La hora de Torralba y Ambrona

A.P.L.
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Manuel Santonja, gran conocedor de las zonas arqueológicas, apuesta por continuar excavando y renovar las propias instalaciones

La hora de Torralba y Ambrona

Las carencias de los yacimientos de Ambrona y Torralba se han puesto siempre de manifiesto y la falta de inversión por parte de las administraciones es un problema grave. Manuel Santonja, investigador del Centro de la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos, reconoce que en estos yacimientos «siempre se ha trabajado con muy poco dinero». «Este año hemos tenido la suerte de contar con un proyecto del Plan nacional de investigación y hemos podido dedicar una parte de ese dinero en Torralba a limpiar el yacimiento de los vertidos de las antiguas excavaciones sobre el mismo yacimiento y que imposibilitaba su estudio», concreta. La Junta de Castilla yLeón destinaba cada año en torno a 10.000 euros, mientras que Atapuerca recibe diez veces más solo para excavar, además de cantidades de miles de euros para la musealización. Al parecer, la Junta mantiene ahora el compromiso de invertir. «Hay que apoyarles para que eso salga adelante y hay que defenderlo», insiste el investigador. A la situación se suma que los terrenos de Ambrona no son públicos, «es increíble pero son de propiedad particular, con un matiz muy importante, que los propietarios han desaparecido...». La administración debería adquirirlos.

almacenamiento. Otro de los problemas graves de estos yacimientos es el problema de almacenamiento. «Todo ese material que almacenó el marqués de Cerralbo en el palacio de Santa María de Huerta se perdió en los museos estatales de ese momento y no hubo ninguna solución para conservarlo», indica, pero con las excavaciones de 1960 en el valle de Ambrona y de los años 80 en Ambrona también se extrajo mucho material. «Actualmente, hay muchas posibilidades de almacenarlo, pero no está en una situación óptima ni en el Museo Arqueológico Nacional ni en el Museo Numantino», indica. Manual Santonja, junto a Alfredo Pérez González, retomaron las excavaciones en 1991 y llegaron a la conclusión de que «lo mejor que se podría hacer era dejar los grandes restos que aparecieron en su sitio -limpiados, consolidados, protegidos con una malla geotextil y cubiertos con sedimento-  para que algún día la Junta de Castilla y León amplíe la musealización». Eso se hizo con acuerdo de la Junta de Castilla y León y, aunque terminaron en el año 2000, hay 800 metros cuadrados de excavación que están esperando que la administración regional se decida a musealizarlos. Actualmente en Ambrona hay un espacio de unos 100 metros cuadrados, que corresponden a una excavación de F. Clark Howell.

En cuanto a estas últimas piezas, «en Ambrona hallamos en 1996 los restos completos de un elefante, todos sus huesos» y hay muchos más restos aislados de huesos largos de las extremidades, cráneos y mandíbulas como lo que se puede ver en el museo que se visita. Las dataciones numéricas son de hace 450.000 años en los niveles inferiores de este yacimiento, obtenidas a través de los métodos más actualizados. En el área que queda por excavar, además de que puede haber animales, es importante porque «a veces lo que no es tan espectacular para los científicos es igual de interesante o más porque da mucha más información sobre el clima de ese momento, lo que consumían, la intervención de los humanos sobre estos restos...». «Se ha dicho muchas veces, hasta hace 30 ó 40 años, que eran animales cazados por los humanos de la época, pero no es así, porque la mayor parte son animales muertos en circunstancias naturales y en momentos de grandes sequías en el entorno de charcas. Eso es lo que pasó en Ambrona», detalla, mientras que «los humanos han intervenido muchas veces de manera un poco marginal sobre restos ya cadáveres, sobre carroñas, no los han cazado».

Sobre la importancia de los yacimientos, desde el punto de vista científico, con lo que se ha hecho hasta el momento, «son ya yacimientos internacionalmente reconocidos y muy importantes, han jugado un papel clave en la investigación del Paleolítico, no de la Península Ibérica, sino a nivel europeo y mundial».Además, hay otro aspecto que el investigador considera fundamental, que están en una zona muy deprimida en la que apenas hay población. El museo recibe de 6.000 a 8.000 visitantes al año, pero unas instalaciones adecuadas con todos estos restos puestos en valor y bien promocionado en ciudades importantes (a menos de dos horas) podría llegar a los 80.000 visitantes al año, lo que repercutiría de una manera «enormemente positiva» en esas zonas. Tras Manuel Santonja y Alfredo Pérez González han tomado el relevo Joaquín Panera y Susana Rubio, quienes incluso se han formado en estos yacimientos. Santonja expresa su optimismo respecto a las posibles actuaciones.