La 'cara B' de Haaland

Diego Izco (SPC)
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El punta es menos determinante que en anteriores cursos y se ha lesionado en el tramo decisivo

El noruego ha bajado su rendimiento paralelamente al apagón del combinado que dirige Pep Guardiola. - Foto: Lee Smith (reuters)

El aún incomprensible tsunami que ha sido la crisis del City en la 24/25 se ha llevado por delante prácticamente todo. Incluso lo que parecía indestructible, como la entidad de Pep Guardiola como gestor o algo casi tan robusto (o más) que lo anterior: el poder devastador de Erling Braut Haaland como goleador. 

El noruego ha sido un valor fijo en la destrucción de plusmarcas y estadísticas desde que irrumpió en la élite. De la semilla de aquel 'niño' de 19 años y 194 centímetros que marcó nueve tantos en el Mundial sub'20 de 2019 surgió uno de los mayores depredadores del gol (quizás el mayor) del fútbol moderno. En Austria (Red Bull Salzburgo) dejó 29 dianas en 27 partidos y el Borussia Dortmund realizó una inversión ganadora de 20 millones de euros para asegurarse 86 tantos en 89 encuentros. Las agendas de los 'grandes' casi tenían en portada el nombre del muchacho, y el Manchester City fue el ganador final de la puja en julio de 2022. En su primer curso se fue hasta los 52 goles en 53 partidos (destrozó el récord de la Premier League con 36 dianas), el pasado alcanzó los 38 en 45… 

La 24/25, desde que Rodri se destrozó la rodilla en septiembre, ha sido caótica en el Etihad. Haaland ha sido una víctima más del bajón del City, a pesar de que continúa cumpliendo religiosamente con sus estadísticas: son 21 dianas en la Liga -segundo máximo anotador tras Salah, que lleva 27- y 30 en los 40 duelos oficiales del año. Pero ese 0,75 por choque, una brutalidad para casi cualquier delantero del planeta, se le queda pequeño. 

Sin socios

Las razones que lo explican tienen que ver con el apagón o la salida de sus mejores socios en las últimas temporadas. Comenzando por lo segundo, el fichaje de Julián Álvarez por el Atlético de Madrid supuso que el noruego se quedase sin las 12 asistencias que el argentino le dio en la 23/24. Y sobre lo primero, los dos nombres propios en la decadencia de la vieja guardia son los de Kevin de Bruyne (33 años) y Bernardo Silva (31). En la última línea, Jack Grealish no ha jugado su mejor temporada, Doku no termina de explotar y Savinho adolece de regularidad. Incluso Phil Foden, que el año pasado brilló con 27 goles y 13 asistencias en 53 partidos, ha bajado su rendimiento ofensivo (10 tantos y cinco pases de gol en 39 encuentros). Con este bagaje, Haaland ha tenido que 'buscarse la vida' sin la fluidez de antaño para mantener su relación con las redes rivales: hizo ocho tantos en nueve partidos de Champions, anota cada 115 minutos...

El dibujo táctico de Guardiola, intentando buscar soluciones a la baja del mejor mediocentro del mundo, también ha penalizado el juego combinativo del equipo. La obsesión de los rivales por evitar las dianas del noruego hizo que el entrenador catalán trabajase a conciencia «otras facetas» de su fútbol: más presionante en la salida de balón del adversario, más combinativo, menos vertical… «Ahora me pide otras cosas para intentar que mejore», decía Haaland el pasado curso. Quizás ese intento de mejorar lo que ya era 'casi perfecto' tal y como estaba (235 goles en 244 partidos desde la 18/19) ha empeorado el rendimiento del 'cyborg'. 

La llegada de Omar Marmoush ha sido otro elemento que ha alterado esa 'paz' de la que gozaba el 'nueve' del City. El egipcio (26 años) tiene que encontrar la forma de 'casar' con un atacante tan especializado como Haaland; posee el fútbol necesario para ello (ha dado 15 asistencias en una 24/25 espectacular), pero también tiene talento para el gol (26 este curso) y con ambos sobre el campo se han producido los clásicos conflictos de responsabilidad ofensiva entre ambos: definir quién es el responsable del 'último toque' es algo que queda pendiente. 

Ahora, en la temporada del 'frenazo' que nadie esperaba, Haaland debe asistir a la recta final del curso desde la camilla. El «I'll be back» de sus redes sociales junto a una foto con las muletas en alto define un optimismo moderado tras lesionarse el tobillo el pasado domingo frente al Bournemouth. Serán entre cinco y siete semanas en el dique seco, aclarando sus ideas y cruzando los dedos para que su equipo asegure al menos la quinta plaza de Champions: está a un solo punto del Chelsea (4º) pero también uno por encima del Newcastle (6º).