Las mujeres representan prácticamente la mitad de la población de Soria. De los 90.199 habitantes registrados en la provincia en enero de 2025, según el último censo del INE, 44.324 eran mujeres (el 49,1%). El 12,5%, de origen extranjero. De cada cien mujeres residentes en la provincia, 51 viven en un pueblo, 22 son mayores de 70 años y 16 menores de 19. Ellas emigran más que ellos y, cuando lo hacen, se mueven mayormente a otra provincia española.
La radiografía demográfica, sin embargo, no se corresponde con la radiografía laboral, donde los desequilibrios son evidentes. El acceso al mercado de trabajo sigue siendo más difícil para ellas: de cada cien trabajadores (afiliados a la Seguridad Social) en la provincia, 55 son hombres frente a 45 mujeres. Pero, de cada cien parados, 55 son mujeres. Y, aunque las distancias se han recortado, sigue existiendo brecha, precariedad y techo de cristal.
Las sorianas cobran 3.000 euros menos que los hombres, según los datos del último informe publicado por la Agencia Tributaria sobre 'Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias', relativo a 2023. En concreto, el salario medio anual de ellas es de 21.030 euros, frente a los 24.089 de ellos. Traducido a tiempo, ellas regalan cada año seis semanas de su tiempo al trabajo.
Ellas sufren más temporalidad y asumen el triple de trabajos a tiempo parcial que los hombres. Este dato pueda parecer baladí pero, si las mujeres trabajasen a jornada completa en igual medida que los hombres, la brecha salarial de género se podría reducir a la mitad.
Ellas siguen siendo las que copan los sectores peor remunerados, así como los relacionados con los cuidados y el hogar. Y, aunque se habla cada vez más de corresponsabilidad y conciliación, ellas son las que asumen mayormente (el 85%) las excedencias por cuidado de hijos y familiares. También, las que dedican más espacio de su tiempo personal a estas tareas (hogar y familia): ellas, una media de cuatro horas y siete minutos al día; frente a la hora y 54 minutos de los hombres.
Ellas tienen pensiones más bajas, y ellas siguen sufriendo el techo de cristal: apenas ocupan tres de cada diez puestos directivos.
Y ellas son las que sufren la mayor de las desigualdades: al menos 160 mujeres sufrieron violencia de género el año pasado en Soria, según las denuncias registradas.