El estadounidense George Campbell es el presidente de Ondara Directorship, la sociedad que, al amparo del grupo inversor Full Moon, se ha hecho durante el proceso concursal con la unidad productiva de Aleia Roses, el mayor invernadero de Europa construido en 2016 en Garray.
La compra fue para él casi una sorpresa. La negociaron sus sucios y él se enteró prácticamente al mismo tiempo que le comunicaban que se trasladaba a España para tomar las riendas del proyecto. No obstante, se siente feliz en Soria, donde llegó en agosto. En estos dos meses al frente de Aleia ha conseguido dibujar ya lo que será su nuevo modelo de negocio. Apuesta por mantener los 260 puestos de trabajo actuales y trabaja por abrir nuevos mercados que permitan hablar de expansión y ampliar instalaciones y plantilla. De momento, descarta introducir nuevos cultivos como el cannabis, del que tanto se ha hablado, y se centra en las rosas. Habla en clave económica, pero no pierde de vista en ningún momento quién permite que cada día se corten cerca de 100.000 tallos en la planta soriana, el «equipo». Su modelo -al menos por lo que transmite- poco tiene que ver con los anteriores gestores, Bionatur Roses, que llevaron a la compañía a un duro proceso de liquidación.
Inicia la conversación disculpándose por su castellano, pero lo cierto es que habla con fluidez. Tiene claro el mensaje que quiere transmitir:el compromiso del grupo inversor americano por la compañía soriana es firme y la apuesta de futuro. Tanto, que ya analizan otras posibilidades de inversión en España.
¿Cómo afronta esta nueva etapa y cómo ha sido su llegada a la compañía?
Estoy muy alegre de estar aquí. Soria tiene una calidad de vida impresionante y ha encantado a mi familia.
Cuando compras una unidad productiva de concurso siempre hay sorpresas, es un contrato muy difícil de cerrar. Pero aquí nos hemos encontrado una sorpresa muy grata para nosotros, la energía del equipo.
Normalmente, cuando entras en un equipo de concurso es una lástima, la gente suele estar triste, pero aquí nos hemos encontrado con algo muy diferente, la gente tiene energía, ideas, curiosidad natural para solucionar cosas, y creo que estamos muy bien posicionados para el futuro.
El proceso concursal fue bastante complicado, con otra empresa que pujó inicialmente y que en el último momento se retiró. Entiendo que estarían vigilantes, ¿cómo ha sido ese proceso para usted?
Yo no sabía nada de este proyecto hasta primeros de junio cuando me llamó mi socio en Estados Unidos para decirme que teníamos una oportunidad en España. Le dije «no tengo tiempo ahora, llámame luego». De repente, dos semanas después, me llamaron para decirme:«Hemos ganado el concurso y tú vas a España» [risas]. Entonces, en un mes tuvimos que mover a toda la familia a España y fue un poco complicado, pero ya estamos aquí.
¿Qué oportunidades de negocio han visto en esta factoría? ¿Cómo ve el futuro de la compañía y del producto que desarrollan?
Lo que hemos descubierto es que tenemos un negocio muy rentable de rosas. Las plantas están en la mejor época de su vida, cuando producen más (entre los años cinco y doce), y se puede decir que, si no se hubiera gestionado tan mal esta empresa, la situación sería otra. Había muchos errores en la toma de decisiones y normalmente en un negocio los errores no vienen de las ideas, es por la ejecución de la estrategia.
Estamos mejorando muchas cosas para que la empresa pueda operar con más eficiencia y muchas de esas ideas vienen de nuestro propio equipo. Algo que he visto es que, no sé por qué razón, había una falta de escuchar a la gente del equipo, y eso es lo primero que cambiamos. Escuchar a la gente porque las ideas que genera el equipo son mucho mejores de lo que se puede encontrar fuera. Tenemos una cultura abierta y se pueden cultivar ideas de la misma manera que cultivamos rosas.
¿Cuál es la situación actual y hacia donde pretenden ir, cuáles son los objetivos que se han marcado?
Ahora tenemos dos objetivos. El primero es reducir costes porque tenemos muchas ineficiencias. Queremos cambiar la manera de gestionar algunas cosas y estamos investigando cada nivel de negocio, de logística, de cultivo, de fertilizante, de consumo eléctrico... Pero también tenemos otros objetivos como abrir nuevos mercados para las rosas. Ahora vendemos la mayoría en Holanda pero España tiene un mercado y estamos investigando también la posibilidad de entrar en Estados Unidos. Ahora tenemos un suministro a un mercado muy concreto pero, con diferentes canales de ventas, creo que tenemos muchas oportunidades.
Todo el mundo quiere saber del tema de cannabis pero lo que no sabe todo el mundo es que tenemos mucha experiencia en agricultura. Yo me crié en un pueblo más pequeño que Soria, mi abuelo tenía cabras... El tema de cannabis es una planta que se puede cultivar para ser rentable, pero ahora lo que tenemos aquí es una empresa de rosas que funciona, que tiene mercado, que tiene ventas y vamos a continuar con las rosas por muchos años.
