En el escudo de Palencia figura la expresión "Armas y ciencia". La destacada participación de los palentinos en la batalla de las Navas de Tolosa hizo a la provincia merecedora de esta distinción. Algunas cosas han cambiado desde 1212, pero otras quizá no tanto: las guerras siguen acaparando el esfuerzo del ser humano por sobrevivir. Dos países especialmente amenazados por la influencia rusa, Noruega y Finlandia, comparten la propiedad de la empresa de la Fábrica de Armas palentina, que suministra munición al conflicto ucraniano. Sus responsables afirman que están en una fase de fuerte expansión, con un crecimiento del 30% en su facturación y 50 empleados más el año pasado, hasta alcanzar un total de 320. Para bellum.La provincia de Burgos ha exportado más de 6.100 toneladas de bombas a Ucrania, según cálculos de Guillermo Arce en Diario de Burgos. Esto supone nada menos que 140 millones de euros en exportaciones, empleando a más de 1.000 personas en el sector, con varias empresas desempeñando papeles cruciales. Se han vendido miles de bombas y granadas, incorporando las armas a la lista de productos más exportados por la provincia, que habitualmente encabezan los neumáticos, los medicamentos y los productos cosméticos. Para bellum.En la leonesa Valderas, el cocido se guisa ahora en la continuidad del proyecto para instalar una empresa de armamento que generaría cientos de empleos en la localidad. El alcalde acaba de dimitir, pero el proyecto se plantea como una propuesta interesante y necesaria para impulsar el futuro de una comarca necesitada de trabajo. Esa batalla sigue abierta, pero el propósito es claro: instalar cuantas más industrias sea posible. Para bellum.Quién nos lo iba a decir: la Castilla y León de los campos y las mieses, de las plantas automotrices y los parques eólicos, tiene ahora una oportunidad en el New Deal que parece estar gestándose en Europa. Hay mucho dinero en juego, y todos intentarán llevarse su parte. ¿Sabremos hacerlo sin los viejos remilgos ni los nuevos poetas? Las oportunidades se aprovechan cuando llegan, y ahora es tiempo de rearme. No está en nuestra mano decidir sobre guerras ajenas, pero sí luchar por conseguir inversiones que, de lo contrario, se llevarán otros.