El encargo inicial consistía en crear una vivienda unifamiliar que se adaptara a los requisitos de gran almacenaje que necesitaban los propietarios. El resultado final: un hogar inspirado e imbuido plenamente en La Barriada, zona en la que se ubica, una casa en la que la sencillez y la apuesta por materiales aparentemente poco habituales como la chapa ondulada han dado respuesta a todos los retos planteados en este proyecto con el que el arquitecto soriano Juan Francisco Lorenzo Llorente ha vuelto a ganar recientemente el Premio de Arquitectura y Urbanismo de Castilla y León que conceden los Colegios Oficiales de Arquitectos de Castilla y León: COACyLE y COAL.
Emplazada en la calle Albacete de la capital soriana, el proyecto, señala el arquitecto, estaba condicionado por la propia estructura de la parcela «bastante peculiar, con mucho fondo» y forma de 'L' y, al mismo tiempo, por las diversas pequeñas construcciones (gallinero, zona de herramientas del huerto...) que habían ido incorporándose con el tiempo al terreno, explica el arquitecto. Paralelamente, los clientes necesitaban adosar a la vivienda zona de aparcamiento y querían potenciar la entrada de luz natural.
Todo ello, indica Lorenzo Llorente, tenía que adaptarse además al plan urbanístico especial de La Barriada y fue evolucionando hacia una estructura fragmentada en cuatro cubiertas. «Se trata de una solución que emplea métodos constructivos tradicionales, propios de su entorno, como una alternativa arquitectónica muy sencilla, que resuelve plenamente el programa planteado y que se integra dentro de la arquitectura de la población con una gran economía de medios», subrayó el jurado de la XIII edición de los premios COACyLE y COAL que Lorenzo Llorente recibió ex aequo con la palentina Lara Fuster Prieto en la categoría de vivienda unifamiliar. «La cuestión era realizar esa ampliación de la casa en la parte interior de la parcela, respondiendo a esos edificios que habían ido surgiendo a lo largo de los años», indica el arquitecto.
Bajo esas cuatro cubiertas de chapa ondulada (una de ellas más alargada) se ubican las estancias principales de la casa, que comenzó a construirse en torno a la primavera de 2021 y concluyó un año más tarde, en agosto.
segundo premio. La Barriada es muy importante para Lorenzo Llorente. Es el barrio en el que creció de niño. «Es especial», asegura, «por la infancia que pasé allí», pero también desde el punto de vista profesional. La rehabilitación que hizo de la casa de su familia le valió en el año 2016 por primera vez el Premio de Arquitectura y Urbanismo de Castilla y León que conceden los Colegios Oficiales de Arquitectos de Castilla y León.
Los dos proyectos galardonados, no obstante, no pueden ser más distintos, señala. «En el primero, la casa de mis abuelos, se trataba de una ampliación hacia abajo con un patio excavado. En esta ocasión, la casa se ha recrecido con otra lógica propia de La Barriada, esa acumulación de otras edificaciones» accesorias a la construcción principal, argumenta.
En este sentido, el arquitecto destaca la buena disposición que los clientes siempre mostraron a utilizar materiales «distintos», poco convencionales hoy día inspirados también en el pasado industrial de esta parte de la calle Albacete, en la que antaño tenían su sede varias fábricas. Este nuevo reconocimiento arquitectónico es «más suyo que mío», señala Lorenzo Llorente con modestia refiriéndose a los clientes que encargaron la casa. El verdadero éxito, insiste, es que ellos sean felices en ella. «Y me consta que lo son», concluye.