Estamos en 2020 y todos sabemos que el mundo puede cambiar. Nadie tiene una bola de cristal que adivine el futuro y por eso siempre tendremos un plan b, pero puede ser cannabis, pueden ser tomates... puede ser cacahuetes, me da igual. Es importante mantener un ojo para el futuro y el otro aquí para conservar lo que tienes, porque no puedes tirar lo que tienes. Tenemos un equipo muy bien entrenado en el cultivo de rosas y vamos a continuar con las rosas por muchos años.
El volumen de negocio, la facturación actual, ¿es rentable en estos momentos para soportar los gastos?
Sí, y hay dos cosas que nos han ayudado mucho. Hay que reducir los costes pero también aumentar los precios y las ventas. Durante el tiempo de COVIDmuchas fincas en África y Sudamérica no tenían acceso a los mercados europeos y eso nos ha permitido tener mejores precios y, también, mejor oportunidad de desarrollar relaciones con los clientes.
La cadena de suministro global tiene problemas en una pandemia o cuando hay interrupciones en la política global, entonces, creo que es mejor comprar lo que hacen los vecinos.
Tenemos una rosa cultivada en España por españoles, que es de la Unión Europea, y creo que podemos venderlo aquí, en Europa, con mucha más frecuencia y más fácilmente.
Se habló mucho de la mala gestión de los anteriores propietarios pero, aún así, tenían planes de expansión. En este momento, ¿ustedes lo ven viable? ¿Piensan seguir invirtiendo en este cultivo?
Tenemos previsión de hacer más inversión aquí pero primero queremos tener una máquina bien engrasada, que funcione bien, que pueda operar, donde todo el mundo sepa sus responsabilidades... Hay espacio por el otro lado del invernadero para expansión y es una cosa que estamos investigando con mucha curiosidad.
¿Cómo se encuentra la planta?
Es muy buena. Durante el concurso hubo un problema con los helechos pero, gracias al equipo, está ya casi solucionado y hay un plan mejor definido con la luz y la calefacción del invernadero para mantener una temperatura más estable para la planta.
¿Cuál es la situación actual de la plantilla? ¿Se mantiene el empleo?
Estamos contentos de poder mantener la plantilla y ojalá que podamos fichar más gente para Soria porque Soria tiene una cultura de trabajo importante. Tenemos entrevistas casi cada día buscando gente para diferentes posiciones y buscamos gente polivalente que puedan hacer diferentes cosas, porque para nosotros la flexibilidad es muy importante.
En el futuro queremos tener más empleados pero tenemos que ir poco a poco, paso a paso.
¿Qué previsión de ampliación de trabajadores manejan?
Ahora tenemos más o menos 260 personas y buscamos un plan porque tenemos un negocio de temporada, por ejemplo, cuando llega San Valentín, Navidad, Los Santos... Ahí hay mucha más demanda y estamos buscando cómo solucionamos eso con un equipo que pueda ayudarnos a temporada pero vinculado al negocio y bien entrenado para ayudarnos cuando la demanda sube. Y, si tenemos la oportunidad de expansión del invernadero, sería mucha más gente.
En la anterior etapa había quejas continuamente porque la calidad del empleo no era buena. ¿Tienen pensando intentar mejorar en ese sentido?
La realidad de este negocio es que tenemos un negocio de gente, no de rosas. Las plantas no puede crecer sin el cuidado de la gente, y ese equipo necesita ser una familia. Yo paso cada día por el invernadero, por el ‘empaquetage’, y tenemos que trabajar juntos.
No puedo decir nada de las condiciones de la anterior etapa porque no estaba aquí, pero lo que sí puedo decir es que, si los empleados no están alegres e interesados en su trabajo, no les gusta lo que hacen y no se sienten integrados como en una familia, como un equipo unido para producir algo que quiere el mundo, no sirve para nada. Es muy importante para nosotros tratar a cada uno como familia y como equipo.
Mencionaba antes el tema de cannabis. Cuando se anunció su llegada se habló que iban a implantar este cultivo. ¿Tienen pensado algún plan de negocio para poder integrarlo?
Ahora no, todavía no, porque como he dicho antes tenemos una plantación de rosas que puede ser muy rentable. Es importante para mantener un ojo al futuro, para ver cómo podemos aumentar el negocio y el empleo aquí en Soria y desarrollarnos. Nuestro objetivo es ser -por fin- el mejor invernadero en Europa. Punto. Y podemos cultivar cualquier cosa que sea lo más rentable para crecer y dar más oportunidades a Soria.
El cannabis, ¿cuándo podría llegar a la planta soriana?
No tengo ni idea [risas]. Es un mercado muy nuevo aquí. Tenemos mucha experiencia en Estados Unidos y también en otros países en Europa y en Latinoamérica, pero es un mercado que, si corres demasiado, puedes fallar. Entonces, hay que buscar mercado y ver, cuando vienen las oportunidades, cómo lo solucionamos.
