Aleia ha conseguido liderar en apenas cuatro años la producción de rosas a nivel nacional, una posición que mantiene a pesar de las vicisitudes que ha atravesado la compañía en sus apenas cuatro años de vida. La empresa abrió en 2016 tras una inversión de 50 millones. Los promotores, Bionatur Roses, dotaron a la plantación de Garray de una tecnología puntera y unas instalaciones únicas, con 14 hectáreas de cultivo y opción de ampliar en otras 6,5. En su primer año de funcionamiento, en 2017, lideraba ya el mercado de exportación de rosas en España. Vendió al extranjero producción por valor de 6,49 millones, es decir, Aleia cultivaba ya el 66,9% de todas las rosas que España vendía fuera. Un año después alcanzó los 10,5 millones en exportaciones, el 72,9% del total del mercado exterior de rosas (14,4 millones); y en 2019 llegó a exportar 12,7 millones, el 70,5% del total (18,1 millones).
A pesar de estos datos, en apenas cuatro años este ambicioso proyecto se desinfló hasta llegar a acumular pérdidas de 30 millones, lo que condujo a un proceso concursal que, tras numerosas complicaciones, acaba de culminar con la adquisición de la unidad productiva por el fondo de inversión americano Full Moon, que presentó un plan de negocio hasta 2025 con el compromiso de mantener los 267 empleos. Ha pagado 6,3 millones por esta operación que gestionará baja la sociedad Ondara. Su presidente, George Campbell, llega con un nuevo modelo empresarial para Aleia. Eso sí, garantiza la continuidad del cultivo de rosas. Entre sus primeros objetivos, abrir nuevos mercados. Se quiere llegar más allá de Holanda, donde se centra ahora el grueso de las ventas.
Hay mercado en Europa y se quiere explorar Estados Unidos, pero no se pierde de vista el mercado nacional, donde hay claras opciones. Actualmente las rosas de Aleia que se venden en España van primero a la subasta holandesa y, desde allí, regresan de nuevo. Se quiere reducir esos movimientos con un nuevo modelo logístico. Los datos de exportaciones justifican esta apuesta:el año pasado España importó más rosas de las que exportó, en concreto, 41,7 millones frente a 18,8. Solo Madrid compró tantas rosas a otros países como las que exportó Soria (12,7 millones).