Arrancaba la jornada el Numancia con pocas esperanzas porque si bien los rojillos hicieron su trabajo, también hizo lo propio el Ferrol. Nada que reprochar a un Álex Huerta, hombre de la casa, que cogió un caramelo envenenado y cumplió con creces. Con él de inicio en el banquillo los resultados hubieran sido otros. Tiempo habrá para debatir la necesidad de apostar por efectivos que sienten los colores de inicio, al comienzo de la temporada, y no acudir a su puerta cuando el daño está hecho. Cumplió el Numancia y, para mal de los sorianos, también el Ferrol, y se apagó el fútbol por obra y gracia de los que entienden el deporte rey como una herramienta para calmar sus frustraciones vitales que deben ser ajenas a la pelota. Si no, no se entiende ese despliegue de, por fortuna y de momento, violencia verbal.
Tampoco se entiende que cuatro encapuchados campen a sus anchas en el aparcamiento del Numancia rodeados de policías que escuchaban sus amenazas ("si vuelves por Almazán te vamos a matar", gritaron al redactor de La 8 Soria recordando una violación de las normas anticovid que incumplieron en Almazán insultando a la policía y de la que informó el canal de televisión). La libertad de prensa no va con ellos. No se entiende que, con la policía delante, pudieran campar a sus anchas con una actitud chulesca insultando a jugadores, entrenador, medios de comunicación, al director deportivo que salió andando; también, en modo perdonavidas, indultaron con su aplauso a algunos jugadores (el elogio según la procedencia es un insulto).
Tiempo tendrá la policía, el que no encontró para callar desde el primer minuto a los radicales, para analizar los sucesos posteriores: el bate de béisbol del hermano de Moha, su triste detención a al luz de un smartphone que lo hizo viral... Un episodio que empaña más todavía la trayectoría reciente de una entidad como el Numancia con un nombre y un carácter intachable que va más allá de lo deportivo y que deja tocada de forma directa y tal vez irreversible a una de las joyas de su cantera. Una trayectoria fagocitada también, a tenor de los resultados, desde el palco.
No debería el Numancia, poniendo el foco en los incidentes, dejar que cuatro hablen por ellos y ensucien su trayectoria, como los medios de comunicación diana, a pesar de sus amenazas, no cejaremos en nuestro empeño por seguir informando, fieles a nuestra cita con los sorianos. Porque si bien el fútbol es solo un deporte y, como tal ha de verse, nuestra libertad va más allá de los 90 minutos que dura un partido que algunos utilizan para ensuciar lo que no es sino un sentimiento y compromiso con una tierra que se expresa a través del deporte.