Quien tiene o vive en un pueblo sabe que la llegada del panadero es uno de los momentos cruciales del día. Hay que estar ojo avizor y ante el primer pitido salir de estampida para hacerse con el pan de cada día, de lo contrario, puedes quedarte sin barra.
Para evitar que la docena de vecinos que habitan Villar del Campo se queden sin pan porque no oyen el pitido o porque ese día simplemente no han llegado al aviso, el Ayuntamiento ha habilitado una sala multiservicios donde el panadero deposita los pedidos, que se han realizado el día previo. Para entrar en la sala el panadero y los vecinos deben introducir una clave de acceso.
El alcalde David Vera señala que el método tradicional de reparto con pitido ya no era viable porque no se garantizaba que el panadero pasara todos los días. Esto unido al escaso consumo hacían que el pueblo corriera el riesgo de quedarse sin el servicio por la escasa rentabilidad para la empresa.
Vera asegura que el método es sencillo. La sala panadería ya estaba habilitada como biblioteca y lugar donde leer la prensa, y agrega que la única inversión que se realizó fue para instalar el sistema de apertura digital.
"Cada vecino tiene un código de usuario y cuando entra queda registrado. El local tiene una cámara que garantiza la seguridad. En la sala el vecino puede leer la prensa, cambiar de lectura y recoger su pan", resalta.
El panadero pasa los martes, jueves y sábado por Villar del Campo. El día previo, los vecinos dejan escrito en un grupo de 'wassap' cuánto pan necesitan. Aquellos que no utilizan la aplicación escriben en una pizarra su pedido. La cámara recoge la imagen de la pizarra y el alcalde se encarga de sumar ese pedido al global.
"El panadero hace el trayecto de Ágreda a Soria a diario. Él, no quería entrar al pueblo tener que pitar; y esperar al cliente por el escaso consumo, pero sí se abrió a la posibilidad de traer el pan bajo demanda", cuenta.
El Ayuntamiento quiere que esta sala se convierta en un lugar multiservicios y, por eso, ha adquirido taquillas digitalizadas con código donde la farmacéutica depositará los medicamentos de los vecinos. Además, también se podrá depositar pedidos realizados a grandes superficies. En verano, el Ayuntamiento proporcionará a cada soriano en la diáspora una clave para que puedan utilizar la sala multiservicio.
"El sistema es sencillo y no ha acarreado un gran desembolso al Ayuntamiento. Permite que los escasos vecinos tengan garantizado los servicios mínimos. La respuesta ha sido muy positiva", recalca para adelantar que antes de Semana Santa se abrirá un pequeño gimnasio para los residentes sin coste alguno.
La vecina de Villar del Campo, Angelines Vera, se muestra encantada con el nuevo servicio que le garantiza el pan todos los días. Asegura que ha sido un acierto, ya que la vía tradicional ya no funcionaba. "Había días que no pasaba y otros que igual no oías el pitido. De esta forma, sabes que tienes pan, que además es de calidad y aguanta. Las magdalenas están buenísimas", expresa entre risas.
Angelines cree que el medio rural se debe reinventar, ya que cada vez hay menos residentes y no interesa prestar determinados servicios por la escasa rentabilidad. La tecnología, sin duda, es el gran aliado para solventar la brecha. "Vivir en invierno en los pueblos es duro. Sobre todo, por la soledad. Los servicios de un modo u otro se garantizan. Cuantas más facilidades nos pongan más personas nos animaremos a seguir habitando el medio rural", alude.