El desprendimiento del puente de piedra de Soria se produjo por meteorización. Se trata de un proceso destructivo debido a agentes atmosféricos. El agua se introduce en las grietas de materiales rocosos y al convertirse en hielo por las bajas temperaturas, revienta la superficie. Así se vinieron abajo hasta 30 metros cuadrados de mampostería, pero de un muro lateral, no estructural. No se ha cerrado el tráfico pero sí se limita la velocidad a un máximo de 30 kilómetros por hora, y tampoco se puede caminar por la acera afectada. El puente está monitorizado por técnicos del Ministerio de Transportes, y la intención es incluir la reparación en el proyecto de restauración integral del puente, salvo que fuera necesario una intervención de urgencia, tal y como ha confirmado el Subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre.