"La España vaciada es ideal para la captación sectaria"

S.Ledesma
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Teólogo y experto en sectas, ayuda a difundir los peligros de entrar en una de ellas, un fenómeno «en crecimiento» del que «sí, se puede salir»; en la provincia habla de Testigos de Jehová y Adventistas del Séptimo Día, aunque hay más movimientos

"La España vaciada es ideal para la captación sectaria"

«En el mundo de las sectas ya no hay distancias, y puede haber sorianos captados por decenas de grupos que se encuentren lejos». Luis Santamaría del Río es experto en sectas y acaba de publicar 'A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España', donde documenta dos movimientos con este tipo de origen y apariencia cristianos en Soria: Testigos de Jehová y Adventistas del Séptimo Día. Aunque, como su frase inicial evidencia, hay más movimientos de este tipo surgidos con otros fundamentos. Licenciado en Teología y máster en Ciencias de las Religiones, es uno de los miembros fundadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y director de su Biblioteca-Centro de Documentación José María Baamonde, que se encuentra en Zamora. Con él hablamos sobre la situación sectaria, un fenómeno «en crecimiento» global, que en Soria se beneficia del aislamiento. 

En su libro 'A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España' ha documentado 99 sectas, ¿alguna de ellas en la provincia de Soria?

En la provincia de Soria, solamente dos. Pero debo subrayar que se trata de las sectas que tienen un origen y apariencia cristianos (y sólo 15 de las 99 que analizo en el libro están en Castilla y León). 

No es el número total de sectas en Soria, que desconozco, y que obviamente será mayor. Hemos de tener en cuenta que actualmente los grupos sectarios de tipo 'religioso' tienen mucho menos éxito que los que se enfocan a una espiritualidad difusa, el bienestar, la meditación, el crecimiento personal… Éstos son los que más atraen a la gente y los que más crecen hoy en día. 

Cuéntenos cuáles son y dónde están, si siguen activas. ¿Tienen mucha repercusión?

Los dos grupos que he localizado en Soria son los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día, que tienen sendos locales de culto en la capital. Aunque desconozco los detalles locales de cada una de las comunidades, lo normal es que los Testigos de Jehová tengan una presencia más antigua en el tiempo y más importante en lo numérico, después de varias décadas de proselitismo. 

Lo curioso es que se trata de dos sectas que pertenecen a una misma familia confesional (y por eso las estudio en el mismo capítulo del libro). Ambas nacieron en Estados Unidos en el siglo XIX: primero los adventistas, con una forma muy peculiar de leer la Biblia, interpretando en ella señales de un inminente fin de los tiempos. Y después, como una 'secta hija', los Testigos de Jehová, con unas ideas semejantes en cuanto a lo apocalíptico. 

Son grupos que no crecen tanto como antes, pero se mantienen sobre todo por la captación de población inmigrante.

¿Por qué causas es posible que este fenómeno se dé relativamente menos en la provincia de Soria?

En lugares como Soria –y lo digo desde Zamora, una tierra tan semejante en tantas cosas–, la situación social que vivimos, marcada por el envejecimiento, la falta de actividad industrial y laboral, la escasa movilidad de población (más allá del éxodo juvenil)…, son factores que no favorecen que las sectas establezcan sus sedes. 

Pero hago una llamada de atención que considero importante: que no haya sedes físicas de las sectas no significa que estén ausentes. Soria, como Zamora y otros lugares que encabezan la llamada España vaciada –y estoy pensando también en nuestro mundo rural–, son lugares ideales para la captación sectaria. 

¿Cómo pueden hacerlo? De dos formas fundamentales. La primera: buscar lugares tranquilos y apartados donde realizar sus retiros, talleres, cursos y otras convocatorias, atrayendo a tanta gente que necesita huir de la ciudad y de los agobios de la vida diaria. Y la segunda, y más importante: a través de Internet y las redes sociales, acercándose (sin necesidad de contacto físico) a personas que pueden estar solas, pasando un mal momento o viviendo un ambiente de pesimismo y falta de horizontes. En el mundo de las sectas ya no hay distancias, y puede haber sorianos captados por decenas de grupos que se encuentren lejos. 

¿Cómo le surgió el interés por el tema de las sectas?

Todo comenzó por un trabajo escolar, concretamente cuando estudiaba 4º de ESO. El grupo del que yo formaba parte elegimos el fenómeno sectario, y el tema me enganchó. Primero me dediqué a leer los libros que encontré en la biblioteca pública y a guardar recortes de prensa. Poco después, la investigación más en profundidad me llevó a conocer víctimas y familias afectadas, y ver la gran necesidad de conocimiento, orientación, ayuda y prevención… Y aquí seguimos.

¿Cuál es la situación del fenómeno sectario en España? ¿Sigue vivo, hay mayor proliferación? ¿Es un país con muchas sectas o con menos con respecto a otros?

Es complicado acertar con las cifras, porque es un fenómeno muy difícil de cuantificar. Solemos decir que en torno a un 1% de la población española pertenece a una secta, así que hablamos de más de 400.000 personas. Y creo que nos movemos en unos parámetros muy semejantes a los países de nuestro entorno.

Pero, más allá de unos números u otros, lo cierto es que se trata de algo en crecimiento. Yo llevo ya 25 años estudiando este tema, y mi percepción es que cada vez se crean más grupos y tienen un mayor impacto. No olvidemos que las sectas se nutren de las vulnerabilidades personales y sociales, e intentan ocupar espacios, también personales y sociales. Así que una época como la nuestra, en crisis, es ideal para la aparición y proliferación de sectas. La gente va acumulando una serie de desesperanzas, frustraciones, necesidades no satisfechas…, que las sectas saben aprovechar muy bien para presentarse como la solución a los problemas y la salvación para un mundo decadente. 

¿Cómo se hace una captación? ¿Cómo puede uno darse cuenta de que se le está intentado captar, en qué hay que fijarse?

Las sectas ofrecen un señuelo, algo que nos puede interesar, gustar o hasta fascinar. Y lo hará apuntando al corazón de la persona, nunca a su cabeza. Me refiero a algo en lo que pesan, principalmente, lo emocional y lo espiritual. Cuando alguien nos ofrece, desinteresadamente (en apariencia), algo que tiene un escaparate maravilloso, una solución sencilla para problemas complejos, una receta mágica…, debemos desconfiar. 

La captación sectaria se mueve por terrenos ajenos a lo racional, e intenta aislarnos para influir de forma desmedida en nuestra libertad de decisión. Por eso, lo mejor siempre será mantener el contacto con nuestra familia y amigos, que nos ayudarán a ver lo que nosotros no vemos (y dejarnos aconsejar y hasta corregir), intentar mantener una sana postura racional e informarnos bien sobre ese grupo y hacer las preguntas adecuadas a esas personas que se han interesado tan de repente por nosotros. Hay que descubrir si hay gato encerrado. 

¿Cuál es el tipo de perfil que se busca? ¿Hay circunstancias que pueden favorecer la entrada en una secta?

No hay un único perfil de personas 'captables' por las sectas, ya que el fenómeno sectario es muy plural. Sólo hay algo en lo que coincidan: que el grupo pueda aprovecharse del individuo para sus propios fines. Y ahí, de una manera u otra, entramos todos, según el tipo de secta. 

Claro que hay factores personales que pueden predisponer: baja autoestima, problemas familiares o afectivos, dificultades en las relaciones, traumas no resueltos, dotes de liderazgo, capacidad de atracción, idealismo y generosidad, ganas de cambiar el mundo… Observa que hay tanto cosas que consideramos negativas como positivas. Y, junto a eso, hay factores puntuales que nos pueden afectar a todos: ruptura de pareja, pérdida de empleo, sufrir cualquier tipo de violencia o acoso, cambio de lugar de residencia, enfermedad, pérdida de un ser querido… Vamos, estar pasando por un mal momento por lo que sea.

¿Qué peligros entraña entrar en una secta?

Algunos creen que el problema principal (o a veces el único) es económico: las sectas te 'despluman'. Pero eso no es lo más importante, ni mucho menos. Las sectas te quitan la vida. Puede ser literalmente. Pensemos, por ejemplo, en los casos que ha habido de masacres o de suicidios colectivos, el último este mismo año en Kenia, con más de 400 muertos. 

