El cibercrimen no sólo gana terreno a la delincuencia convencional en Castilla y León, sino que el auge de las estafas informáticas está detrás del incremento de 0,5 puntos del índice de criminalidad en el primer trimestre del año, 38,2 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, respecto al 2023 (37,7). Castilla y León contabilizó 22.275 delitos entre enero y marzo de 2024, un 5,5 por ciento más que el año anterior. El 29,7 por ciento del total, 6.617, estuvieron relacionados con el ciberespacio, lo que supone un incremento del 13,1 por ciento, de las 5.842 estuvieron relacionadas con estafas informáticas y 775 con delitos cometidos en el ciberespacio.
Con todo, Castilla y León cerró el primer trimestre con una tasa de criminalidad de 38,2 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, lo que supone 13,5 puntos por debajo de la media nacional (51,7), por detrás de Extremadura, Asturias, Galicia y La Rioja, según los datos de Indicadores de Seguridad del Ministerio del Interior correspondientes al primer trimestre de 2024. En el lado opuesto se sitúan territorios como Balearas, Cataluña o Madrid, con tasas por encima de los 60 puntos. La Comunidad "se consolida así como uno de los territorios más seguros de España", destacaron desde la Delegación del Gobierno.
En comparación con el mismo periodo del año pasado, la criminalidad convencional, que representa el 70,2 por ciento del total, anotó una ligera subida del 2,6 por ciento en Castilla y León. Entre enero y marzo del 2024, Policía Nacional y Guardia Civil hicieron frente a un total de 22.039 infracciones penales en Castilla y León, alcanzando una tasa de delitos esclarecidos próxima al 40 por ciento, 8.617.
Dentro de la criminalidad convencional, se produjeron dos homicidios dolosos y asesinatos consumados, con un descenso del 33,3 por ciento; y diez en grado de tentativa, que aumentaron un 11,1 por ciento. Los delitos menos graves y graves de lesiones y riña tumultuaria ascendieron a 222, con un avance del 17,5 por ciento.
Cabe destacar además, que se registraron 137 delitos contra la libertad sexual, un 10,5 por ciento más que en 2023, con 38 agresiones sexuales con penetración, que crecieron un 31 por ciento. También se produjeron 212 robos con violencia e intimidación, y 1.102 con fuerza en domicilios y establecimientos, los primeros crecieron un 14,6 por ciento, y los segundos bajaron un 1,2. Los robos en domicilio sumaron 770, un diez por ciento más; los hurtos, 4.177, un tres por ciento menos; y la sustracción de vehículos, 112, con una merma del 7,4 por ciento. Los delitos por tráfico de drogas ascendieron a 96, con una merma del 16,5 por ciento.
Por su parte, la tasa de detenidos e investigados se situó en 205 por cada 1.000 infracciones, tras cerrar el trimestre con un total de 4.562 detenidos e investigados. Una labor para la que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado contaban con una plantilla en Castilla y León de 9.935 agentes policiales disponibles, lo que supone un 6,6 por ciento más que al cierre del 2017.
Concretamente, Guardia Civil sumaba al cierre del trimestre un total de 6.824 efectivos, lo que supone casi 200 efectivos más que en 2017, y la Policía Nacional con 3.111, un 15,6 por ciento más. Estos datos se traducen en una media de 4,2 efectivos por cada 1.000 habitantes, es decir, cuatro puntos por encima de la media nacional y la media autonómica al cierre del 2017 (3,8).
Por provincias, Soria y Salamanca anotaron un descenso en la tasa de criminalidad respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, si bien Palencia se consolida como la provincia más segura de la Comunidad, con una tasa de criminalidad que se situó en los 31,4 puntos, seguida por Zamora (33).
Por detrás de Palencia y Zamora se encuentran León, con una tasa de criminalidad de 37,8 puntos, Salamanca (38,6), Valladolid (39,1), Burgos (39,8), Ávila (40,7) y Segovia (40,7). Soria fue la provincia que registró una mayor tasa de criminalidad, al alcanzar los 41,2 delitos por cada mil habitantes.