre en Japón aporta una cierta ventaja en ese sentido, ya que las principales compañías fabricantes tienen sede en el país nipón. De momento, no obstante, el equipo avanza siendo muy consciente de que los proyectores y otros equipos técnicos con los que operan actualmente quedarán ya casi obsoletos cuando Osaka 2025 abra sus puertas. Así que uno de los principales objetivos es anticiparse al futuro inmediato. No obstante, el interior del pabellón «no sólo será un alarde tecnológico».

No es el único reto. También lo es  trabajar en tres lenguas (español, inglés y japonés) y lograr que todas ellas se integren armoniosamente en los contenidos y los espacios del propio pabellón español en Osaka para propiciar una visita legible de forma clara y sencilla y que, al mismo tiempo, insiste Cid, no empañe esa sensación de inmersión en el océano y en esa unión simbólica entre España y Japón a través de él.

Aunque Visor Audiovisuales ya había desarrollado distintos proyectos en otros países, como en Emirates Árabes, para la empresa soriana que este mismo año cumple su vigésimo aniversario, éste es sin duda su proyecto internacional de mayor envergadura hasta la fecha. «Nacimos en Soria y seguimos en Soria», señala Cid. Con una trayectoria vinculada especialmente al desarrollo de contenidos para museos y otras instituciones culturales, Visor compatibiliza este trabajo con otros que también tiene en desarrollo en España. De momento, comenta con sentido del humor, no le queda mucho tiempo para aprender japonés.