El ataque perpetrado el pasado 7 de octubre por Hamás contra Israel es visto como un filón para otros grupos terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI) para movilizar a sus simpatizantes en todo el mundo y alentar a llevar a cabo atentados, aunque han evitado hablar en todo momento de la milicia palestina, con la que mantienen una fuerte rivalidad.
«El grupo palestino y las organizaciones yihadistas mantienen importantes diferencias a nivel ideológico y estratégico», subrayan Carola García-Calvo y Álvaro Vicente, expertos del Real Instituto Elcano.
Las divergencias con Hamás de las dos grandes organizaciones yihadistas mundiales tienen que ver sobre todo con la participación del grupo palestino en las elecciones de 2006 que terminó ganando en Gaza, dado que tanto Al Qaeda como el EI «son contrarios a participar en cualquier proceso democrático, que consideran una forma de apostasía», explican estos dos expertos, que también inciden en que en los círculos islamistas se considera que Hamás se está desviando de dedicarse en exclusiva a la yihad contra Israel.
Tampoco se ve con buenos ojos el hecho de que la milicia que gobierna la Franja reciba apoyo de países como Qatar y Turquía, lo que en el caso del Estado Islámico ha llevado a señalar al grupo como objetivo dentro de su campaña contra «actores politeístas, equiparándolo a regímenes como Egipto, Arabia Saudí e Irán, y a potencias occidentales». Por su parte, el movimiento palestino se ha esforzado por controlar y evitar la presencia en el enclave costero de ambas organizaciones rivales, lo que ha incluido redadas y detenciones de miembros de grupos locales alineados con ambos.
Pese a todo, tanto Al Qaeda como el Estado Islámico no podían pasar por alto el ataque por tierra, mar y aire perpetrado por Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, que se saldó con más de 1.400 muertos y más de 240 secuestrados, en un golpe que ha llegado a ser tildado por el presidente de EEUU, Joe Biden, como «el 11-S para el Estado judío».
Como recuerdan los expertos, la causa palestina y la resistencia armada frente a Tel Aviv son «temas prominentes en la retórica» de los grupos yihadistas y ambos han aprovechado estos temas en ocasiones anteriores de estallido de violencia para intentar «capitalizar el sentimiento de agravio no solo entre la población local, sino también en el conjunto de la comunidad musulmana».
También en esta ocasión ha ocurrido lo mismo. En el caso de Al Qaeda, se han producido una cascada de comunicados en las dos últimas semanas de sus filiales, coronados por uno del mando central de la organización que fundó Osama bin Laden publicado el 13 de octubre. En él, el grupo que supuestamente encabeza el egipcio Saif al Adel tras la muerte de Ayman al Zawahiri en julio de 2022, felicita a los «hermanos de Palestina», sin mencionar en ningún caso a Hamás, algo que tampoco hacen sus filiales, si bien algunas como Al Qaeda en la Península Arábiga, Al Qaeda en el Subcontinente Indio y Al Qaeda en el Magreb Islámico sí han felicitado a su brazo armado, las Brigadas Ezedin al Qassam.
Tampoco el EI ha querido mencionar a su enemigo palestino, con el que mantiene fuertes fricciones.
Sin embargo, esa actuación de Hamás está beneficiando a los dos, ya que sus seguidores están más concienciados con el mensaje antioccidental y preparados para la acción.
«Ahora mismo, es mucho más probable que se vea a individuos que responden a este tipo de llamamientos pero a medida que avance la guerra se podría ver la elaboración de complots más organizados», subraya el analista Caleb Weiss. «Todos estos grupos están intentando explotar el conflicto para movilizar apoyo, tanto a nivel local como internacional», añade.
Un análisis con el que coinciden los dos expertos de Elcano, que advierten que de la evolución del conflicto, de si finalmente Israel lleva a cabo una operación terrestre en Gaza, del tiempo que esta se prolongue y el número de víctimas civiles, dependerá que Al Qaeda y Estado Islámico puedan explotar el argumento para sus propios fines.
Amenaza al alza
«Mientras se imponga una lógica de competición entre los distintos grupos terroristas que buscan movilizar a sus seguidores, podría incrementarse la amenaza terrorista contra personas e intereses judíos», advierten.
«Las dificultades de Al Qaeda y el EI para utilizar con este fin capacidades operativas propias en Oriente Próximo podría convertir de nuevo a Europa Occidental en un escenario prioritario de sus amenazas», apuntan García-Calvo y Vicente, que inciden en que «no puede descartarse que una intensificación de la amenaza relacionada con el yihadismo global acabe amplificando los objetivos de su violencia más allá de blancos judíos».
En este sentido, Rita Katz, directora de SITE, un grupo especializado en hacer seguimiento a los grupos terroristas, llama la atención sobre el hecho de que la operación de Hamás ha dado alas a la narrativa de los grupos radicales, tanto suníes como Al Qaeda y Estado Islámico, como chiíes, como Hezbolá, de que «la resiliencia y la constancia llevan a la victoria» así como de que las estrategias empleadas «pueden exportarse a otros países».