Si tiembla la banca, la economía languidece. Se trata de un sector estratégico que facilita que exista liquidez en el mercado y, cuando falla, genera incertidumbre, incrementa la desconfianza entre inversores y dispara los riesgos como ha ocurrido esta misma semana en la que se ha producido un seísmo financiero.
La noticia de la quiebra el pasado lunes en Estados Unidos de Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank hicieron temblar a todo el sector bancario mundial recordando el fantasma de la pasada crisis económica de 2008.
Gracias al cortafuegos de los mensajes del propio presidente de EEUU,Joe Biden, y del presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, tranquilizando a los clientes asegurando que sus depósitos no corrían peligros y estaban disponibles, así como que la FED garantizaría la liquidez necesaria de todo el sector bancario, el tsunami pareció que se aplacó, al menos temporalmente, durante el pasado martes.
Sin embargo, la oscura sombra de la última crisis financiera sigue siendo alargada y por mucho que las autoridades norteamericanas y europeas lanzaran mensajes de tranquilidad e intentaran acotar este terremoto, los riesgos no desaparecieron.
La recuperación y tregua de los mercados bursátiles duró solo un día, puesto que el miércoles el terremoto financiero volvió a temblar, esta vez en Europa. El Credit Suisse se llegó a desplomar casi un 30%, la mayor caída de su historia, aunque cerró con una depreciación final del 24% y con el compromiso de rescate del Banco Nacional Suizo (BNS) y la Autoridad Supervisora del país alpino que proveerían de la liquidez que fuera necesaria.
Las cifras del desgaste de esta semana son gravísimas. Solo las pérdidas de las entidades españolas en la Bolsa superaban hasta el miércoles los 24.000 millones y, aunque el sector señaló que los grandes bancos, Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, no cuentan con una exposición que preocupe, aún tienen que recuperarse de este gran susto.
Investigación
En este suceso financiero quedan muchas dudas que aclarar y responsabilidades que afrontar. Aunque en EEUU, Joe Biden subrayó que no pagarían las pérdidas de los inversores, sin embargo, se ha abierto una investigación por parte del departamento de Justicia y el regulador para esclarecer asuntos como que altos directivos del SVB vendieron parte de sus acciones antes de la quiebra.
También, la situación ha llevado a replantearse a la FED y al Banco Central Europeo si la política de subida de tipos de interés para luchar contra la inflación es la más adecuada vistas las consecuencias que han provocado en estos bancos. Tras las dudas en Europa, el BCE decidió el jueves continuar con su hoja de ruta prevista y anunció un incremento de tipos de 0,50 puntos.
En definitiva, se trata de una semana que el sector financiero no va a olvidar ni va a bajar la guardia para no contagiar el alarmismo al resto de la economía que depende él.