Elena Sainz Magaña analiza los 'monstruos' del Románico

EDS
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Dentro del ciclo Soria Románica del curso de verano de la Universidad Santa Catalina de El Burgo de Osma en el Centro Cultural San Agustín

Elena Sainz Magaña aborda analiza los 'monstruos' del Románico

Elena Sainz Magaña, doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid y profesora titular de esta materia en la Universidad de Castilla-La Mancha, imparte en el ciclo Soria Románica de los cursos de verano de la Universidad Santa Catalina de El Burgo de Osma una conferencia sobre 'Lo real y lo creado. Animales y monstruos en el Románico soriano'. "En el arte románico aparecen muchas veces los animales reales y, también, los seres híbridos, heterogéneos; es decir, los seres no reales, compuestos por partes de animales, humanos o incluso vegetales diversos conformando lo que conocemos como monstruos", indica la organización.

"Seres nacidos del sueño de la razón o de esa actividad que, en el siglo XXI, llamamos fantasía. ¿Qué hacen esos seres reales o fantásticos en los claustros, las iglesias, los libros miniados o en cualquier otra manifestación artística del arte que se desarrolló en Europa entre los siglos XI y XII, fundamentalmente? Emile Mâle nos da la clave al afirmar que en la Edad Media "el mundo es un símbolo", es decir que, para acercarnos al Medievo, debemos cambiar radicalmente nuestra mentalidad y aceptar que, para los hombres de entonces, tanto el mundo natural como el histórico dependen de Dios. Todo lo que forma parte del mundo sirve para enviar un mensaje a los hombres", apunta la conferenciante haciendo referencia a que los animales y también los monstruos, por tanto, no son ni buenos ni malos, pero están puestos en el universo para que el hombre vea en ellos el ejemplo de los pecados y las virtudes.  

El románico soriano está cuajado de estos seres: animales reales como osos, elefantes, leones, asnos… o monstruos como arpías, dragones, grifos, centauros… pueblan nuestros capiteles y canecillos y nos permiten hacer una lectura distinta de la meramente real. A veces el significado es claro: las liebres son la lujuria o el elefante la prudencia o la castidad; pero, en ocasiones, el mismo ser, según el contexto, será de signo positivo o negativo. Es el caso del león, que casi siempre es emblema de Cristo pero, en contados casos, se asociará, incluso al diablo. Las fuentes en las que se inspiraron los artistas, los textos, los contextos y el significado de todos estos seres será el argumento de nuestra conferencia en la que trataremos de ver los mas significativos ejemplos en nuestro riquísimo bagaje artístico de ese interesante periodo medieval, añade.