Alfredo Vallejo

Alfredo Vallejo


La guerra

27/10/2023

La peste, la muerte, el hambre y la guerra, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Blasco Ibáñez en su célebre novela advirtió del destino trágico y constante en la historia de los  hombres.
 La guerra es el jinete más perverso, más «idiota», más atroz; los otros son ajenos al hombre. La guerra, en pero, es una criatura íntimamente ligado a lo humano, «construida» por el hombre, alimentada por él; soñada, querida, «necesitada» por él.
La peste le es ajena del todo; simplemente llega en las pulgas y asola las ciudades. 
La muerte lo mata, como las hojas caen en otoño para que pueda haber de nuevo primavera.
El hambre llega de lejos, apoyada en el clima y sus veleidades misteriosas; mata a muchos y deja a los justos para seguir esperando de nuevo otra de sus llegadas cuando menos se espera.
Pero la guerra… se la saca el hombre de sus bolsillos; él la construye, él la hace, él la sufre. Es un sufrimiento gratuito y elegido; Dios sabe por qué. Es uno de los enigmas más inquietante y misterioso de lo humano.
 ¿Es un producto de su agresividad innata que al fin ayuda a la perpetuación de la especie? 
 Se han dado muchas vueltas al tema y su enigma no está del todo claro en absoluto. Algunas certezas nos pueden ayudar, no obstante, para llegar a evitar las guerras algún día?
La paz sólo germina sobre La Justicia; a donde no hay justicia, de forma inexorable y anunciada, llega la guerra y la violencia. Este anuncio siempre se ha cumplido de forma matemática.
Además «la sombra de la Injusticia es muy alargada»; tiende a enquistarse en la historia y en la costumbre. Un hombre especialmente inteligente, Napoleón, nos lo recuerda: «Las bayonetas sirven para cualquier cosa, menos para sentarse sobre ellas».
Ayer, anteayer, hace mil años; en Gaza, Vietnam, el 36… siempre  de forma inexorable.