Pero el gran drama para millones de adeptos en todo el mundo es haber sido engañados por un grupo que ha acabado esclavizándolos. Y, mediante las estrategias de persuasión coercitiva, la persona se ha convertido en el principal cómplice de la secta en su propio proceso de manipulación. Por eso, los miembros de sectas que alcanzan a darse cuenta de lo que están viviendo sufren enormemente. Tras su salida, se juntan un montón de cosas, que nos muestran bien cuáles son los peligros potenciales y los daños reales de las sectas: psicológicos, familiares, sociales, espirituales… Suponen un gran daño para la persona, que empieza siempre por un engaño. 

¿Es posible salir de una secta? ¿Cómo se hace? ¿Hay alguna entidad de ayuda?

Sí, se puede salir de una secta. De hecho, continuamente están saliendo adeptos. Pero se trata de un proceso difícil y muy doloroso para la persona que tiene que hacerlo. Por eso es fundamental que cuente con ayuda 'fuera': su familia y amigos, por un lado, y acompañamiento terapéutico, por otro. Algo semejante a lo que le sucede a alguien que quiere superar una adicción. 

Hacen falta tiempo y paciencia, para que pueda desarrollarse una lenta y delicada labor de recuperación, de restauración personal tras una experiencia tan traumática. En España, entidades como la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), a la que pertenezco, y la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE), con la que colaboro, ofrecen ayuda gratuitamente. Porque sólo hay una administración pública que, a día de hoy, ayude a víctimas de sectas: el Ayuntamiento de Marbella. Obviamente, estamos desbordados, porque nos llega un goteo diario de peticiones (a veces desesperadas) que es imposible de satisfacer. Por eso hago una llamada a las instituciones públicas, para que hagan algo ante una realidad urgente y sangrante. 

Es crítico con las pseudoterapias y dice que el esoterismo no es inocuo. ¿Puede profundizar en esta idea?

Sectas, pseudoterapias y esoterismo no son sinónimos. Pero, por desgracia, hay una gran interrelación entre estos conceptos. Lo repito siempre que puedo: por un lado, las pseudoterapias no son un simple problema de salud pública que supone un gran negocio económico para sus autores y un riesgo gravísimo para sus víctimas. Por otro lado, el esoterismo no es un conjunto de ideas inocuas que, a pesar de lo extrañas que nos parezcan –y lo muy extendidas que están, por cierto–, son totalmente respetables y hasta dignas de tener en cuenta. 

Las pseudoterapias derivan necesariamente de creencias esotéricas y las abonan, y esto hace que las personas que caen en las redes de estas 'enseñanzas' acaben creyéndose por encima de los demás, depositarias de una sabiduría oculta con propiedades mágicas. Y la deriva sectaria es casi automática, convirtiendo ese sistema doctrinal en una dinámica de imposición y manipulación. Mi experiencia diaria de estudio e investigación y de trato con víctimas hace que cada vez lo vea con más claridad. 

¿Puede ofrecernos algún consejo sobre cómo evitar las sectas?

Puede sonar muy bonito y grandilocuente, y poco práctico, pero tengo que decirlo así: para evitar las sectas, tenemos que trabajar por hacer un mundo mejor. Y tenemos que ver las consecuencias concretas y personales que esto supone: tratar bien a los que tenemos cerca, ayudar a los que lo necesitan, vivir desde la colaboración y no desde la confrontación, mejorar la educación, luchar contra las injusticias de al lado, responsabilizarnos en las cuestiones colectivas… Si digo que las sectas se aprovechan de los vacíos y problemas sociales, necesariamente tenemos que cambiar esto para que las sectas dejen de tener un terreno perfectamente abonado. Y en cuanto a lo personal, cuidar nuestro interior, nuestras relaciones, nuestra formación…, serán las mejores herramientas. 

Tiene diversas obras sobre las sectas. ¿Nos puede avanzar si está trabajando en algún proyecto y sobre qué trata?

Ahora mismo estoy con muchos frentes abiertos, sobre todo artículos académicos acerca de aspectos concretos del fenómeno sectario, que poco a poco irán saliendo a la luz. También me han pedido que escriba obras divulgativas para otros países a los que viajaré próximamente tanto para dar formación como para colaborar en procesos judiciales. Hay muchas necesidades y es imposible abarcar todo, pero hay que pensar en lo que sea más urgente para la formación y prevención.