Ucrania necesita tener capacidad de atacar dentro de territorio ruso sus instalaciones militares. Lo volvió a reclamar ayer el presidente Volodimir Zelenski, presionando a los líderes militares y a los países aliados para que le suministren y le permitan emplear armas de largo alcance contra el corazón militar de su enemigo. «De lo contrario nos enfrentaremos a un invierno sombrío», reconoció.
Ahondando en este argumento, afirmó que la sucesión de raids aéreos rusos solo puede detenerse con el ataque a sus instalaciones militares, aunque se encuentren a muchos kilómetros de distancia.
«El terror ruso solo puede detenerse de forma segura de una manera: con ataques a sus aeródromos militares, sus bases y a su logística del terror. Debemos lograr esto», enfatizó. Para defender su reclamación con cifras, agregó que en sólo una semana, Moscú castigó a Ucrania con más de 800 bombas aéreas guiadas, casi 300 drones Shahed defabricación iraní y más de 60 misiles de diversos tipos.
Así, el presidente ucraniano aseguró que su Ejército necesita poder amenazar objetivos dentro de las fronteras del Kremlin con misiles de crucero Storm Shadow/Scalp anglo-franceses y misiles balísticos Atacms estadounidenses, repitiendo una demanda que lleva haciendo de forma insistente durante las últimas semanas.
Como consecuencia de los bombardeos rusos, al menos cinco personas murieron ayer por nuevos ataques sobre varias localidades de la región de Donetsk, según las autoridades provinciales, que confirmaron casi una veintena de bombardeos en las últimas 24 horas.
En lo que respecta a la guerra, la situación en el frente oriental de Donetsk sigue siendo tensa, con los frentes más activos en los sectores de Kurajove y Pokrovsk. En este sentido, Zelenski aseguró que el control de este flanco ha mejorado en los últimos días con sus tropas frenando el avance del enemigo.