Sin rostro y sin habla

Agencias
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Los talibanes dan luz verde a una ley que no solo obliga al uso del velo para cubrir el rostro de las mujeres, sino que también prohíbe el sonido de sus voces, cercenando aún más sus libertades y derechos

La discriminación hacia las féminas ha aumentado desde la entrada del denominado Estado Islámico en el Ejecutivo de Kabul. - Foto: QUDRATULLAH RAZWAN (EFE)

La violación de derechos humanos en algunos países de Oriente Próximo y de Asia Central se está convirtiendo en algo habitual, desgraciadamente. Los Gobiernos de estos territorios, fieles seguidores de la interpretación más rigurosa de la ley islámica, siguen aprobando normas discriminatorias que someten a las mujeres, como es el caso de Afganistán, donde su Ejecutivo, liderado por los talibanes, continúa restringiendo las libertades más elementales.

Hace apenas una semana, Kabul aprobó una ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que obliga al uso del velo o hiyab para cubrir el rostro de mujeres y condena el sonido en público de la voz de mujer, argumentando ser una «falta contra la modestia». Incluso les prohíbe cantar.

La norma, rechazada por todo el mundo occidental, tiene 35 artículo y contiene cuatro capítulos que abordan otras cuestiones como la vestimenta de los hombres y regulaciones de los medios de comunicación. «De acuerdo con esta ley, el Ministerio está obligado a ordenar el bien y prohibir el mal y también es responsable de la paz y la fraternidad entre la gente», indicó el portavoz del Ministerio de Justicia, Barkatullah Rasooli.

En el apartado referido al hiyab, el precepto establece como necesario que las mujeres se cubran el rostro y el cuerpo para evitar «causar tentación», y evitar el sonido en público o de la voz en alto del sexo femenino, incluyendo cantar, recitar o hablar frente a micrófonos. Asimismo, prohíbe a los conductores transportar mujeres adultas sin un tutor masculino legal.

«La implementación de la sharia y el hiyab es nuestra línea roja. No podemos negociar con nadie sobre estos asuntos», declaró el titular de la cartera, Mohammad Khalid Hanafi.

De acuerdo con los talibanes, la ley está hecha en concordancia con la sharia islámica y Hanafi, una de las cuatro principales escuelas de jurisprudencia islámica sunita. No obstante, para algunos expertos, el régimen no sigue una escuela jurídica específica, sino que basan sus interpretaciones en el Hanafi, su enfoque es más estricto y fundamentalista.

Aunque gran parte de las prohibiciones relacionadas a mujeres se han implementado en el país desde que los talibanes volvieron al poder hace tres años, esta ley supone la uniformidad y el rigor del castigo para imponer su cumplimiento.

Apartheid de género

Como no podía ser de otra forma, esta privación de libertad fue criticada por el Movimiento de Mujeres por la Paz y la Libertad, lamentando que la nueva ley oficializa el «apartheid de género» en el país asiático e instando a Naciones Unidas a detener su implementación.

Otra organización llamada Purple Saturdays aseguró que la ya de por sí poderosa cartera de Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio se ha convertido en un «súper ministerio» capaz de violar los derechos humanos con impunidad. La nueva ley «ha paralizado la vida de las afganas», reclama, que «evitan revelar su identidad» en vídeos en redes sociales por temor a represalias. ¿A dónde van a ir ahora las mujeres?», denunció el organismo.