La provincia se prepara para otro verano fuera de lo común. Al menos, las últimas previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) reflejan que una primavera más cálida de lo normal va a dar paso a un verano -astronómico ya comenzado- con temperaturas muy altas en todo el país, pero sobre todo en el tercio norte peninsular, y con lluvias escasas. Este tipo de situaciones insólitas llevan aparejadas consecuencias para la salud que, en casos extremos, pueden desencadenar la muerte. Y no sólo pasa con el calor, también con el frío. En ambos casos, los decesos están relacionados con la pobreza, pues la falta de recursos para mantener el hogar a una temperatura adecuada conlleva mayor riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico, así como una respuesta insuficiente del sistema termorregulador humano. La provincia de Soria ha acumulado en la última década 122 muertes atribuidas a las temperaturas, casi a partes iguales entre las gélidas y las tórridas, aunque estas últimas cuentan algunos decesos más en su haber.
Los datos pueden consultarse en el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria MoMo y MoMoTemp, que son herramientas de vigilancia de la mortalidad diaria por temperatura del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III. De ellos se desprende que, entre 2015 y en lo que llevamos de 2024, ha habido ese más de un centenar de muertes atribuibles a las temperaturas, con el 55% más de mortalidad en verano. De hecho, uno de los momentos de mayor mortandad fue julio de 2022, con 14 fallecidos, así como agosto del año pasado, con 11. En cuanto a los fallecidos por frío, enero de 2021 registró 11, seguido de enero de 2022, con una decena de personas que murieron por las bajas temperaturas. En su mayoría fueron mujeres (en el 52% de los casos) y el año de mayor mortalidad fue 2022, cuando hubo 36 fallecidos. Julio y agosto son los meses de verano más letales en Soria, aunque también contabilizan casos junio y septiembre. En invierno, enero es el de más muertes, seguido de febrero, diciembre y marzo.
En el cómputo general, la mayoría de estas muertes asociadas a las temperaturas se dio en mayores de 85 años (en un 86,5% de los casos), un sector de población que, aparte de contar con menos recursos, suele tener algunas patologías que agravan su situación. En esta última década, y siempre de acuerdo a los datos ofrecidos por los sistemas MoMo, solamente hubo un fallecido en el tramo entre los 15 a los 44 años; siete en la horquilla de los 65 a los 74 años y 24 hasta los 84 años.
nuevo mapa. Porque no es lo mismo hablar de calor extremo en Andalucía que en Galicia, el Ministerio de Sanidad tiene en activo desde el pasado 17 de junio un nuevo mapa de alarmas por zona. Es ahora más preciso y proporciona información detallada acerca de 182 zonas geográficas en vez de las 52 anteriores. Cada una de ellas establece el umbral máximo de temperatura que, según recogen los registros históricos, está asociado con un aumento de los ingresos hospitalarios y a la mortalidad en ese área. Así, la provincia de Soria está dividida en tres partes: el tercio norte (ibérica), con un umbral de 32.2 grados centígrados;el tercio medio (meseta), con 34.5 grados de temperatura límite, y el tercio sur (sistema central), donde los 33 grados son el máximo de alerta.