El futuro más cercano de la compañía, ¿por donde pasa?
El más cercano es trabajar cada día con el equipo para reducir costes, encontrar nuevos clientes y desarrollar relaciones con nuevos mercados. No es un negocio muy llamativo en el tema de tecnología pero es un negocio que puede ser estable, rentable y divertido para el equipo.
Comentaba que el objetivo es que esta plantación sea el mayor invernadero de Europa, ¿con quién compite esta planta de Garray?
Pueden ser competidores en diferentes mercados. Por ejemplo, tenemos en Holanda invernaderos de flores; en España y Francia también hay invernaderos de verduras y otro tipo de comida... Hay que ver también qué pasa con el mundo del COVID porque, como he comentado, la logística es algo muy importante para tener una cadena de suministro de productos que encuentran la demanda del mercado, y es algo que no sabemos qué pasará con el COVID. ¿Qué ocurre si cierran las fronteras?, ¿habrá más demanda aquí de comida porque no podremos encontrarla en otros países? Ojalá que no pase nada con la comodidad de Europa pero tenemos mucho riesgo en la cadena de suministro y todo el mundo está buscando cómo podemos acercar la cadena de suministro donde compramos los productos y lo que necesitamos como país para sobrevivir.
Por sus palabras, lo del cannabis no está en el futuro cercano pero, teniendo en cuenta esto que menciona de la cadena de suministros básicos, ¿estaría más cercano introducir otro tipo de productos, quizá hortícolas, de huerta?
Creo que no, porque tenemos catorce hectáreas de rosas que son muy rentables y, si podemos encontrar los clientes que buscamos y si podemos abrir el mercado norteamericano y, también, si podemos gestionar el negocio con más eficiencia, siempre es mejor ‘el pájaro en mano’. Entonces, vamos a seguir con las rosas en el corto plazo, seguro.
Su mercado actual de rosas ¿se centra exclusivamente en Holanda?
Sí, es un mercado muy grande y tenemos muy buen equipo allí en Holanda, pero también hay muchas oportunidades en Alemania, Suecia, Italia, Rusia, Polonia... Entonces, hay más mercado pero es un problema más de logística que tenemos. Gracias a Dios que tenemos un equipo muy bueno con experiencia en logística y podemos realizar ese objetivo.
A corto plazo, por tanto, ¿se plantean modificar su modelo de logística para poder abrir esos nuevos mercados?
Sí, porque tenemos un producto fresco con una vida muy corta y, por tanto, si podemos enviar el producto en un tiempo muy rápido, tenemos más oportunidades de abrir nuevos mercados. Pero es importante mantener la vida del producto.
Una cosa interesante de nuestras rosas es que en agua en casa sobrevive por quince días. Es diferente de las rosas que se compran en otros mercados. Se dirige hacia una cultura no solo de regalar flores, sino de mantenerlas en casa y, cuando estás en casa mucho tiempo como ha ocurrido este año, puede embellecer la casa, y aumentar la vida de esa planta es importante.
Actualmente se da una circunstancia curiosa. Podemos comprar una rosa de Aleia en Soria pero esa rosa ha ido primero a Holanda y viajado después a España. ¿Eso es lo que pretenden evitar con ese cambio del sistema logístico?
Sí, estamos investigando todas las herramientas de logística posibles que serían mejor para nosotros porque no tiene sentido enviar una rosa a Holanda que luego vuelve a España. Estamos investigando y espero que tendremos una solución muy rápido.
Plantea una empresa rentable económicamente, que cuenta con el respaldo de la plantilla, que tiene mercado... ¿Qué ha fallado entonces para que un proyecto tan innovador y supuestamente viable haya tocado fondo y haya estado al borde del cierre?
Gastar demasiado dinero en cosas que no ayudan a la empresa. Solo ha sido eso. Gastando demasiado dinero y gastando dinero en cosas de lujo, viajes... pero no invertir en la gente.
Lo que tenemos que hacer es invertir en la gente, en su formación, en su experiencia, en sus contactos con el mercado... En vez de invertir en una sala como esta que tenemos aquí [una sala de presentaciones muy cuidada], queremos invertir en la gente para que pueda tener éxito en esta empresa.
El grupo inversor que usted lidera enSoria, ¿tiene más proyectos empresariales en España o de momento Soria es la única apuesta de la compañía en el país? ¿Estudian nuevas inversiones?
Es la única inversión que tenemos ya en España pero estamos buscando otras oportunidades porque creo que España tiene una capacidad enorme para el negocio.
Además, hay que recordar que existe un nuevo protocolo entre Estados Unidos y España en relación al tratamiento de impuestos y eso facilita mucho la inversión en España. Espero que el Gobierno de Madrid nos pueda ayudar más para desarrollar las relaciones entre los países.