El preso número '9435726448'

Javier M. Faya (SPC)
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Mario Conde regresa a la cárcel acusado del blanqueo de 13 millones del saqueó de Banesto • Su avaricia y exceso de confianza le perdieron esta vez

Mario Conde Conde, expresidente de Banesto, exempresario, tertuliano televisivo, fundador de la revista MC y de un partido, productor de una serie sobre su vida, autor de nueve libros -dos autobiografías y siete análisis socioeconómicos-, simpatizante de Ciudadanos, exlíder del CDS, masón, viudo, divorciado, padre de dos hijos, abuelo de tres nietos, el hombre que se jactaba de llevar en la cartera «calderilla»de 5.000 euros, y que una vez aseguró que tenía dinero para vivir tres vidas y que no necesitaba robar porque a los 39 años ya disponía de unos 13.000 millones de pesetas, vuelve a ser, desde el pasado martes, el preso número 9435726448.   

El trámite para ingresar en prisión fue rápido. Ya estuvo en Alcalá Meco cinco años y medio. Ahora su nuevo hogar será Soto del Real por sus últimos golpes, derivados de la presunta repatriación continuada, en puñazos -puñados en gallego-, de 13 millones de euros, de lo que saqueó de Banesto. Lideró la entidad entre 1987 y 1993, lo que hubiera sido un trampolín para la política, a la que parecía predestinado. De hecho, un amigo suyo recuerda que el Rey Juan Carlos se lo propuso un día. Dicen que Felipe González y Aznar le temían y se lo impideron.     

Tal y como sucedió el 23 de diciembre de 1994, la fecha de su primera detención, la sorpresa fue mayúscula, tanto para el españolito de a pie como para el colaborador de 13 TV, canal en el que también participaba otro reo, el exconsejero de la Comunidad de Madrid Francisco Granados.    

Con la misma espectacularidad que la de hace 17 años, el pasado lunes, la Guardia Civil entró en su casa sin avisar y pasó toda la jornada con el de Tui, para luego llevárselo de noche al calabozo. Su abogado señaló el pasado jueves que estaba «tranquilo y cabreado».   

Tan solo 48 horas antes, Conde se encontraba en Marbella disfrutando del homenaje en el restaurante El Gamonal a su buen amigo Diego Fuentes, exdirector de Banesto en Andalucía. Allí se arrancó en olés a la cantaora María José Santiago, y todo el mundo quiso hacerse fotos con este amante del cante jondo, que reconvirtió una discoteca en un tablao... En la despedida, aseguró que se iba a su finca de Sevilla para ir y venir a la caseta que tenía en la Feria de Abril. ¡Quién le iba a decir al primer embajador de la gomina y el pelotazo en España lo que le esperaba!

Tanta seguridad desbordante y arrogancia no pueden ser buenas. Eso debieron de pensar en 1973 los miembros del tribunal de las oposiciones a abogado del Estado que claudicaron ante el empuje de un chaval de 24 años que los miraba desafiante, tal y como haría a otros togados cuando cayó por primera vez en desgracia, el Día de los Inocentes de dos décadas después. Ya éstos no pudo cautivarles.  

Antes de este punto de inflexión, gozaba de un futuro prometedor. La prepotencia del gallego, que ha derivado en el exceso de confianza, le ha perdido. Si es que se demuestra que repatrió -extraño verbo- 13 millones de lo que saqueó en Banesto y no lo heredó de su suegro, como defiende.

Esta estratagema de las herencias no es nueva. También la empleó el expresident Jordi Pujol, que pedía consejo a una vidente, Adelina, a la hora de tomar cualquier decisión. Según un diario, Conde recurrió a tres brujos, al vudú... ¿Leyenda urbana?La misma que señalaba que había jamones de pata negra en su celda -lo negó siempre, pero al director de Alcalá Meco lo echaron por trato de favor-, o una pistola en el baño la primera noche en el penal. Todo icono precisa de muchísima novela y aura. YMario Conde lo es.     

En este anus horribilis -se divorció en febrero-, parece que su hija, Alejandra, su ojito derecho, una niña de matrículas, al contrario que Mario Jr., dirigía con él toda la trama. Parmanece en arresto domiciliario porque tiene un hijo gravemente enfermo.     

La vida es caprichosa, a veces cínica e irónica, incluso para este sobresaliente meditador, que en enero de 2009, dio una charla de motivación y autoayuda a un grupo de presos en Sevilla. Uno le preguntó dónde estaba el dinero que se llevó de Banesto. Sus compañeros y el propio Conde se rieron. Ahora lo intuye.