Despoblación y cambio climático. Nueva ruralidad. 'Futuro Verde', el podcast de Onda Cero Soria y Vive! Radio Soria dedicado a la sostenibilidad y la energía, afronta en su nueva entrega cómo desde lo pequeño, desde lo local, se puede -y se debe- afrontar los problemas globales que asolan al planeta. Y todo ello sin dejar de lado el desarrollo territorial. Apostando por la innovación tecnológica. Trabajando nuevos modelos.
DESPOBLACIÓN. Construir un nuevo concepto de ruralidad y hablar de futuro para nuestros entornos implica en primer lugar abordar la problemática territorial y demográfica, y eso obliga a hablar de despoblación. «En los últimos 75 años Soria ha perdido el 54% de su población, lo que supone perder también capital humano, y sabemos que la proyección del INE para los próximos años es que seguirá perdiendo. Esta parte demográfica tiene también un reflejo económico, ya que tenemos un limitado número de empresas, las empresas suelen ser pymes y microempresas, con inexistencia de grandes mercantiles, y un número de empresarios, autónomos y trabajadores en breve se van a jubilar. Es decir, que la demografía no es solo un problema social, sino que es un problema económico, que implica debilidad del tejido productivo, una enorme dependencia de las empresas de sectores de demanda débil -sobre todo de productos y servicios- y una destrucción continuada del tejido productivo por causas naturales (jubilación de titulares). Cuando hablamos de despoblación, por tanto, vemos la punta del iceberg, pero lo que hay debajo es el declive económico y un círculo vicioso que tiene un impacto negativo demográfico, social y económico», explica la directora de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES), María Ángeles Fernández. Precisamente para atajar esta problemática, FOES, junto con las patronales de Cuenca y Teruel, trabajan al amparo de la red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa para conseguir un cambio en las políticas de desarrollo territorial que pasa, entre otras cosas, por la implementación de una fiscalidad diferenciada que permita «hacer atractivos» los territorios despoblados.
En esta tesitura, hablar de futuro supone asumir cambios y afrontar nuevos desafíos como «la puesta en valor de servicios ecosistemas, vía producción de energías limpias, captación de CO2 o trabajar las masas forestales, teniendo en cuenta que territorios como Soria somos neutros e incluso donantes en materia de CO2 y sería ideal implantar un sistema de compensaciones económicas». En este escenario, y dadas las exigencias del Acuerdo de París y la apuesta por reducir los combustibles fósiles, apostar las energías renovables puede ser un nicho de futuro, admite Fernández. «La energía solar y eólica van a ser clave en el desarrollo económico [...] y territorios como Soria, que disponen del recurso del viento y el sol, podrían disponer del petróleo del futuro y tener oportunidades de desarrollar alrededor de los mismos con grandes proyectos industriales», sentencia la directora de FOES.
SUMAR DESDE LO LOCAL. Está claro que desde lo pequeño se puede contribuir también a los problemas globales, y la Diputación provincial de Soria es un claro ejemplo de ello. Desde la Oficina de Innovación contra la Despoblación, desde el Servicio Provincial de Energía y, de forma transversal, desde todas las áreas de trabajo de la institución provincial, se está trabajando de forma intensa por que nuestros pueblos no se queden atrás. La Diputación está abanderando numerosos proyectos para la mejora de la eficiencia energética del medio rural soriano: «Nuestro compromiso es que esta provincia avance y, si somos líderes en despoblación, tenemos que ser líderes en las medidas contra la despoblación y por ello hemos abordado desde diferentes ejes una transformación provincial. Por ahí pasa la transición energética, con varios proyectos DUS en marcha tanto para el ámbito del autoconsumo como de la movilidad. También estamos trabajando y gestionando un ciclo inteligente del ciclo del agua con el PERTE del Agua. Estamos también con otros proyectos intentando buscar comunidades rurales y, en definitiva, aprovechando los recursos endógenos de la provincia y dando ese salto cualitativo que necesitamos. Vivimos en un mundo global y tenemos que ser versátiles, multidisciplinares y adaptarnos a las nuevas condiciones», expone el diputado Daniel García, presidente de la Comisión de Reto Demográfico y Fondos Europeos.
TECNIFICACIÓN. Construir un nuevo concepto de ruralidad implica también generar herramientas específicas que brinden la posibilidad de un desarrollo equilibrado y sostenible. Un desarrollo que, obviamente, no puede ser ajeno a la realidad que tenemos en nuestro territorio pero, tampoco, a los problemas globales.
Desde la Fundación Cesefor trabajan precisamente en ello. Este centro de investigación con sede en Soria pone el foco en nuestros montes, en la gestión forestal, y plantean poner en valor los recursos endógenos desde una filosofía de respeto y protección, de sostenibilidad. Y todo ello desde un prisma innovador, abordando la transformación y tecnificación del sector sin perder de vista en ningún momento el impacto social, resume el director de Cesefor, Pablo Sabín.
«Entendemos que existe claramente una oportunidad ahora mismo, esa transición de una economía basada en productos de origen fósil y una economía lineal de usar y tirar a una bioeconomía circular. En esa bioeconomía basada en recursos naturales y sostenibles es donde vemos la oportunidad para revitalizar nuestro territorio rural», anuncia Sabín.
Para ello, desde Cesefor trabajan las distintas cadenas de valor del sector forestal, que afectan tanto a la madera como a los productos forestales no maderables (micología, resina, castaña, trufa...). «Allí donde hay una oportunidad para generar actividad económica en el medio rural ligado al sector forestal, ahí estamos», especifica el director de Cesefor. Y, todo ello, de la mano de la tecnificación del sector: «Nuestra visión es ser ese actor que ayuda a través de la innovación y el desarrollo tecnológico a los gestores, a los propietarios forestales y a las industrias a resolver los problemas reales».
Pero todo proceso de transformación entraña también sus riesgos. Por eso, entre los retos de futuro, sitúa Sabín, está «cómo compatibilizar este desarrollo de los sectores con el reto demográfico». Porque, asume, «la tecnología conlleva también la optimización de procesos» y existe un riesgo de que las máquinas emplacen a las personas. Por ello, reitera, «la máxima debe ser mantener e, incluso, revertir la población».
EL EJEMPLO DE SUELLACABRAS. Suellacabras es un pequeño pueblo de Soria dañado por la herida de despoblación, donde apenas hay una treintena de empadronados. No obstante, el municipio se resiste ante la adversidad y lo hace generando oportunidades de futuro a base de servicios a los vecinos. Para conseguirlo, este municipio apostó hace ya años por acoger parques eólicos y transformar los ingresos que estos reportan invirtiendo en instalaciones municipales y mejora de servicios.
«Suellacabras, gracias a los parques eólicos, ha tenido unos ingresos que ni hubiera tenido nunca de otro modo y los ha invertido en intentar mejorar la calidad de nuestros vecinos en casi todos los sentidos. Cambiamos toda la red de aguas, tanto de abastecimiento como de aguas residuales, y hemos mejorado el alumbrado, el cementerio, construimos un centro cultural, se reformó el centro social...», rememora la alcaldesa, María Felicidad Gómez. Cuando los servicios básicos estaban cubiertos, asumieron otras obras, como la construcción de una pista de pádel y, ahora, una piscina, cuyas obras «están avanzadas». Además, se construyó una casa rural y se recuperaron varias viviendas, lo que ha permitido la acogida de nuevos pobladores.